Ella se regresó a su casa ese mismo día 25 por la tarde -me contó la prima-, cuando llegué como a eso de las 7 y media a buscarla y por eso, aseguro que jamás he vivido una procesión tan triste como la de esa noche, en la cual, la Santa Teresita recorría el pueblo, para cerrar las festividades en su honor. Lo bueno es que el fin de semana estaba a dos días y con eso, yo podría ir a visitar a mi papá a Santa Ana , con lo que tenía la oportunidad de ir a verla a ella, a mi adorada, a la mujer mas bella que he visto. En efecto, fui a buscarla una mañana de sábado (el siguiente sábado, por supuesto); al tocar la puerta de su casa (mas bien dicho, del portón de entrada, color verde oscuro), salió su hermana menor quien (actuando como que ya sabía de mí, y como si ya me conocía), sonriendo respondió a mi saludo, abrió la puerta del portón y me permitió entrar al patio frontal, adonde me ubiqué bajo un pequeño árbol a la par de la entrada de los carros; segundos después, salió ella -mi adorada- sonriente, brillante, despampanante y tremendamente atractiva quien, ataviada con un vestido color rojo intenso que le llegaba hasta la rodilla con una abertura a media pierna, sin mediar palabra alguna, me empujó hacia un pequeño arriate que adornaba el patio delantero de su casa, para enseguida, lanzarse sobre mí con un abrazo candente, efusivo, cariñoso...¡para fundirnos en un largo y profundo beso!
- ¡Ay que bueno que vino Monsiour!
- Claro amor, si se lo prometí,
- Si, pero yo pensé que solamente eran palabras,
- No, Negrita mía, lo que yo digo lo cumplo porque es lo que siento, lo que pienso...
- ¡¿Negrita?! ¿Por qué me llama así, si yo no tengo la piel morena?
- Ah, le llamo así porque de seguro, usted está cansada de que le digan "chelita", ¿no es cierto?
- Esteee, si es cierto pero...
- Lo que sucede es que yo, no quiero decirle las mismas cosas que me imagino, usted ha escuchado muchas veces...
- Pero...
-Además, también voy a procurar hacer cosas para usted que nadie haya hecho antes...
- ¿Qué quiere decir con eso?
- Bueno, quiero decir que yo voy a SIEMPRE hacer cosas con las cuales, usted se sienta bien, cosas con las cuales, usted se sienta cómoda, que se sienta respetada, que se sienta digna, que se sienta alegre, orgullosa, que se sienta...
- ¿Y cómo va usted a saber cuales son las cosas que me harán sentir así?
- Fácil, Negrita mía, tenga claro esto: ¡NUESTRA RELACIÓN, VA A TOMAR EL RUMBO QUE USTED DECIDA PUES YO, SIEMPRE HARÉ LO QUE USTED QUIERA PORQUE PARA MI, USTED ES LA LUZ DE MI VIDA...¡USTED ES MI LUZ!
Ella, no me dejó continuar, al volver a presionar sus labios con los míos y con eso, hacer que nuestras humanidades se unieran de manera ardiente, apasionada, acelerada, emotiva...
Y así hubiéramos seguido quizás, si no hubiera sucedido que su hermanita saliera al patio y con un huuum, huum, huuumm, alertándonos que venía su mamá, es decir, la procreadora de aquella bella criatura con quien estábamos besándonos, por lo que nos separamos rápidamente, al tiempo de tratar de desaliñarnos un poco y de intentar "planchar" nuestra ropa con nuestras manos.
- Mire mamá, ¡el es el muchacho de quien le hablé!
- Buenas tardes señora, mi nombre es Edgardo,
- Hola, buenas tardes, ¡si ya sé su nombre! Y cuénteme ¿cuales son sus intenciones con mi hija?
- Pues, mire señora, yo a adoro a su hija y precisamente hablábamos con ella al respecto de mis intenciones, le decía que yo, voy a respetar sus deseos y que nuestra relación, va a llevar el rumbo que ella quiera, que ella decida...
- Eso está bien, me gusta, pero quiero recordarle que ella, por ser menor de edad, tiene siempre que pedirnos permiso para hacer cualquier cosa y usted, debe respetar eso.
- Claro que si, señora, le prometo que así lo haré...
- Está bien, mire, usted tal vez no lo sepa pero ¡nosotros conocemos a su papá!
