sábado, 29 de noviembre de 2014

Sin Ayuda de la Alcaldía, Club Juvenil "La Pirraya" Hace Obra Comunal

Cipotada chula,

Con muchísima alegría recibí esta maravillosa noticia este día, mas precisamente hace unos 25 minutos y es que, al ver las fotografías y leer el mensaje, no pude mas que decidir darlo a conocer para que usted, que lee estas líneas conozca la realidad que vive esta comunidad en la que residen los miembros de la entidad juvenil "La Pirraya", es decir, la Colonia Las Arcas a la cual, según se lee en el comunicado que pongo enseguida, la alcaldía resolvió NO AYUDAR.

Pero, los/as jóvenes integrantes de esta entidad, no se dieron por vencidos/as y optaron por realizar varias actividades con el propósito de colectar fondos y construir, en este caso, estas dos "paradas de buses" para que los habitantes y visitantes de esta colonia, se resguarden de las inclemencias del tiempo, mientras esperan el autobús.  

Nosotros/as en AURA,  -y yo en particular- les reiteramos a estos jóvenes nuestra intención de siempre apoyarles en la medida de nuestras capacidades, ¡adelante jóvenes, adelante, sigan dándonos clase de madurez y ejemplo de determinación!

Por favor lea usted el comunicado:

******************************

Como ya es del cocimiento de muchos desde diciembre del 2013, hemos estado realizando pequeñas actividades para recaudar fondos para la ejecución de este proyecto, fecha misma que iniciamos los tramites legales respectivos para los permisos. Gracias a Dios hoy 29 de noviembre de 2014, casi a un año de iniciado el proyecto podemos decir "Misión Cumplida" Trabajo que le corresponde al gobierno municipal, y que lastimosamente no quiso cumplir en el momento que se lo solicitamos. Bendito sea Dios por permitirnos ser la comunidad juvenil organizada, poder realizar los trabajos que otros no han querido hacer por nuestra comunidad. La inversión de la obra es de aproximadamente $3,455. 21. 
Agradecimientos especiales a las las personas, y empresas que nos han colaborado, como: Yeimy Godoy, Orlando Argueta, Henrri Aldana, Marvin Canjura, ADESCO, Nenita Nabarro, AURA, don Toñin, Ed Posada, Ferretria Santa Isabel, Ferreteria La Yunta , Funerales MolinaAlonso Molina Palmaentre mushas otras personas que nos prestaron desde una pala, hasta el agua para hacer el concreto y la energía para soldar. Aunque aunque realmente por falta de recursos aun faltan algunos detalles que podría considerarse como un 5% de la obra, como por ejemplo, un pequeño muro de ladrillo, que se colocara en la parte de atrás de cada casta y en los costados, mismo que servirá como sillas para sentarse. Pero tenemos organizado construir con el dinero que recaudaremos de unas actividades que estamos organizando para hoy en diciembre, primero Dios que lo lograremos. 

Bendiciones a Todos/as.
— at Colonia Las Arcas, Armenia Sonsonate.






































































































































jueves, 27 de noviembre de 2014

Recuerdos "Silvestres" Sobre Un Viaje en Safari

Cipotada chula,

¿Verdad que hay recuerdos que al venirse a la mente de uno, hacen que hasta las lágrimas se nos salgan?

¡Pues ese es el caso ahora mismo para mí!

Y es que, este recuerdo es tan lindo, tan limpio, tan sencillo, tan honesto, tan... ¡humano, demasiado humano! (parafraseando a Frederic Nietzsche).

Mi recuerdo, es este:

Ya eran pasadas las 4 de la tarde y yo venía desde Santa Ana, adonde había ido a ver a una bicha, después de haber visitado a mi papá; como ya había pasado la última camioneta que pasaba por el pueblo (la que se iba a dar la vuelta hasta el desvío -"Lourdes"- como se le conoce ahora), decidí venirme en una de la "La Vencedora" que transitaba por la carretera del Lago de Coatepeque y El Cerro Verde, para apearme ahí en la gasolinera del desvío, adonde tomaría otra camioneta o de ser posible, me iría a "jalón" a la bella Armenia. Lo bueno es que la luz solar estaba plena, poderosa y brillante, regando con sus rayos de fertilidad y crecimiento, la rica campiña de nuestra "Tierra Linda".

Pues cuando la camioneta llegó al desvío, me bajé y corriendo me atravecé la carretera; al otro lado estaban algunas personas esperando el bús también entre quienes, estaba un chero un poco "bolo", con quien no éramos amigos, quien en ese instante, me saludó cordialmente con un...

