viernes, 25 de agosto de 2023

Carta a Giddel - Parte 4

 

Carta a Giddel 

4

Y, fue precisamente por esta razón que nos habíamos puesto en una más estrecha y constante comunicación, ya fuera por mensajes, por textos e incluso por llamadas, en las que, hablábamos de muchas cosas de allá del pueblo y de lo que nos gustaría hacer para colaborar a su mejoramiento, también hablábamos de nosotros, de nuestras familias, de nuestras rutinas, de nuestros gustos, etc. todo creo, en un intento “interior” de recuperar el tiempo para entrelazar más nuestra amistad, es decir, para recuperar el tiempo perdido, incluso hablamos sobre la posibilidad de que ustedes nos visitaran en esta tu casa, lugar adonde podríamos juntarnos con otros amigos y entablar amenas y fraternales charlas, cantar, sonreír, disfrutar de nuestra amistad, gozar la vida. A propósito, de esta manera es que tuve el último contacto contigo, fue una llamada tuya que cuando respondí vos ya habías apretado el botón de “detener” y aunque en seguida intenté dos o tres veces de marcarte, vos ya no recogiste la llamada; pensé que de seguro ibas manejando y que después me llamarías (como cuando te marqué una vez y me respondiste diciéndome que te marcara más tarde pues manejabas) pero, ¿no sé por qué putas, ya no te marqué, ya no insistí?, y mirá hermanito, vieras como me duele pues de esa manera, ¡me perdí la posibilidad de escucharte, aunque fuera la última vez! Y es que de haberlo sabido, te hubiera dicho todo lo que te estoy tratando de decir ahora, decirte que aprendí a admirar el amor que siempre has tenido con tu esposa Rosita, y es que, te confieso que cuando ustedes eran solamente novios allá en Armenia, jamás imaginé que el amor entre ustedes llegaría tan lejos, pensaba que la de ustedes era una relación corta y que no duraría los embates que la vida da algunas veces pero que ustedes lograron solventar siempre unidos en amor, me hubiera gustado mucho decirte que gozaba viendo los videos de ustedes paseando, a propósito uno de los últimos videos que vi fue cuando fueron a Big Bear, en fin, hermanito me hubiese gustado el tener el chance de expresarte todo esto, todo el cariño, mi aprecio, mi agradecimiento, mi respeto, mi admiración, por y para vos… todo eso, todo eso que lastimosamente no te dije porque no quedó tiempo.

Y ahora que el Todopoderoso ha determinado llamarte más cerca de él, mientras yo sigo deambulando por aquí, entiendo que a la vida, le da valor las personas con las que nos encontramos y compartimos; y en mi vida, personas como vos, son prominentes y te aseguro hermanito que, ¡lo serás hasta siempre, hasta que a mí también… me llegue la hora!    

Hasta pronto amigo/hermano, descansá en paz.






















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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...