- ¿De verdad!
- ¡Si, claro, es el dueño de la casa adonde tiene el estudio fotográfico que está ahí por el hospital y de la casa allá por la calle a Sihuatehuacán, varias veces nos hemos reunidos para alguna ocasión.
- Pues, para mí, esa es una buena noticia para que usted sepa de qué familia soy...
- Si, claro y usted, es bienvenido a nuestra casa, también porque mi cuñada en Armenia, me contó que usted se portó bien caballeroso y respetuoso con mi hija, durante las fiestas allá y eso me agrada mucho, pero, ¡pase adelante que ya va a venir mi esposo!
- Claro que si, muchas gracias.
Y pasamos a la sala de la casa, para esperar que llegara el papá de mi adorada quien desde temprano había salido en su pick-up hacia su finca, pues ya estaban llegando desde el oriente del país, las personas que cortarían el café y él quería asegurarse de que todo estuviera bien.
Mientras esperábamos, salió el hermano menor de mi adorada (último hijo de sus padres) quien, me saludó con un: ¿Qué onda? y yo le respondí con un...¡neles! y casi de manera automática, nos hicimos amigos. Nos pusimos a platicar de gustos musicales y de otras carambadas y todo marchaba bien hasta que llegamos al punto de hablar de futbol...
- ¿Y cual es su equipo preferido? -pregunté de intrometido-
- ¡Pues el de toda mi familia... el "Fasito"! ¿Y el suyo?
- Ah... el primer equipo que puso a nuestra "Tierra Linda" en el mapa del fútbol: el tremendo y poderoso elefante blanco del "ALIANCITA" -dije con atrevimiento y osadía-
- ¿¡Qué dice!? -preguntaron, casi al unísono, todos ellos (cuatro personas: mi adorada, sus dos hermanos, su mamá -sin incluir a la sirvienta quien de seguro pensaba igual que ellos-)...
- Pues, digo que mi equipo favorito es el primer equipo salvadoreño en ganar un campeonato del NORCECA (lo ganó en los años 1966-1967), además en esos años le ganó al Santos de Brasil con todo y el jugador que clamaban era el mejor del mundo en esa época y le ganó a otros equipos de importancia continental y mundial y si fuera poco, también fue el primer equipo salvadoreño en ganar la Copa de Campeones de Centro América, por eso admiro y quiero al tremendo "Elefantito Blanco"...
- Ah, pero el Fasito es el papá de ese equipito de "enfermeras", replicó el joven aquel y ellas todas, incluyendo a la sirvienta, se pusieron a reír a carcajadas ante la ocurrencia del muchacho y en eso estábamos cuando oímos el ruido del motor de un carro acercarse y el "chirrido" del portón al abrirse entre los rieles de metal.
Era el papá de mi adorada, quien después de besar a cada uno de ellos (menos a la sirvienta), se me quedó viendo con un poco de recelo y mucha seriedad...
- ¿Este joven es tu novio, hija?
- Si, papá, el es Edgardo de quien le hablé...
- Hola, muchacho, ¿como está?
- Pues muy bien señor, ¿y usted?
- Bien, gracias; usted no toma ni es marihuanero, ¿verdad?
- No, señor, por supuesto que no, ni siquiera fumo cigarrillo...
- Bueno, entonces si es así, usted es bienvenido a esta casa, siempre y cuando, venga cuando mi señora o yo estemos presentes, ¿oyó?
- Si, señor, escuché y le prometo que así será, voy a tener cuidado con eso.
- Bueno pues, está bien, ayúdeme a bajar unos costalitos de naranjas y unos recimos de guineos que traigo en el pickup, por favor.
- ¡Con mucho gusto!
Me puse a bajar esas cosas yo solo pero, el hermanito de mi "adorada" decidió ayudarme y cuando ya habíamos terminado, el papá de mi adorada, me habló para que fuera adentro de la sala, adonde el había sacado unas fotografías que quería mostrarme, en esas fotos, aparecía el, su esposa y mi papá, entre otras personas. Para que vea que con su papá somos amigos -me dijo-, nos conocemos desde hace mucho tiempo porque fuimos compañeros en el bachillerato, cuando él regresó de los "Estamos Sumidos", es una buena persona y sé que usted también -me aseguró-; al escuchar eso, yo me sentí muy contento y por supuesto mas tranquilo para hacer planes de ir a visitar a mi adorada con confianza a su casa.
