Cipotada
chula,
Fíjese
usted que escudriñando entre unas cosas viejitas que tengo guardadas por ahí,
me encontré con unos mensajes lindos de parte de unos/as hermanos/as de raza
con quienes compartíamos en un foro cibernético “salvaguanatrucha” hace varios años atrás.
Son
tan lindos los mensajes y llegaron estos de manera espontanea y sin ser solicitados, al punto que para uno
que no tiene ínfulas de escritor ni pretensiones de literato, son de gran
significancia y de total agradecimiento.
Ahora que leo estos, le cuento que me
sigue dando alegría, así como empuje, esperanza y deseos de seguir en esto de
la “escribidera” tal como lo sintiera en ese entonces cuando recibía este tipo
de mensajes de apoyo; y dígame usted ¿si no tengo razón?, lea por favor:
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Estimado compatriota Monsiour:
Para los que estamos lejos de nuestra querida
tierra, el hablar de ella, el leer de ella, el recordarla como se recuerda a
ese ser querido del que nos hemos despedido, pero que estamos seguro que pronto
volveremos a ver, leer sus "babosaditas" como usted les llama, es
sentirse identificado por un instante con esa tierra que nos vio nacer.
Esta es la segunda vez que me dirijo a usted
para felicitarlo en la tarea que se ha tomado de participarnos a todos en las
historias de "El Tigre" que tan a menudo usted dirige a su amigo
"chepito". Me parece que esas cartas tienen un estilo adecuado, un
lenguaje muy salvadoreño, y un sabor muy autóctono. No estoy al tanto de la
tendencia de los escritores nacionales, pero me atrevería a decir que sus
cartas tienen un estilo único.
El arte nace del pueblo y es al pueblo al que
le pertenece. El artista es ese ser sensible que recoge en sus vivencias las alegrías
y sufrimientos del pueblo y luego los transmite en una forma bien particular
para el deleite de sus contemporáneos. Al artista no se le puede dictar lo que
tiene que sentir o lo que tiene que vivir. El arte no se puede ni debe
convertir en discurso político o en comercio. El arte es amor convertido en
palabra, en lienzo y por eso el arte es eterno.
Sirvan estas palabras para apoyarle en su
cometido de deleitar a los subscriptores de sociedad cultural de El-Salvador con
esas "babosaditas", quien quita que el día de mañana se encuentren a
la par de los "Cuentos de Cipotes".
Dagoberto.
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