¡Bendito Sea Dios!

Cipotada chula,

¡Díganme pues si no es un milagro!

Realmente esta nuestra página es una cosa maravillosa y esto no lo digo porque yo la haya creado ni porque haya sido el primero que tuvo la idea de hacer algo así para nuestra comunidad, si no que, esto lo digo porque veo la aceptación que esta ha tenido entre todos/as los/as bien nacidos/as armenienses y el uso que de ella hacemos.

Ha sido por medio de esta página que el interés de saber mas sobre nuestra ciudad y su gente se ha acrecentado, ha sido por medio de esta página que muchos/as nos hemos acercado a nuestras raíces (y lo seguimos haciendo), ha sido por medio de esta página que muchos buscamos motivos para reunirnos, ha sido a través de esta página que muchos hemos encontrado el camino para expresar nuestra alegría y orgullo de sabernos armenienses, así como para canalizar nuestro sentido de fraternidad y solidaridad hacia nuestros hermanitos/as menos/as afortunados/as allá en nuestra ciudad por medio de nuestra colaboración económica y participación activa en las diversas actividades que los diferentes grupos armenienses realizamos, ha sido por medio de esta nuestra página que algunos hemos conocido cosas interesantes de nuestra ciudad, ha sido por medio de esta página que varios/as nos hemos hermanado y sobretodo, ha sido por medio de esta –nuestra- página armeniense, que algunos/as nos hemos vuelto a encontrar…

Así, han sucedido cosas maravillosas que sirven para demostrar lo antes mencionado, varias cosas de las cuales usted ha sido testigo por medio de esta –nuestra- página armeniense, de las que recuerdo, por ejemplo, el haber recibido carta de Héctor Orrego Candray, hijo de don Salvador Orrego Candray, de nuestro hermano Lito Toño (desde la fría ciudad de Eagan, Minneapolis) y, ¿como podría dejar afuera la tierna carta recibida por parte de nuestra hermanita de raza Dilvia Rosana Galdámez quien reside en Irapuato, México? pero, lo mas maravilloso que –para mi- ha logrado esta página es el de haberme podido dar la oportunidad de encontrar a mi querido hermanito de sangre… BALMORE EMILIO.

En efecto, anoche recibí un correo electrónico de parte de él, quien vive con su familia en la ciudad de México y, desde anoche mismo iniciamos una larga conversación telefónica que duró unas 2 horas y media y que, continuamos esta mañana junto a nuestra señora mamá quien, al igual que nosotros dos, lloraba de la emoción, de la alegría, de agradecimiento al Todopoderoso por habernos dado esta maravillosa sorpresa, por haber permitido que nos reencontráramos después de unos 30 años…

Se dice fácil pero, 30 años son toda una vida. Y es precisamente una vida la que dejamos que se nos escapara con nuestro queridísimo hermanito pero, igualmente será una vida la que ahora, viviremos juntos, sin separarnos mas, hasta que Dios lo considere diferente.

Yo, no puedo creer todavía que lo que se me ocurrió como un medio para unirnos a los/as armenienses –esta nuestra página-, haya por la voluntad de Dios, servido para recompensarme tan rápidamente y de manera tan maravillosa; con esto, yo no solamente siento que me reanimo y entusiasmo mas, si no que también me empuja a seguir dándole con mas y mas ganas, con la esperanza ahora que mas y mas armenienses tengan la satisfacción, la alegría, la fortuna de ser bendecidos con tan maravillosa noticia como nosotros los Posada lo hemos sido ahora.

Queridos/as hermanitos/as de raza, estoy muy feliz, estoy radiante, estoy muy contento que me he tomado el abuso de hacerlos/as partícipes a ustedes, espero que me comprendan y que se me unan a mi felicidad…. Después de mas de 30 años, nos hemos vuelto a encontrar con mi hermanito BALMORE EMILIO y este próximo fin de semana, voy a tener la maravillosa oportunidad de abrazarle, de verle, de contarle tantas cosas, de decirle… cuanto lo quiero, cuanto le queremos…

¡Gracias Dios Todopoderoso por tan magnánimo gesto hacia nosotros!


Y ya me voy, porque les confieso que sigo llorando de alegría y no puedo contener las ansias de ver a mi hermanito…


Salú,
El Monsiour.