- ¡Hola Monsiour!, ¿de adonde venís?
- Este, vengo de Santa Ana de ver a mi papá, hombre,
- Yo vengo de Atecozol, ¡fijate!  
- ¿Así no?
- Si hombre, vieras cuanta gente de Armenia había, si bien parecía una "romería" de tanta gente ahí,
- ¿A saber por qué, vea?
- Pues yo vi que ahí estaban unas personas hasta con piñatas, ¡como que estaban celebrando el cumpleaños de una niña!
- Entonces quizás eso era...
- Si a lo mejor; mirá Monsiour, ¿y vas a ir a bailar adonde los Burgos, ahora?
- ¿Qué decís? 
- Te pregunto ¿si vas a ir a bailar a la azotea de la casa de los Burgos?
- Ah, vos decís a la casa de los Figueroa, 
- Si hombre, ahí donde viven esas bichas bien bonitas, ¿son tres verdad?
- Si, son tres, y dos varones, Nelson y Hugo...
- ¿Y las cipotas como se llaman?
- Mirá, la mayor se llama Rhina, luego le sigue Vicky y la última es Samara...
- pues a mí la que me gusta es la segunda, ¿se llama Vicky, decís?
- ¡Si, Vicky, es su nombre!
- pues si vas a ir, me voy a ir con vos, ¿oíste?
- ¿Qué?
- Te pregunto que si vas a ir, para ver si me llevás, hombre, así entramos los dos juntos...
- Mirá papá, fijate que no voy a ir ahora, ¡lástima! 
- Si, hombre, ¡que lástima!, porque fijate que a mí solo, no creo que me dejen entrar
- Tal vez en otra ocasión,
- Si, ahí me avisás.

En eso, llegó la camioneta, era una de las "Guevara Express" y nos metimos todos los que estábamos ahí y después de unas dos paradas, ya íbamos subiendo el desvío de la bella Armenia. Me bajé en el parque, enfrente de la alcaldía y rapidamente agarré hacia la casa, para darme una bañada (después de explicarle a mis abuelitos (QEPD) que venía de ver a mi papá, cenar y emprender camino hacia la casa de los Figueroa, para subir a la azotea y ponerme a mover el bote; ya ni vi si el chero aquel se había bajado en el "Punto Viejo" o si seguía en el bus hasta la terminal (mercado).

Ya vestido con mi camisa de color café/rojo, adornos psicodélicos de color variado entre beige, verde, azul; con mi "Buffalo" jean, y aperfumado con mi colonia "Caña Brava" que una bicha me había regalado, emprendí el camino hacia la casa de los hermanos Figueroa: Nelson, Hugo, Rhina, Vicky y Samara, que estaba a solamente dos cuadras de la casa de mis abuelitos; al nomás cruzar hacia la derecha en la esquina adonde está la casa de los Tovar, se escuchaba ya la música moderna y alegre, que reinaba en el ambiente y que invitaba a bailar e incluso a soñar. Seguí caminando y a medida que me acercaba, las ganas de bailar hacían que los brazos se me movieran rítmicamente al compás del sonido, mientras algunas personas se reían de mi. 

Al acercarme a la casa-tienda de doña Virginia Reymundo, vi que entre un grupo de personas estaba el chero aquel que acaba de ver en el desvío del Cerro Verde, que se vino en la misma camioneta que yo...¡uta, maje! (ojalá, no me haya visto -pensé-), pero no fue posible porque en ese grupo estaba Walter Hernández quien al verme, me saludó casi gritando mi nombre. No tuve mas alternativa que acercarme al grupo y saludar a todos los que estaban ahí. Walter se adelantó y me preguntó que si quería fumar, pues el tenía cigarrillos, le respondí que no, al tiempo que aquel chero, se metió a la plática de nosotros con un:

- ¿Cambiaste de opinión, Monsiour?
- ¡No te entiendo! (quise disimular),
- Pues es que como me dijiste que no ibas a venir a bailar, pero veo que  andás listo ya,
- No hombre, si no voy a ir, lo que pasa es que ando buscando a unos compañeros porque tenemos que hacer una tarea de deber que nos han dejado en el Tercer Ciclo,
- ¿No vas a entrar, pues?
- No, hombre, es que tengo que encontrar a mis compañeros para hacer el deber que te digo.

