Hola querido amigo/hermano...
Fijate que desde hace algún tiempo se me ocurrió una idea: decirle a la gente que quiero, cuanto les quiero y porque les quiero, mientras estamos vivos, es decir, no esperar hasta que alguien se muera, para expresarle mi pesar por su muerte pero sobretodo, el cariño que durante la vida le guardé y guardo, tal como me pasó con nuestro querido chero en común, Ricardo "Corbata".
Pero como uno pasa muy ocupado -vos sabés- a causa de trabajo, cosas familiares y otras vainas, pensé que para poder hacerlo de manera efectiva y organizada (ya que afortunadamente tengo a muchas personas en mi lista a quienes quiero saludar), esto debería hacerlo en ocasiones especiales a personas especiales y pues hoy, que es día de tu cumpleaños -y siendo vos una persona muy especial para mí- siento que hoy es la oportunidad precisa para iniciar con estos saludos y aquí voy, esperando que mis palabras sean de tu agrado o por lo menos, que no te disgusten.
Voy a empezar contando desde cuando me dice mi memoria que te conozco, que es precisamente desde una tarde de sábado allá en el estadio de nuestra bella Armenia, cuando don Tanchito -tu querido papá-, te había llevado a que jugaras fútbol. De esto ya habíamos hablado antes, es cuando con tu "tremendo" cuerpazo atlético posabas orgulloso una camiseta blanca y una calzoneta color verde "guiyo" (un poco floja) que te hacían parecer mas flaco que lo que eras (yo creo que de ahí nace el apodo que habría que acompañarte por muchos años y que yo, nunca te lo he dicho, ni diré). No nos hablamos como amigos, simplemente intercambiamos tiempo y espacio en la cancha del estadio, aunque, no sé como es que me enteré que en esos días, estabas estudiando en el Emiliani.
Debe de haber sido al año siguiente (1969) que coincidimos en la escuelita del Barrio Nuevo, rápidamente nos hicimos amigos y para celebrar tu cumpleaños, doña Finita -tu querida mamá- organizó una pequeña fiesta infantil en tu casa, allá en la esquina enfrente a la casa de la familia Cantor a la que fui invitado. Recuerdo que a media canción estaba bailando cuando pasó tu mamá con una bandeja conteniendo vasos con refresco de shan y en un movimiento rítmico que dí, me llevé la bandeja y me cayó el refresco en mi espalda mojándome la camisa en la parte de atrás, afortunadamente, mi camisa era de tela floriada y casi no se notaba la mancha, asiesque, así seguí bailando hasta que se nos dieron las 5 y media de la tarde y era hora de irse a casa.
De esa misma época recuerdo que te gustaba visitar la casa de mis abuelos y de ahí, irnos a la casa de la tía Yita, para jugar en ese grandote patio, enmedio de los palos de mango, también te gustaba observar las baratijas que las tías tenían en los diferentes cofres y cajitas de madera en aquel que le llamábamos el "cuarto de la joyas".
Teníamos un "código secreto", para avisarnos sobre nuestra posición rumbo a la escuela, era una piedra que poníamos sobre la banqueta de la casa del telégrafo (ANTEL), para indicar que uno de nosotros ya estaba adelante rumbo a la escuela; la ponía el primero que pasara por ahí, el segundo la bajaba y ponía en el lugar acordado, eso era todos los días, ¿te acordás?
¿No sé si fue tu primera "novia", una amiga que vivía en mi vecindario? (No quiero decir nombre por respeto pero sé por supuesto quien es). Con ese motivo, vos llegabas mas seguido a mi casa, recuerdo que una vez un día domingo, ibas a ir al cine con ella pero antes de eso, se nos ocurrió comer fritada que vendía la niña Fide Montoya; después de comer, notaste que teníamos mal aliento a causa de la fritada y sus especies, por lo que nos fuimos a cepillar los dientes; al no tener mas que uno -el mío- recuerdo que lo usé yo primero y después lo usaste vos. ¡No hay nada de que avergonzarse de esto pues, no solamente éramos dos cipotíos, sino que éramos ademas, como dos hermanos!
