viernes, 31 de enero de 2020

Epoca de Oro del Futbol Armeniense - II

Al aproximarse las fiestas patronales, nadie se me había acercado de parte del Racing Jr., pero sí alguien del CD Salvadoreño; era el profesor Toño Argueta quien me preguntó si quería jugar ese próximo 21 de Noviembre durante las fiestas; le respondí que sí y me preparé para dicho partido, pensando que quizás ya no jugaría en el Racing pero si en el Salvadoreño que también estaba ya en la categoría de ascenso. Resulta que algo pasó dentro de ese equipo pues el día del partido, Toño me dijo que ya no jugaría con el equipo titular pero que si lo haría en el partido preliminar pues necesitaban reforzar al equipo local que se enfrentaría al que había llegado desde San Salvador, traído por el señor italiano Mike Colennese, quien era el principal “colaborador” del CD Salvadoreño; la noticia de ese cambio no me agradó mucho; jugué el partido, junto a Oscar “Diablito” y otros que después jugaron en el equipo titular pero yo decidí ya no seguir con la idea de jugar ahí.
Me inscribí en el Racing Jr. y empecé a prepararme mentalmente para jugar la próxima temporada en la Categoría de Ascenso que en esos años, era realmente de un muy buen nivel. El Racing Jr. había ganado el derecho de jugar en esa categoría como resultado de su exitosas campañas en segunda categoría y después en la primera “B” donde había salido campeón en ambas gracias a su excelente formación de muy buenos jugadores como Jorge Galán (el Cuyito), Baltazar Chulo (Macho), Ricardo López (Cohete), Roberto (Garrobo), el “Chino” Ademir, Pablo Toledo (el Sapito), César Burgos (Cacho), Chico Calderón (quien era el goleador), “Chiquilla” Artiga, Mauricio “Tarzán”, Hernán Olmedo, Manuel “Pacayón” Figueroa, Manuel “Pacún” Jaimes (portero) y los dos hermanos Anaya quienes eran los verdaderos baluartes de ese equipo con sus maravillosas y electrizantes jugadas que realizaban cada uno desde las líneas: ¡a veces Víctor en la derecha y Leonel en la Izquierda o al contrario pero siempre, creando peligro para el arco rival!
Yo fui varias veces a verles jugar desde que estaban en segunda categoría y jugaban en la cancha de la hacienda “La Puerta” porque el estadio (como lo mencioné anteriormente) estaba siendo re-engramado, recuerdo que era mucha afición que llegábamos a apoyarle, mucha y la mayoría éramos jóvenes estudiantes que viajábamos a como fuera, en camioneta, en carro, en pickup, en camiones, “a raid” y como cuando jugaba de local la cancha estaba cerca, ¡hasta a pata!
No recuerdo exactamente adonde jugaba el CD Salvadoreño en esos días aunque creo que en la hacienda San Isidro (¿talvez alguien me pueda corregir?), pero lo bonito es que también hizo una campaña bastante buena que le permitió mantenerse como un equipo muy competitivo y contendiente.
Ya en el Racing, debuté en el primer partido de la temporada, jugando en Armenia contra el Huracán de Atiquizaya, era el año 1976. Por decisión de Búcaro (el entrenador del Racing en esos días) entré al campo de juego en una posición que no era la natural mía y en la que nunca había jugado (defensa lateral), pues desde los equipos escolares de la primaria había jugado de delantero o defensa central como había sido el caso en el Iberia, de todas maneras, aunque no me gustaba, las ganas de jugar me empujaron, no le dije nada a Búcaro, no protesté pensando que talvez después me daría oportunidad de jugar de defensa central y entré a la cancha a jugar. Realmente no jugué bien y fue por mi lado que un delantero del Huracán se coló y metió el gol del empate, quedamos 1 a 1. Después jugué –de reemplazo y siempre mal-, por órdenes de Búcaro en la posición de defensa lateral, contra el Isidro Menéndez en Metapán, contra el Titán de Texistepeque en Armenia y finalmente contra el San Martín en el estadio de Santa Ana, el cual fue mi último partido en el Racing pues, no me sentía cómodo sentado en la banca y entrando a jugar en una posición que no era la mía, que no me gustaba y en la cual, no jugaba bien. Ya no me presenté ni a los entrenamientos y mucho menos a los partidos; el equipo me castigó y no concedió la firma de mi pase (que no les había costado ni un centavo) para que yo pudiera jugar en otro equipo, pero ¡eso es “harina de otro costal”!
Sigamos con las cosas buenas y bonitas del futbol armeniense en esa época:
