Querida cipotada buchona,
¡Una foto vale más que mil palabras!... dicen…
Y hay mucho de razón en ese dicho; precisamente en estos momentos de sufrimiento allá en nuestra querida “Tierra Linda” en los que, en vista de la falta de medios que permitan enviarnos dichas fotografías, para mostrarlas por medio de esta, nuestra "Página Oficial Buchona", uno no tiene opción más que confiar en los relatos de testigos o en fotografías cuyo tiempo y espacio, uno no conoce bien.
Según los relatos escuchados, la destrucción es grande, muy grande, tanto que es histórica, casi inaudita pues esta llega a puntos y circunstancias que de no estar ahí, enfrente –dice quien hace el relato- sería algo muy difícil de comprender. Jamás había ocurrido algo semejante en Armenia –aseguran algunos- y yo les creo pues Armenia no está rodeada de grandes ríos u otras masas de agua que le hagan pensar a uno en esta posibilidad pero, lo que si no habíamos tomado en cuenta son cosas como la deforestación y el efecto invernadero que son causantes directos que nuestra tierra no tenga defensas ante fenómenos como este.
Y también es difícil de aceptar para algunos/as de los/s afectados/as –continua mi relator- ya que, a juzgar por la actitud de algunas personas ante esto que sucede frente a sus ojos, esa actitud de inacción, de incredulidad total casi como creyendo que todo ha sido un sueño (pesadilla) y que, cuando deje de llover, su casa, sus animales, sus pertenencias, todo lo que tenían antes de las tormentas, cobrará presencia y estarán ahí nuevamente en el mismo lugar adonde estaban antes de la catástrofe…
Y la ayuda que llevamos –continua esta persona- es poca, pequeña, siempre poca, siempre pequeña porque, la necesidad es grande, muy grande y casi imposible de satisfacerla, principalmente cuando nos piden más o cuando nos piden algo que en situaciones normales uno no le pone atención ni lo aprecia como un simple dulce para el niño que está llorando porque tiene hambre o la bolsa de plástico del arroz para "poner unas cositas que no quiero que se me mojen" o un poco de sal para la sopita que tienen que compartir varios o una “mejoral” para el dolor de muela de la señora que tiene que amamantar a su pequeña hija…
Las escenas son duras –continua-, algunas devastadoras, impresionantes e impactantes pero… hay que seguir –continua- hay que seguir porque si no, se puede entrar en un estado negativo y uno puede darse por vencido y dejar de ayudar…
Y hemos ayudado lo mas que hemos podido dentro de nuestras posibilidades y seguiremos haciéndolo hasta que podamos, es decir, hasta que se hayan agotado nuestros recursos, incluyendo el económico –por supuesto- pero, es que hay mucho que hacer…
Los/as muchachos/as, -algunos/as de JOPROAR, otros/as del Barrio Santa Teresa, de la Colonia San Antonio y varios/as sin afiliación-, han visitado muchas comunidades rurales durante todos estos días –desde el sábado porque el viernes fueron al refugio temporal del C. E. Juan Ramón Uriarte- y han repartido la ayuda que AURA les ha proporcionado así como la que ellos/as logran recoger como ropa, zapatos, colchas e incluso víveres y agua; ellos/as ha ido a lugares muy apartados adonde nadie más ha llegado a ayudar…
Si fíjese que desde el viernes estamos proveyendo ayuda, poca –es cierto pero es que la necesidad es tan grande que da la impresión que cuando se compra los víveres, uno podrá asistir a muchos pero cuando se entrega la ayuda, uno se da cuenta que… es poca, que falta más ayuda, mucho más. Por ejemplo ayer fuimos a entregar ayuda a la alcaldía, compramos algunas cosas que ellos nos dijeron que necesitaban y contentos/as llevamos 5 fardos de “maseca” de 12 bolsas cada uno, 50 libras de frijoles, 2 cajas de aceite de 24 botellas cada una, 1 quintal de azúcar, 10-14 cajas de café instantáneo con 40 sobrecitos cada una y 75 libras de arroz, nosotros/as íbamos bien satisfechos/as a dejar estos víveres pero, al momento de hacer la entrega sentimos como que era muy poco…
Y ahora imagínese cuando la ayuda se la entrega a la madre o al padre de familia y esta ayuda, es solamente para un ‘tiempo” de comida…
Por eso, Edgardo es que apreciamos lo que ustedes están haciendo ahí y la ayuda que nos están proporcionando en estos momentos, ahora que es cuando se necesita, hoy que la necesidad es extrema…
Yo digo, muy humildemente, que a pesar de saber que hemos hecho lo mas indicado y que hemos ayudado de la manera que mejor hemos podido (con Dios de testigo y con nuestra conciencia, tranquila), aun no es suficiente, aun hay mas que hacer, aun podemos y haremos mas, porque si no es ahora... ¿entonces cuando?
Nuestra gente sufre y necesita nuestra ayuda hoy, mientras tanto... algunos/as divagan y se preocupan de otras cosas…
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