Luego se llegó el tiempo de las bicicletas, uno de mis un primo, me regaló una Raleigh color roja; una vez que se me ponchó el tubo, vos me ayudaste a reunir el dinero (pusiste 25 centavos) y me sugeriste que fuéramos a comprarlo a Santa Tecla, porque en el pueblo no vendían de esa medida. Como no teníamos para el pasaje, se nos ocurrió irnos en bicicleta hasta Santa Tecla y empezamos a pedalear en una rentada; no habíamos llegado ni a Amate Marín, cuando ya nuestras enclenques piernas nos habían fallado y flaqueado; tuvimos que regresarnos muy desanimados a Armenia. Después,tu papá te compró una color verde y cuando ya tenía la mía lista, nos íbamos a jugar a las carreras en las planas calles y veredas de la Finca La Polonia, antes que la colonizaran, ¿te acordás? Eran unas tardes bien chivas aquellas, todo esos terrenos para solamente nosotros dos, dándole a toda la velocidad que nuestras piernas le imponían a las bicicletas en aquella hermosa soledad de la finca, enmedio de los frondosos, grandes y hermosos árboles de madre cacao de maquilishuat, de cedro, de guayabo, de volador, etc. que le daban sombra a aquellos cafetales hermosos de esa finca, nosotros, dándole, dándole, jugando, gozando, sonriendo, soñando...
Después, ya en el tercer ciclo, nos alejamos un poco, ¿no sé porque razón? Pero, cuando te fuiste a San Salvador para estudiar el bachillerato y a trabajar, nos volvimos a acercar cuando regresabas los fines de semana al pueblo. En esos días, junto con Guayito y Carías, vos rentabas un "lujoso" apartamento en una de las zonas mas exclusivas de Santa Tecla, precisamente en el edificio conocido como "El Tren" y cuando yo empecé a estudiar Arte Comercial por las noches en un Instituto de San Salvador, me invitaste a quedarme en tu apartamento cuando no pudiera regresar a Armenia. Esas raras ocasiones en las que me quedaba, se fueron haciendo mas frecuentes, mas seguidas y mas divertidas. Algunas veces, salíamos a dar la vuelta en las noches, pero la mayoría de veces, nos quedábamos jugando naipe, recuerdo que cuando se iba la luz, en medio de la oscuridad, nos abalanzábamos sobre el pisto de la mesa pero, casi siempre era Carías quien se lo quedaba. En esas vueltas, conociste a unos cheros que también llegaban de vez en cuando a tu apartamento, incluyendo al que bautizamos como "El Hijo de Eistein", quien decía que bailaba muy bien porque "tenía sangre de negro". De esas noches recuerdo una que estaba muy fría y con el viento soplando fuerte; yo no estaba preparado para eso y no tenía cobijas gruesas para protegerme, recuerdo que te pedí una y me la negaste, por lo que no me quedó mas que aguantarme hasta que se llegara la madrugada y agarrar el bus para Armenia, mientras exclamaba quejosamente: "¡Ohí el hijuepuuuta! (refiriéndome al viento fuerte). El año siguiente, te compraste una moto. ¿Te acordás que la calentabas en el cuarto, -perdón, apartamento-, mientras nosotros aun estábamos acostados? Bueno, de esto ya hablamos y no hay necesidad de volverlo a hacer.
En eso, ¡se te llegó el tiempo de salir a buscar destino! ¿No sé como ni porque razón, decidiste salir del país rumbo a los "Estamos Sumidos'? A estas alturas, ya no vivíamos en El Tren, sino que en un condominio adonde vivían unos artistas ( Alirio Guerra de los Junior's) y me quedé yo, a cargo del condominio mientras vos salías en camino hacia el norte.