En 1974, el CD Salvadoreño cumpliría 50 años de equipo federado, durante las fiestas patronales, esto se celebraría con mucha pompa y alegría a través de varias actividades como la publicación de fotografías, objetos, reliquias y datos alegóricos e históricos del equipo en las vitrinas de tiendas y locales comerciales (así fue como corroboré algunas cosas que mi abuelita me había contado de este equipo y sus jugadores y directivos, incluyendo la leyenda acerca de un jugador español que jugó en el Salvadoreño varios años antes, se trata de Magín Maimó), la contratación de un entrenador de renombre (el exjugador brasileño, Tupinambá Dos Santos), la celebración de un partido el propio 21 de Noviembre (día del CD Salvadoreño) creo que fue con el Sonsonate FC que militaba en la primera categoría “A” y culminando con lo que para mí ha sido la fiesta de gala más linda que se haya celebrado en Armenia. Este baile fue en la alcaldía, amenizado por la orquesta de los Hermanos Flores y a las que asistieron diversas personalidades de la ciudad y de otras latitudes, incluyendo reinas de belleza como la Reina de la Cruz Roja Nacional, la candidata a Miss-Universo de la “Tierra Linda” para el siguiente año (1975) que se celebraría en la “Tierra Linda”, de nombre Carmen Elena Figueroa, la Reina del Club de Leones de Santa Tecla, la Reina del Club de Prensa de la “Tierra Linda”, etc. yo tuve el honor y orgullo de bailar precisamente con la Reina del Club de Prensa de nombre Isabel Lardé y Larín, en esa maravillosa noche y por supuesto que jamás olvidaré esos instantes.
Por cuestiones sociales o por necesidad, los personeros de los equipos se reunían con la idea de planificar las actividades asociadas al desempeño de sus equipos y así, es como el CD Salvadoreño “estableció” su base de operaciones o “Casa Club” en la sorbetería “Kiss” que era propiedad de los esposos Flores (Dolores “Loly” Huezo y Eduardo “Guayo” Flores, quien era presidente del equipo y alcalde de la ciudad), mientras el Racing Jr. inauguró su “Casa Club” en una casa ubicada a una cuadra y media del parque, casi esquina opuesta con la iglesia y cerca de la casa de altío, donde estaba la panadería de doña Sarita. Ambas casas clubes estaban equipadas con los elementos necesarios para proveer entretenimiento y relajamiento a sus jugadores durante sus concentraciones, como mesas de ping-pong, mesas para jugar cartas, televisor, refrigerador, baños, muebles, etc. Hasta en eso, competían los equipos grandes armenienses. Y es que, había razón pues Armenia se había convertido en una de las pocas ciudades del país (la segunda en la zona occidental) en tener a dos equipos en liga de ascenso; únicamente Metapán gozaba también de ese privilegio con sus Isidro Menéndez y CESSA que después se unieron y formaron el Isidro Metapán que en estos días, juega en la liga mayor A.  
En este sentido, merece la pena contar que en gran medida, la gran revelación del futbol armeniense fue acompañado (¿no sé si decir a causa de o fue causa de?) del surgimiento de muchos buenos, finos e inteligentes jugadores del pueblo y de la llegada de otros que se adaptaron al medio y fueron aceptados por la afición ya fuera del Salvadoreño o del Racing; de esto puedo dar fe de jóvenes armenienses de la talla de Kike (gallo) Serrano, del “Chele” Rivas, de Richard Orantes, de William Alfaro, de José “cabezón” Linares y de otros que se complementaban con los ya experimentados en sus respectivos equipos. De los que llegaron y que realmente dejaron huella, recuerdo a los hermanos Anaya en el Racing, así como al “Sapito”; del Salvadoreño recuerdo a uno que le decían “el niño”, al profesor Valiente, a Néstor Olla y a “Kala”, al memorable Paco Rueda quien, lamentablemente falleciera en pleno apogeo de su carrera  a causa de un accidente automovilístico y que causara un profundo pesar no solamente entre el ámbito futbolístico local, si no que en toda la población, al grado de celebrar la ceremonia de su entierro en Sonsonate, acompañado de una grande y larga caravana de asistentes que salimos desde Armenia, abarrotando el cementerio y lugares aledaños con nuestra presencia para despedirnos de un gran jugador que era también una gran persona y un buen amigo con todos, sin distinguir si eran seguidores de su equipo el Salvadoreño o del rival Racing.  
Alguien tuvo la brillante idea de formar grupos de apoyo a los equipos compuestos por señoritas de la ciudad, así nacieron los “Clubes Femeninos” de ambos equipos; el Club Femenino del Racing, de quien recuerdo a mi hermana Lupita, junto a Francis Sánchez, a las hermanas Gladys y Marina Galdámez a Carmen Mayén, a Lucy Cerritos fue creado en Febrero de 1970 (según una de las fundadoras); del Club Femenino Salvadoreño recuerdo a las hermanas Daysi y Mirna Navas, a Zenia García; estos clubes le daban notoriedad a los equipos por ser únicos en el ámbito futbolístico de la zona y cuando los jugadores de los equipos contrarios veían ese “estructurado” y colorido apoyo de las porras (barras, como les conocemos) por medio de bailes y cánticos alusivos, sentían envidia de nuestros equipos y cuando se jugaba en otras localidades, la presencia de estas chicas causaba revuelo y admiración entre la fanaticada rival, era algo realmente único, especial, novedoso, muy propiamente “buchón” manifestado en la ¡Época de Oro del Futbol Armeniense! 

Datos personales

Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...