En eso, sonó la música de este grupo juvenil que estaba pegando golpe, ¡pero duro!, era la canción "Woman", después sonó esta bella canción que traigo ahora, y, no puedo mentir pero, hasta ganas de bailar yo solo en esa acera me dieron, me gustaba mucho bailar esta canción y en ese momento, no podía invitar a una amiga allá en la azotea de la casa de los Figueroa, porque un "maje", no me lo permitía, pues estaba ahí, enfrente de mí, hablando de cosas sin importancia y repitiendo su deseo que lo metiera a esa casa y ya no aguanté mas, jalé de un brazo a Walter quien se me quedó viendo atónito pero cuando le giñé un ojo y le hice unas señas, como que me agarró la onda; le dije que me siguiera; Walter me siguió e hicimos como que ibamos de regreso para mi casa.

Camino de regreso, le conté a Walter lo que sucedía; 

- Fijate que este chero quiere que lo meta a la casa de Hugo pero, este chero no es amigo mío ni de Hugo ni de ninguno de nosotros, además ni le gusta bailar, es decir, no sabe bailar y lo peor de todo, es que anda bolo, ¿te fijaste?, y yo no me atrevo a llevarlo a esa casa y que me digan que lo saque, ¿comprendés? 

- Si Monsiour, yo tampoco subía por eso, porque varios de los que están ahí me estaba diciendo que querían entrar conmigo y como decís, están bolos, ¡si ahí cargan un litrón de 3 "Puentes"!

- ¡Uta, Walter imaginate que allá arriba se les suba el guaro y empiecen a hacer relajo! 

- Nombre, ¡que ahuevada!

- Ahuevada, no es nada, ¡peligroso es!, imaginate que uno de ellos quiera sacar a bailar a una bicha que le diga que no, esos babosos son capaz de hacerle algo a alguna bicha, 

- Si, Monsiour, ¡tenés razón! ¿y qué hacemos?

- Pues, si nos ven entrar, son capaz que se van detrás de nosotros, lo que podemos hacer es irnos de aquí para despistarlos un poco, vamos por este lado, como si fuéramos de regreso a mi casa y le damos vuelta a la manzana,

- Está bueno, vamonos...

Ahí por la casa de la Familia Cortez nos detuvimos un rato para ver si aquellos nos seguían pero no, no era así, entonces agarramos a la derecha, calle abajo rumbo a la casa-finca de don Mincho Cienfuegos (QEPD), al llegar a la esquina, doblamos otra vez a la derecha, subiendo la cuesta de la calle de la casa de don Eladio Burgos (QEPD), volver a cruzar en la siguiente esquina, por la casa de doña Juana Burgos (QEPD) y seguir sigilosamente, hasta llegar al muro de la casa de los Figueroa. Llegamos y con señas le pedimos a unos cheros que estaban allá arriba (eran Joaquín "Tenguereche" -QEPD- y Eloy "Cara de Guante") que nos pusieran la escalera de madera que estaba ahí.

Subimos y lo primero que hice, fue ir a pedirle a Hugo que pusiera ese disco otra vez, es que quiero bailar esa música que está buena; aquel me dijo que si, que solamente pondría uno de "Bread" que le había pedido una amiga.

Unos minutos después, empezó aquello como un pequeño rumor que se acrecienta con el tiempo, que se acerca, que poco a poco, sube de intensidad y que llega hasta arriba, bien arriba del espíritu de uno, haciendo al cuerpo que sienta deseos de moverse, de bailar, de lanzarse en rítmica manifestación, armónica casi ritual, y de forma pagana a un dios que cada joven lleva dentro de sí, ese deseo ardiente de bailar, de dejar que el cuerpo se manifieste al compás de la música, en una reunión no fortuita sino mas bien premeditada que logra hacer que lo corporal se mezclé con lo étereo, de lo que queda, en los instantes inmediatos después, esa algarabía extasiante, y en la escena grabada en la mente, quede una imagen que perdura y perdurará por mucho tiempo hasta convertirse esta imagen, en parte de la historia de vida de nosotros los humanos...

Y ahí, entre gente bella de los que recuerdo: a los hermanos Figueroa -por supuesto-, de Nuria Sandoval, de Lili Bruni, de Joaquín Esperanza, de Eloy Orellana, de Gidel Belloso, de Carmen Mayén, de Simo Gil, de las hermanas Mayén, de Milton "Pocholo", de la Sequita Nuria Margarita Durán, de Rina García y de varias personas mas, yo bailé, bailé, bailé, ya no importó en esos instantes, si el "bolo" estaba observándome desde el otro lado de la calle allá cerca de la ventana de la tienda de la niña Virginia, pues la magia del momento, la bella presencia de tanta gente de uno, de hermanos y hermanas de raza, en esos instantes bonitos de esparcimiento sanos, entre jóvenes con sueños y anhelos dentro de si, tenían mucho mas valor, significaban mucho, representaban mucho y ahora, unos 40 y tantos años después, siguen representando eso... ¡mucho! Si, mucho porque son parte de mi vida, son recuerdos bellos que llevo y llevaré al destino que Dios me de.

