Querido/a Hermano/a Armeniense:
Para que usted sienta el orgullo y alegría que yo siento en este momento, le muestro este artículo que salió esta semana en un periódico de la ciudad de Washington, D.C y que habla sobre NUESTRO GRAN ARTISTA Y ORGULLO BUCHON... ¡LILO GONZALEZ!
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4 de febrero de 2011
El salvadoreño que trajo música al área
Desde hace 30 años, el cantautor Lilo González educa y motiva a niños a través de sus canciones
Por Ana Cubías
El Tiempo Latino
Sentado en un tapete, rodeado de niños y entonando canciones infantiles al compás de su guitarra, Lilo González, de 54 años, se siente en su salsa.
“Seguiré cantando hasta que ya no pueda porque ésta es mi vida y mi mayor satisfacción es ver que los niños canten conmigo”, dijo González a El Tiempo Latino el martes 1 durante una de las clases que imparte para el programa Proyecto Familia, en el Centro Comunitario Harvey Hall que funciona en Arlington.
El músico contó que llegó hace casi 30 años de su natal El Salvador, huyendo del conflicto armado que enfrentaba su país. Llegó a Los Ángeles, California, y luego emigró a Washington, DC a lo que él llama el corazón de la comunidad salvadoreña: la Mount Pleasant. Fue allí donde nació su pasión por la música.
González fue maestro de primaria —de primero a sexto grado—en una escuela de Armenia, el pueblo en donde nació.
“Me encantaba dar clases pero sólo hasta ese momento habían asesinado a 300 maestros en mí pueblo y por eso me fui”, expresó González mientras tocaba suavemente las cuerdas de su guitarra.
Al llegar al área metropolitana formó un grupo musical llamado “Izalco” que comenzó a interpretar canciones del famoso cantautor salvadoreño Pancho Lara.
Con ese grupo viajaron a ciudades como Chicago, Boston y Oklahoma City, y al ver la aceptación de la música salvadoreña, González empezó a componer sus propias canciones.
“Me inspiro en mis vivencias que son las mismas por las que pasamos los inmigrantes de El Salvador en la década de los 80”, relató. “La música es muy poderosa y a través de ella puedes cuestionar situaciones de la vida y cambiar actitudes”, añadió.
En 1989 participó a nivel local en el festival OTI de la canción con su tema “Amor sin papeles”, con la que ganó el primer lugar.
“La canción cuenta mi historia y la de muchos y dice así: ‘si me deportan a mí, te aseguro yo te llevo en alma de mi guitarra y si te vas conmigo te voy a llevar a mi pueblo’”, cantó González cerrando sus ojos. “Con las canciones matamos la nostalgia”, sonrió.
Con esa canción fue al festival OTI nacional en Miami, Florida, y contó que, a pesar de no haber ganado, “aproveché que estaba en televisión y hablé de la situación de los inmigrantes sin papeles como yo”. En 1990 volvió a participar a nivel nacional en el festival de la música con el tema de su autoría “Ningún ser humano es ilegal”, y obtuvo el segundo lugar.
“Esta canción es la historia de muchos que emigran sin saber cuándo volverán a su tierra”, narró con tristeza. “Para mí pasaron 10 años antes de poder regresar y fue un viaje de emociones y contradicciones porque muchos de mis conocidos murieron durante la guerra”, agregó.
Esas dos canciones forman parte de su primer disco titulado “A quien corresponda” y ahora trabaja en el repertorio para su segundo disco que saldrá en agosto o septiembre con el posible título “Love, Life and Memories”.
Hoy en día, González —quien aprendió a tocar la guitarra en las calles— aún usa sus conocimientos de pedagogía al impartir clases de música en diferentes escuelas y programas del área.
“A la edad de tres meses un niño empieza a desarrollar su cerebro y la música es el instrumento perfecto para motivarlos a aprender y que vean el mundo de otra forma”, aseguró González. “La música me conecta con ellos de una manera increíble solo al entrar al salón de clase los pequeñitos ya se empiezan a mover y a querer cantar”, enfatizó.
Gloria Starr, directora de Proyecto Familia, afirmó que los niños disfrutan la clase de González que es la más esperada “A Lilo lo adoran porque es una persona con un gran carisma, que no sólo los incentiva a cantar, sino que se toma el tiempo para sentarse y platicar con ellos”, afirmó Starr.
González señaló que enseñar es una de sus mayores satisfacciones, porque los gestos más “nobles y sinceros los he recibido de los pequeños”. Y contó que en cierta ocasión que fue a un concierto en El Salvador un niño de 12 años se le acercó al final y le dijo “¿Verdad que usted canta con el corazón?” a lo que él respondió “Sí hijo”. El niño se apresuró a decirle “es que su canción me llegó hasta el fondo de mi corazón”. “Esas son las cosas que me motivan a seguir cantando”, concluyó.
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Y para que usted también disfrute de un video en el que aparece nuestro hermano, le muestro el enlace (link) a continuación, al que solamente tiene que presionar con su ratón para irse directamente al video, es este:
Gracias Lilo, realmente nos hacés sentir muy orgulloso/as, te felicitamos, te agradecemos y te invitamos a que sigás adelante, todo el pueblo buchón está a la expectativa de tus actividades llenas de éxitos.
Sinceramente,
Edgardo Posada (El Monsiour).
AURA
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