Me da mucho gusto traerle esta pequeña entrevista a un grande. Esta tiene que ver con Arturo Menéndez el joven cineasta, hijo del gran artista de la plástica, César Napoleón Menéndez y quien, con mucho orgullo se dice armeniense de corazón.
Aquí está dicha entrevista que salió este día en la prestigiada revista: CONTRACULTURA:
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«Me criticaron porque dicen que Cinema Libertad era pretenciosa»
No todo lo que ha girado alrededor de Cinema Libertad ha sido una ilusión o mil historias por contar, también ha recibido unas críticas por parte de cineastas como André Guttfreund, el único salvadoreño que ha recibido un Oscar en 1977 por «En la región del hielo», quien considera que la película no es representativa de la cultura salvadoreña.
Pese a ello, Menéndez no baja la guardia y continúa con su proyecto de transformar el corto en un largometraje, proyecto a corto plazo que lo desarrollará gracias a la ayuda del guionista Oscar Torres.
Entrevista con Arturo Menéndez.
Por Morena Azucena*
Morena Azucena – ¿Qué lo motivó a cumplir con el proyecto de Cinema Libertad?
Arturo Menéndez – Esto se hace de corazón, es una pasión que empieza desde niño, puesto que si no se toma en serio no vas a ir a ningún lado. Hubo alguien que me criticó y me dijo que era muy pretencioso con Cinema Libertad, diciendo que yo era pretencioso y que (la película) es un icono de la cultura salvadoreña… Yo nunca me imaginé eso, sino que lo escribí porque a uno le nace.
MA – ¿Cuál fue uno de los mayores obstáculos para la realización de Cinema Libertad?
AM – Toparme que no había una escuela de teatro para niños porque tenía que encontrar a los niños actores y encontré a Edgar Aquino (Nacho) y a Tatiana Grande (Ela), unos niños muy despiertos, allegados a mí familiarmente. Yo nunca los vi como niños sino que los trataba como a grandes.
MA – ¿Qué se logró con Cinema Libertad?
AM – Siempre me gusta dejar un mensaje al final. Por ejemplo con Cinema Libertad lo que se hace es un llamado de conciencia por la falta de oportunidades que hay en el país hacia la niñez. El protagonista (Nacho), si hubiese vivido en otro país, puede aspirar a ser director de cine, director de fotografía, actor, escritor, pero acá no hay esas oportunidades es un llamado de atención a eso.
MA – ¿Cómo fue concebida la banda sonora de Cinema Libertad?
AM – Yo tenía referencia de más o menos lo que quería. Y en eso Luis Mario Magaña que me estaba haciendo el sonido me dijo que era músico. Yo lo veía muy normal no tan dado a la bohemia y me enseñó algo, pero no me gustó. Un día me mostró la música con un pianito, que es la que aparece cuando están en el cine proyectando en la pantalla, y esa terminó siendo. Él hizo casi toda la música para la película.
MA – ¿Y con Pescozada cómo fue su participación?
AM – Con Pescozada tenemos una amistad desde hace años. Y un día vinieron a San Salvador cuando ya estaba terminando de editar la película y les dije que me prestaran una canción para la película. Y me dijeron «No fregués, mejor te vamos hacer una original». Me fui otro día a Chalatenango (lugar de origen del grupo de música urbana) y oí por primera vez a «Una ilusión», pero no me gustó. A toda la gente le gustaba menos a mí. Fue hasta el día del estreno que me gustó. Cuando Pescozada fue a Estados Unidos a la gente se le erizaron los pelos al escuchar el tema y preguntaron por la película, bien emocionante.
MA – Regresando a las críticas y a la falta de apoyo, ¿por qué critican el filme?
AM – Hace poco tuve un encontronazo con André Guttfreund, el único salvadoreño que ha ganado un Oscar y a quien aprecio mucho, y él dijo que Cinema Libertad no es un referente porque no era una historia nuestra. Porque no cuenta algo de Salarrué, Claudia Lars… Yo le dije que cada uno cuenta lo que se le ronque la gana contar. Le dije que tenía razón en cuanto a lo del referente, pero, ¿por qué la generación de ellos (Gutffreund, Alejandro Cotto y José David Calderón) no se preocupó en formarnos? Ahora que se están jubilando me quieren criticar a mí y yo no me voy a dejar.
*periodista y docente.
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