Mientras eso se llega, hoy quiero mandar un saludo cariñoso a todos y cada uno de estos personajes que formaron parte de esa escena de mi vida, de esa parte feliz de mi juventud y al hacerlo, quiero hoy darle las gracias por haber de una u otra manera, moldear mi existencia hasta hacerla ser lo que ahora es...¡gracias, queridos hermanitos/as de raza, gracias, gracias!

Y esta es la canción que adorna mi recuerdo, espero sea de su agrado: 




sábado, 22 de noviembre de 2014

Dignidad - La Mas Importante Virtud en Toda la Vida

"Sin dignidad, la persona no tiene valor, no tiene respaldo moral, no tiene crédito, no tiene importancia, no merece respeto." (Francisco Posada - QEPD)

Niña Paquita, ¿puede ir Lupita con nosotras? Escuché a una niña vecina y amiga decirle a mi abuelita Paquita (QEPD), ¡es que vamos a repartir unas tarjetitas de invitación a una fiesta de cumpleaños que me van a celebrar mis papás! -aclaró dicha niña que iba acompañada de otra cipotía del barrio-. Mi abuelita invitó a estas niñas a pasar a la sala, mientras le movía el gancho a la persiana para abrirlas y dejar entrar a las cipotas.  

Mi abuelita accedió y después que mi hermana "se arregló, un poco", se fueron las tres bichas con rumbo hacia el centro del pueblo, a repartir las mentadas tarjetas de invitación. Yo abrí las persianas y salí a la acera, para verlas alejarse y aprovechando, me fui a jugar pelota con René "Tequila" (QEPD), con Carlos "La Bella" Barrera y otros cheros.

Regresé de mi partido que jugamos en el "Coliseo de la Calle" a tiempo de cenar y me encontré con que mi hermana ya estaba ahí en casa platicando con mi abuelita contándole sobre las amigas a quienes le habían ido a entregar las tarjetas de invitación; en eso, mi abuelita interrumpió preguntado: 
- ¿y fueron a la casa de esa señora?,  
- ¡Si!, si fuimos,
- ¿Y le dieron tarjetita a esas niñas?
- Si, Paquita, mi amiga llevaba tarjetas para ellas, ¿por qué me pregunta eso?
- Por nada, hija, solamente me parece raro que le lleven tarjetas si son familia, esas niñas son primas de la cumpleañera...¡no entiendo!
- Tampoco yo, Paquita, ¿qué quiere usted decir?
- Nada hija, nada...

Ya no hablamos sobre ese asunto y después de cenar, "hice el mate" que iba a la sala a ver televisión pero en un satiamén, me fui nuevamente a jugar con mis cheros, mas aún esa noche que habría un reso en la casa de una señora del barrio y pues, ahí, estarían mis amigos, para ponernos a jugar "ladrón librado", mas conocido como...¡libre!

En los días siguientes, mi hermana insistía e insistía a mi abuelita que fueran a comprar un regalo para la niña cumpleañera, o en su defecto, que le diera el dinero para ir ella a hacerlo a algún almacén del pueblo. Fíjese que yo he visto unas blusas bien bonitas en el almacén de don Santos Portillo, también unas calcetinetas y unas carteritas en el almacén de don Rubén Quiñonez, ¿vamos o quiere que vaya yo y pregunte cuanto valen? Mi abuelita respondía que no tenía dinero para comprar dicho regalo que tuviera paciencia a que mi mamá (QEPD) mandara pisto y así, se iba un día con lo cual se acercaba -logicamente- el día de la piñata en la casa de la amiguita de mi hermana.

Yo, estaba un poco entusiasmado por esa fiesta porque pensaba que también iría algunas de las amiguitas de mi hermana con quienes me gustaba bailar, por lo tanto, me interesaba el desarrollo de esta problemática de mi hermana y así, estaba al pendiente de lo que mi abuelita decidiera.

