Murió Marito

Se murió Marito...

Sus ojos ya no brillaron. Se apagó ese brillo de sus ojos que anunciaba esperanza, se acabó la alegría infantil e ingenua... con el cerrar de sus ojos.


Se murió Marito...

Su sonrisa se quedó encarcelada en su boca que a esa hora, era ya una caja mágica que nunca jamás se abriría para darnos a entender todos los bellos pensamientos que su mente infantil albergaba pues de su boca, solamente podían aflorar sonrisas que expresaban TODO, si... todo lo que sentía, pensaba, anhelaba, vivía".


Se murió Marito...

Y su cuerpo quedó postrado, inerte, paralizado, suspendido... ahí en ese "lindo" colchón eléctrico que produce burbujas que le permitiría dormir mas cómodamente que recientemente había estrenado y que le "serviría para dormir mejor" por lo delicado de su condición; a cambio de la "cunita" de madera en la que había "vivido" por largos 15 años.


Se murió Marito...

Y hubo llantos del alma por parte de su querida madrecita quien abnegadamente había dedicado su vida para el cuidado de su "hijito", desde aquel fatídico día que Marito fue atropellado por un vehículo y que le dejó muerto en vida, vegetando simplemente, "respirando" por un tubo y "comiendo" por otro.


Se murió Marito...

Y a su velación, asistieron unos/as cuantos/as allegados/as y los/as voluntarios/as de la asociación comunal del lugar para reiterarle a la madrecita de Marito su apoyo ante el dolor, ante la desolación, ante el pesar. De seguro faltaron los "señorones", las señoras de la "alta", los/as religiosos/as, los/as periodistas, las rezadoras, ¡si -de seguro- hasta los chiviadores y contadores de chistes faltaron...!


Se murió Marito...

Pero, eso si, me contaron que su entierro fue digno, Marito fue despedido como lo que era... un ser humano que merecía todos los honores por su fortaleza y valentía de haber "vivido" con tantas limitaciones.


Se murió Marito...

Y su muerte ha servido para corroborar el fuerte sentido de fraternidad, de solidaridad, de humildad y amor al prójimo de bellas personas como: Lilli Bruni, Rossana Guardado Flores, del padre Mauricio Borges y otros/as voluntarios/as trabajando a través de PROCLADE-Armenia quienes fueron los generadores/a de la atracción de otros/as para colaborar en las actividades de apoyo a la mamá de Marito y que, paradójicamente sirvieron para los últimos trámites terrenales de la existencia de él.


Se murió Marito...

Y el mundo siguió como si nada. Pobre Marito, escogió un mal día para morirse...¡un día muy cercano al que murió Michael Jackson! (¿Y como podría competir en atención?).


Se murió Marito...

Y con él, se murió la posibilidad de conocer personalmente a quien yo sentía como un símbolo de perseverancia, de amor a la vida.


Se murió Marito...

Y yo, aunque sé que hice lo que pude, aun siento un vacío aquí en mi ser.


Se murió Marito...

¡Descanza en paz, querido!

Ya llegaré...



Salú,

El Monsiour.