Queridísimo/a hermanito/a de raza,
Hoy martes 26 de julio, del 2011, al celebrar una misa de novenario en la Iglesia San Ignacio de Loyola de la ciudad de Tijuana para conmemorar el noveno día de la muerte de nuestra querida madre, Aída Luz Posada; quiero públicamente agradecer a todos/as y cada uno/a de ustedes que por diferentes medios, nos han manifestado su dolor ante este hecho que nos llena de luto a nosotros/as los/as Posada.
Yo me temo que el agradecimiento nuestro, a pesar de ser profundo, inmenso y sincero, posiblemente se quedará corto y este, no podrá expresar nuestra eterna gratitud en la medida que nosotros/as los/as Posada quisiéramos; esto es porque, las palabras y muestras de pésame han sido incalculables, variadas, bellas, constantes, innumerables y tan tiernas que nos han llegado al alma y, al querer responder con la misma intensidad y magnitud con las que uno las siente en el alma, las palabras simplemente no logran expresar y manifestar este agradecimiento; esperamos que usted, que lee estas líneas nos comprenda…
Esto, sí podemos decir: las muestras de simpatía, las palabras de apoyo y las manifestaciones de cariño que nos han hecho llegar, han sido suficiente para darnos fortaleza, para ayudarnos a aliviar la pena y también para hacernos sentir aceptados/as entre tan linda, noble y fraternal comunidad de personas sinceras y de buen corazón con quienes, ahora más que nunca, sentimos con humildad que acomunamos en un mismo sentir cristiano y a quienes les manifestamos nuestro eterno compromiso de siempre proveerles de nuestra sinceridad, de nuestra amistad, de nuestra fraternidad, de nuestra simpatía, de nuestros mejores deseos y, al agradecerle nuevamente por acompañarnos en nuestro dolor, repetimos nuestra petición al Todopoderoso que le brinde de bendiciones a usted y a sus seres queridos.
Con la más grande humildad y sinceridad que emanan de nuestro corazón… ¡gracias!
Nuestra querida madre no nos dijo adiós, simplemente nos dio un… ¡hasta luego!
Pronto nos reuniremos con ella y viviremos la felicidad que el Creador nos tiene deparada.
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