Al tiempo, regresaste al pueblo y me dio mucho gusto que un mediodía, hayas ido a buscarme a mi casa, en el pickup de tu papá para invitarme a ir a dar un vueltín. Fuimos a Sonsonate a hacer un mandado para tu papá y cuando íbamos de regreso, ahí por la cuesta de Atecozol a Las Higueras, vimos un medio kilómetro adelante, algo que nos interesó mucho pero que cuando nos acercamos, nos llevamos una gran decepción, ja, ja, ja, ja, ¿te acordás?
Yo ya tenía mi ladrillera, y con la ayuda de tu papá, vos también tuviste la propia. Cuando regresaste de los "Estamos Sumidos" llevaste a Armenia unos aparatos y era bien frecuente hacer bailes en tu casa (la misma que tienen en la actualidad), claro tengo las grandes y buenas bailadas que nos dábamos ahí, entre la "mera-mera" de Armenia, es decir, el propio Jet-Set.
Y fue a la sombra del árbol de mango de tu casa (casi como dice la canción de Alberto Cortez), donde planeamos salir huyendo del país pues la situación política estaba muy crítica, con los escuadrones de la muerte haciendo mas y mas atrocidades contra gente inocente, humilde y honesta. Nosotros no nos metíamos en nada pero, con esos esbirros no había explicación ni aclaración que valiera, ellos asesinaban, robaban, violaban a como les diera su gana. De ahí que junto al Pollo, el Chele Larín y otros decidimos salir huyendo.
Yo salí antes que vos y cuando llegué a Los Ángeles, me comuniqué con vos, tal como lo habíamos acordado, para darte 'claves' de como estaba el camino y la pasada al otro lado; vos llegaste unos meses después y "aterrizaste" en el apartamento de mi mamá, allá en la Manhattan Ave. cerca de Hollywood. Solamente estuviste unos días con nosotros pues como ya habías estado ahí antes y tenías conocidos y conectes, no te costó encontrar trabajo y lugar adonde vivir. En la navidad de ese año, nos reunimos en mi apartamento con algunos mas que habían también aterrizado en Los Ángeles, y es de esa ocasión que muestro esta foto, en la que estás junto a Manuel 'Terry" (QEPD) y Carías, ¿no sé si te acordás?
Con el tiempo decidiste irte a buscar mejores horizontes a San Francisco, allí te casaste y formaste familia; durante este tiempo, volvimos a distanciarnos pues yo también tenía que ocuparme de mi propia familia. Tal parece que a ninguno nos fue bien en el matrimonio pues terminamos divorciándonos pero, seguimos por la vida.
Con mucha alegría, recibí el reinicio de nuestra amistad, en realidad no reparé en que momento pero si sé que el cariño de mi parte se mantenía intacto y así empezamos nuevamente a tener mas comunicación; ayudó mucho que nos viéramos con alguna frecuencia allá en nuestra querida Armenia durante las fiestas y otras celebraciones y que compartiéramos entonces de momentos cortos quizás pero de calidad.
Ahora, que te volviste a casar, sé (pues me lo has dicho) que encontraste la felicidad que tanto añorabas y que Olga, tu querida esposa es la mujer que siempre quisiste tener a tu lado. Créeme hermano que eso me llena no solamente de alegría, sino que también de tranquilidad al saber que ya no estás solo, que tienes a quien consolar, cuidar, atender, consentir y viceversa, es decir, tenés a alguien que te va a consolar, cuidar, atender, consentir, en fin, amar tal como te lo merecés porque sos un gran hombre, un amigo sincero, honesto a quien me siento muy honrado de tener de amigo y considerar mi hermano.
En este día de tu cumpleaños, te saludo hermano con mucho cariño y felicidad, esperando que vivás muchos, muchos años mas junto a tu querida esposa y demás seres queridos. Aprovecho además para reiterarte mi amistad y mi casa que tal como te lo he dicho, es tu casa; sabés perfectamente que podés venir cuando lo desees pues en esta casa, las puertas siempre van a estar abiertas para vos y los tuyos y mi amistad es y será imperecedera.
Un abrazo.
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