Cipotada chula,
Hoy, me estaba acordando de esta pasada que muchos abriles atrás sucedió allá en nuestra querida Armenia y la que me gustaría contársela a usted, por medio de esta "Babosadita".
La primera cosecha de maíz de ese año había producido abundantemente y los agricultores que lo habían cultivado (maíz), estaban contentos y por supuesto, agradecidos con la naturaleza y con Dios. Yo tenía unos 16 ó 17 años y frecuentaba mucho una esquina, la esquina atrás de la alcaldía del pueblo, que está al final de la Primera Calle Poniente. Es que debido a mi cercana amistad con varios/as cheritos/as que vivían en ese sector de la ciudad Buchona, ahí por los alrededores de la pupusería de "Las Molina", precisamente en la esquina de la agencia del MAG (Ministerio de Agricultura y Ganadería), de la casa de la familia Orellana, de la Familia Mayén y de la otrora pensión Corado.
Pues resulta que en esos años, habían llegado al pueblo, mas precisamente al MAG unos "gringuitos" que pertenecían al famoso "Cuerpo de Paz" que de parte del país del norte (los "Estamos Sumidos"), se desplazaban por todas partes del mundo para "ayudar en el fomento del desarrollo de los pueblos" y, como estos jóvenes eran bastante amigables, simpáticos y amenos, pues se habían rápidamente ganado la aceptación de los vecinos y la amistad de muchos.
Resulta que un señor agricultor que tenía su terrenito en el que había cultivado maíz en esa temporada, estaba bien contento con su cosecha y muy agradecido con la ayuda que de parte del personal del MAG había recibido, por lo que, decidió celebrar una atoleada a la cual invitó a precisamente estos empleados del MAG, incluyendo a los gringuitos. Como en esa esquina, la gente era bastante unida, los empleados del MAG invitaron a la muchachada para ir a esa oportuna y bonita ocasión.
Aunque yo no vivía por ese sector, igualmente me invitaron por lo que el sábado de esa semana, ahí estaba presto, listo y dispuesto para irnos de vacile, en el punto de reunión que era en esa misma esquina.
Poco a poco nos fuimos haciendo muchos y al momento de salir rumbo a la estación del tren (pues el terreno de este señor, estaba allá rumbo al Sunza) ya éramos un grupo de considerable tamaño. Ahí iban las hermanas Orellana (Martha y Beatriz), junto a sus hermanos Harris y Roberto, también las hermanas Mayen (Dinora, Cecilia, Brenda y Estelita), ademas de Xotchil Cabrera, de Roxana Menéndez (junto a su hermano Luis), Coqui Cienfuegos, Milton "Pocholo" y otros que ya no recuerdo ademas -por supuesto- a los empleados del MAG, entre los cuales estaban los famosos gringuitos (solamente recuerdo los nombres de Francine, Gary y John, no de los otros dos).
Pues ya en la estación del tren, esperando la "bala" (el tren no pasaba a esa hora de la mañana hacia Sonsonate), aquellos sacaron unas guitarras y empezaron a charrasquear unas buenas rolas que amenizaron el ambiente alegre que reinaba, y así, le daban a una y otra rola hasta que en un momento, les pedí que tocaran esta canción de la cual me acordé nuevamente hoy y de la cual, en esa época, aunque me fascinaba mucho por su bello ritmo, en realidad solamente sabía su nombre. Aquellos empezaron a tocarla y todos los demás a lanzar gritos (imitando -o pretendiendo- saber la letra de la canción).
Llegó la bala, nos metimos y adentro durante el camino entre la bella campiña de la "Tierra Linda", íbamos, aquel grupo de jóvenes ilusos e ilusionados cantando alegremente esta bella canción que ahora traigo a cuento y que, ahora, este día (cuando ya sé la letra y entiendo su significado y mensaje), me ha servido como un recordatorio de que Dios no olvida ni abandona a sus hijos, además para corroborar aquel dicho popular: "detrás de la tormenta, viene la calma".
Ojalá que a usted le guste esta canción y que le traiga algún recuerdo bonito, que bueno fuera que le sirviera de aliciente.
Aqui está:
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