¡Esclavos de lo Inusual!
(Y las diferencias de actitudes y
comportamiento entre nuestra comunidad y la de Estados Unidos).
Claro recuerdo un artículo que leí en Los
Ángeles Times apenas unos pocos meses después de haber arribado en estas
tierras norteñas; era el año 1980 y yo, ya cursaba mi cuarto ciclo de Inglés
como segunda lengua en la Evans Adult High School del centro de Los Ángeles.
Como había sido mi propia indicación y recomendación,
no habría yo de leer, ver o escuchar ningún medio que no fuera en el idioma
inglés pues de esa manera, yo ayudaría a que mis sentidos se familiarizaran mas
rápidamente a esta nueva lengua con lo que la comprensión y consecuente manejo
de ella sería no solamente mas rápido sino que también mas efectivo.
Pues bien, el mentado artículo del que hablo,
me llamó la atención –debo decirlo- por su sugestivo título, además de estar
este colocado en una parte preponderante
de dicho diario y este artículo se refería a algo que en esos días estaba presente
con mucha constancia en demás medios: era sobre un pato cuyo cuello estaba
atorado en una red plástica de esas con seis cavidades que sirven para acarrear
más fácilmente los “six-pack” de cerveza; dicho pato que nadaba trabajosamente
en un lago artificial de una ciudad grande de este país del norte, había sido
capaz de captar no solamente la atención de un gran porcentaje de la población
de todo el país, sino que también había logrado despertar el sentimiento
acongojado de millones de personas que por algunos días le siguieron la pista a
nuestro pato amigo, por medio de los medios de comunicación , principalmente de
la televisión pues de esta manera, se le seguía de manera instantánea. Fue tan
grande la “promoción” de las dificultades sufridas por nuestro pato amigo, al
punto que varias cadenas de televisión y de radio, se presentaron a orillas de
dicho lago para dar, minuto-a-minuto, informes del desarrollo de las penurias
del amigo pato, hasta que finalmente las autoridades correspondientes se
hicieron presente y después de capturar al pato amigo, le retiraron el plástico
verdugo que casi le causa la muerte a nuestro amigo pato (cosa que yo, me
pregunté desde el inicio de esta odisea de nuestro “anas boschas” amigo: ¿por
qué no hacían las autoridades, en lugar de que esto se expandiera a la magnitud
a la que llegó).
Y así, la historia terminó y con ella, se
llevó todo el encanto y fascinación que entre una multitud había creado…
¡muchos, se sintieron tristes de no poder ver y seguir la pista de su pato
amigo y sus increíbles peripecias realizadas para poder sostener una vida de
pato lo mas cercana a lo normal! (decía el artículo del que les hablo).
El autor del artículo también hacía mención al
fenómeno que esto había generado. Al concentrar la atención de millones de
personas, preocupadas por un “simple”, pero “simpático pato” –decía-, mientras
en Bangladesh, en estos momentos, miles de niños mueren por causa del hambre, y
muy pocas personas muestran interés por ellos, por esos “feos y sucios”
niños…muriendo del hambre…
No hay duda que todo es percepción, decía el
autor, percepción de los hechos tal como nos los muestran los medios de
comunicación, además, del “mensaje” entre líneas que nos ponen enfrente estos
medios, continuaba. Y para terminar de reafirmar su teoría (título de su
artículo) remachaba con una pregunta: ¿Por qué estamos dispuestos a dedicar
tiempo en ver escenas de patos en problemas y obviar aquellas en las que
aparecen los niños de Bangladesh? La respuesta tiene que ver con el hecho que
nosotros como sociedad, decía, “somos simple esclavos de lo inusual”, el asunto
del pato, es el primer de esta naturaleza que se presenta por los medios de
comunicación, en cuanto a los niños de Bangladesh… ¡ya hemos visto mucho niños
morir de hambre y por otras causas, en Vietnam, Angola, Haití, Japón, etc. y ya
no nos llama la atención! –concluía-.
Traigo a cuento este tema hoy, porque en estos
días recientes observé algo por televisión que me llamó la atención y que me
hizo recordar este artículo del Los Ángeles Times. Veía uno de mis programas
favoritos cuando durante un corte comercial, apareció una reconocida artista
pidiendo en nombre de una entidad no-lucrativa la ayuda de los televidentes
para mantener a mascotas (perros y gatos) que han sido maltratadas y que ahora
los tienen en unos “shelters”. Su ayuda es importante –decía la artista, con
una voz bien dramática y dolorida- y usted puede hacerlo con tan solo $18.00
por mes; por favor no se tarde; estos pobres animalitos lo necesitan
urgentemente… minutos después, y durante el mismo programa, apareció la misma
actriz, pidiendo ahora ayuda para unos niños necesitados que viven en África,
en otro comercial de la misma entidad no-lucrativa. Nuevamente y con la voz
dramática y triste, ella decía que podíamos ayudar a mantener a estos niños con
tan solo $15.00 por mes.
Eso es lo que me llamó la atención: ¿Para los
animalitos nos piden $18.00 al mes y para niños, solamente $15.00?, realmente
no entiendo la razón, a menos que lo que decía el artículo del Los Ángeles
Times, se vea concretado nuevamente: ¡Esclavos de lo Inusual!... unos 32 años
después.
Y usted, querido/a hermanito/a de raza, ¿qué
cree?
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