Querida cipotada chula,
Mire usted,
fíjese que unos días atrás, platicábamos con un compañero de trabajo acerca de
temas espirituales -casi religiosos- (mi compañero es un joven activo de una congregación
Cristiana).
Dentro de
nuestra conversación salió el tema de la salud corporal la que –concluimos-
está estrechamente relacionada a la salud mental y por supuesto al bienestar
espiritual por lo que –volvimos a concluir- es muy importante mantener la salud
por medio de ejercicio (físico y mental), de buena y controlada alimentación,
de mantención del estado emocional y otras vainas por ahí…
En un
momento le mencioné a mi compañero algo que yo había leído hace algún tiempo
atrás y que tiene que ver la longevidad (que lógicamente tiene que ver con
buena salud) de las personas y el área geográfica en el que estas personas
viven y así, le mencioné a las personas del Tíbet, de algunas áreas rurales del
Japón, de China, del sur de Italia, de la islas Azores, etc.(de las que me
acuerdo) y le expliqué que según eso que leí, algunos estudiosos consideran que
los factores que tiene que ver con este hecho de longevidad son varios y
variados, entre los que están: el clima, la vegetación (flora), la posición
geográfica del área (longitud y latitud), la modernización (o falta de ella),
la relación comunitaria (como se relacionan sus habitantes entre sí, a diversos
niveles), la rutina de los habitantes (que va cargada de ejercicio), la dieta
(las frutas, legumbres y plantas sobresalen con un poco de carne de pollo y
pescado, preferentemente) y, (cuando le mencioné lo siguiente, mi amigo me
discutió efusivamente pues no creía –me decía- que esto fuera relevante,
incluso pienso que no es cierto, -me dijo-); ¡BEBER LICOR!
¡No puede
ser cierto!, contraatacaba él, las personas que toman son enfermas… todo lo
demás que me ha dicho, si creo que contribuya a la longevidad de las personas pero…
beber licor, ¡no lo creo!
Confieso
que ante su respuesta, posición y abnegada defensa de su incredulidad ante
semejante cosa que yo decía, me sentí un poco perturbado y hasta “nocivo”; es
que, me este amigo me hacía parecer como si yo fuera un obcecado defensor del
vicio de “Baco y sus espíritus” y me sentí mal, casi como pensando que mi amigo
se había formado la idea que yo era un borrachito que a toda costa, pretendía hacer
parecer mi vicio como saludable ya que, no podía ocultarlo más pues era
evidente mi afán en el sostenimiento del tema.
Por cosas
de la casualidad, se me ocurrió mencionarle (preguntarle) si había escuchado acerca
del “Poder del 9” y este amigo, en cuestión de segundos, cambió su semblante,
me miró fijamente a los ojos y me respondió:
-
¡si,
ya había escuchado algo del tema, me lo dijo mi papá!, ¿Y qué tiene que ver con
nuestra plática?
-
Nada…
y mucho, cuando tenga chance busque en el internet y quizás usted encuentre
ahí, algo que le sirva y que también me sirva a mí.
-
Esta bien lo voy a hacer, dijo y terminamos así
nuestra plática.
Pues
resulta querido/a hermanito/a que hoy que fui
a otra de nuestras plantas, me encontré con este amigo quien cuando me vio,
me saludó muy afectivamente al tiempo de invitarme a su oficina a ver algo que
había imprimido la semana pasada, me dijo.
Me lo
mostró y al leer el contenido, aquel me dijo que estaba convencido que yo le había
dicho la verdad, que le disculpara por haber dudado de mi palabra y para
agradecerme por haber sido paciente y tranquilo con él.
Por
supuesto que me alegró mucho todo; y, créame hermanito/a que no es por haber “ganado” el debate, sino
que por sentir que he descubierto un buen amigo, otro amigo más que con su
sinceridad y sencillez, llegan a forjar mi espíritu que lo cuido y protejo con
mucha humildad.
Este es un
extracto del “Poder del 9”, que lo muestro a usted, para que ojalá usted se
interese en el tema y que indague por más información
“Poder de 9”
1- Muévase naturalmente. “Haga usted
mismo/a su trabajo de casa y jardín; baje y suba las escaleras o el camino para
lavar y tender su ropa; agáchese para moler su propia masa”. Incorpore más
movimientos cada hora.
2- Conozca su propósito. “Tómese el
tiempo de reconocer sus valores, sus fortalezas, sus pasiones y sus dotes”. Buettner dice: Reflexione y trabaje en usted mismo/a.
3- Baje de velocidad. Libere el estrés crónico
al encontrar tiempo para una siesta, para meditar o para orar.
4- La regla del 80%. Corte el 20 por
ciento de sus calorías diarias con prácticas saludables comprobadas: coma un
desayuno grande, cene con su familia, y empiece cada comida expresando
agradecimiento.
5- Inclínese por la planta. Coma -lo más que pueda-
alimentos con base en plantas, y pequeñas porciones de carne no más de dos
veces por semana.
6- Tome
vino a las 5. Bebedores viven mas tiempo que los que no beben. Esta sugerencia de longevidad tiene
una excepción: aquellos en la zona de Loma Linda (California) fueron
adventistas del Séptimo Día, quienes son abstemios/as.
7- La familia es primero. Vivir en una familia
amorosa, entusiasta puede agregar hasta seis años más de su vida. Manténgase en
una relación positiva y comprometida y manténgase cercano a sus seres queridos
mayores, padres y abuelos.
8- Pertenencia.
“Aquellos/as con mas conexiones sociales viven mas”. Sea parte de un grupo de personas con
conciencia saludable y que le apoyen.
9- Tribu correcta. Buenos/as amigos/as
tiene un efecto positivo en su longevidad. Apóyelos/as y adopte su comportamiento
saludable junto a ellos/as.