El señor dijo que tenía hambre y que le sirvieran rápidamente porque quería descansar un rato, antes de ir a El Congo a hacer un mandado; ¿Quizás quiere que lo lleve, si va usted para Armenia? -me preguntó-; si, me parece buena idea -le respondí- y al invitarme a la mesa, nos pusimos a meterle a aquella sabrosa sopa de patas que la señora había decidido que preparara la sirvienta, para almorzar ese día.
Después de "meterle al diente", el señor se fue a su cuarto, seguido por la señora, los hermanitos de mi adorada se pusieron a ver el programa de televisión "Juegue, Ría y Gane" en la sala de la casa, mientras la mujer mas bella del planeta y yo, nos fuimos al patio de atrás de la casa, adonde estaba una hamaca pendiente del horcón de una galera que le hacía de bodega y que, estaba un poco encerrada y alejada de la vista desde las ventanas de la casa, a causa de las ramas de los palos de eucalipto, mirto y azahares que le rodeaban y que nos permitía estar plácidamente, casi fuera de la vista y atención de los que estaban dentro de la casa. Nos recostamos y acomodamos en aquella hamaca, lo que nos hacía estar con nuestra humanidades bien cerca, ¡muy cerca!
Ella se colocó encima de mí y con la mirada mas bella que yo jamás haya visto, me dijo que estaba totalmente fascinada con todo lo que ocurría en ese momento:
- ¡No lo puedo creer!
- ¿Qué, amor, qué es lo que no puede creer?
- No puedo creerlo que mis papás lo hayan aceptado a usted, así tan fácil, tan...naturalmente, ¡si viera como me cuidan, como me tratan como si fuera una niñita!...
- Lo que sucede amor es que ellos saben que usted es una mujer inteligente quien no se va a fijar ni mucho menos invitar a su casa a un hombre que no la valore y aprecie a usted...
- Si, tal vez sea eso, pero, no deja de sorprenderme la facilidad, mas que todo esa manera simple de mi papá de aceptarlo a usted, de incluso pedirle que bajara las cosas del pick-up, ¡si él es bien desconfiado!
- Pues, lo único que le puedo decir es que, los padres nunca se equivocan y los suyos, me tienen confianza y eso, es muy importante para mí pues, es una gran responsabilidad y yo, no les voy a quedar mal a ellos, yo siempre la voy a tratar con respeto y cariño a usted, ¡se lo prometo!
En ese momento, ella me besó y con una bella sonrisa que expresaba satisfacción y tranquilidad, ella me prometió fidelidad y me pidió lo mismo; le repliqué que con todo el alma se lo prometía y entonces, le sugerí que debido a la distancia entre nosotros dos, teníamos la tarea de hacer que nuestra relación estuviera apoyada en la confianza.
- ¡Tenga presente amor, que nosotros aún somos menores de edad por lo que, algunas veces no podremos hacer lo que deseemos hacer sino contamos con el consentimiento y aprobación de sus padres y de mis abuelitos; esto quiere decir que algunas veces podremos pasar mucho tiempo sin vernos por lo que, para mantener nuestro amor de manera saludable y optimista, debemos tener confianza el uno con el otro; yo necesito amor que usted me comprenda y que confíe en mí, yo, de mi parte confiaré en usted y así, mantendremos nuestra relación sana; ¿de acuerdo?
- Si, amor, así será,
- Gracias vida mía,
- Monsiour, hoy, cuando usted llegó, cuando estábamos platicando allá afuera, usted me dijo algo bien bonito, ¡algo que me gustó!
- ¿Qué fue, amor?
- Usted me dijo que yo era su luz, ¿por qué me dijo eso?
- Porque es la verdad, usted es eso para mí, es la luz, esa luz que desde que la percibí, no me cegó sino que me abrió los ojos para que pudiera ver con claridad cual es el camino de la felicidad, ese camino que yo quiero recorrer junto a usted porque es usted, quien me alumbra, quien me ilumina para indicarme el sendero que debo seguir, que debemos seguir juntos...
- ¡Qué bonito, Monsiour!
- Si, es bonito mi pensamiento porque usted me lo inspira y por eso, le juro, a partir de este momento que cada vez que escuche esta canción, me acordaré de este momento, de este bello momento juntos...