Y cabal en uno de esos días, llegó una carta de mi mamá conteniendo un "Money Order", esta carta venía con instrucciones sobre el uso que se le debería dar a ese dinero. Mi abuelita le dijo a mi hermana que esa misma tarde irían a comprarle el regalito a su amiga cumpleañera; pero, ten en cuenta que este dinero lo manda tu mamá para las cosas de la escuela de ustedes tres, no para regalos por lo que, vamos a comprar un regalo un poco barato y no quiero que enfrente de la gente te pongás a pedir algo mas caro, ¿oíste? Mi hermana respondió que si entendía y que no haría ninguna exigencia. 

Como a eso de las 6:30 de la tarde de ese día, cuando el sol ya había dejado de calentar un poco, mi abuelita y mi hermana se fueron a un "shopping mall" de los del "downtown" del pueblo, a comprarle el regalito a la amiga de mi hermana; regresaron a casa y aunque mi hermana no dejó que yo viera que es lo que le habían comprado a su amiga, mi abuelita me dijo después que el regalo consistía en un par de calcetinetas y una diadema del mismo color; ¡le van a gustar mucho a la cumpleañera porque dice Lupita que son del color preferido de ella! -aseguró mi abuelita-.

Fueron pasando los días y -por supuesto- acercándose la fecha de la piñata, mi hermana estaba muy entusiasmada y afanada en "arreglar" la mudada que se pondría para dicha fiesta de cumpleaños de su amiga; yo, un poco alegre pero, tenía un presentimiento al ver el lenguaje corporal de mi abuelita, cada vez que hablábamos del tema, mas aún cuando mi hermana se le acercaba para consultarle cosas de su vestimentas y similares. Es que, notaba que mi abuelita, cortaba o buscaba cortar cualquier conversación que se hiciera sobre esa fiesta y cambiaba la conversación o respondía de manera escueta a las preguntas de mi hermana.

Pero al fin, el día de la fiesta de cumpleaños de la amiga de mi hermana se llegó. Era día domingo y la fiesta empezaría a las 2 de la tarde, por lo que yo, no iría a ver al querido "C. D. Salvadoreño" en esa ocasión, sino que me quedaría en la casa y me portaría como todo un niño bueno, haría los mandados y otras tareas que mis abuelitos me dieran, para de esta manera, hacerles sentir que me merecía el permiso de ir a esa fiesta de cumpleaños.

Después de ir a traer el pan adonde don Juan "Pan" (este señor tenía su casa con la panadería enfrente de la iglesia, a la par de la Refresquería Mimosa") y la leche de la venta de leche, crema y queso de la señora Dorotea (que estaba en la casa de don Quique Sigüenza, la misma adonde después puso la tienda "La Curacao", es decir, enfrente al parque), me fui a "mi gaveta", a ver cual ropa tenía lista para ponerme mas tarde cuando fuéramos a la fiesta de cumpleños. Entre los "trapitos" que habían en esa gaveta, estaba una mudada que me parecía apta para la ocasión y al llamado de mi abuelita, me senté a la mesa a desayunar.

Después de desayunar y ya un poco entrada la mañaba (casi al mediodía), fue mi hermana quien "rompió el hielo", preguntándole a Paquita si estaba bien que 
- ¿se pusiera el vestido de falda color azul, dorso color blanco y ribetes color rojo, para la fiesta? ante lo que mi abuelita le respondió que... 
- le respondería mas tarde.
- ¿Mas tarde?, ¿a qué horas, si ya son casi las 12?
- bueno, ya dije que mas tarde, ¿verdad?
- Si, Paquita pero, ¡ya es tarde y me tengo que arreglar!
- Bueno, ¿ya te bañaste hija?
- No, todavía no,
- Entonces bañate primero,
- Está bueno pero, ¿me puedo llevar al baño de una vez la ropa que me voy a poner?
- Ahí ve vos, hija...
- Si me la voy a llevar, es ese vestido que le dije en la mañana, el vestido que me dio mi papá...

Mi hermana se fue al baño, yo hize como que salía de la casa pero, me quedé cerca y en un descuido de mis abuelitos, me metí rápidamente; a mí me pareció que ellos hablaban de algún asunto importante pues lo hacían en voz baja, me puse detrás del umbral de la puerta del dormitorio, me tiré al suelo de ladrillos que estaban bien helados, refrescando bien rico a mi pequeño cuerpo infantil, mientras la cortina de tela rala color verde aqua rosaba mi cabeza al ser impulzada dicha cortina por las frescas brizas que venían del patio de la casa, en ese momento logré escuchar que mi abuelito decía que no, que no podían dejarnos ir y que en vista que mi abuelita no quería decírnoslo, que lo haría él, ante lo que mi abuelita le dijo entonces que estaba bien, que ella sería quien nos lo dijera.

Mi hermana salió del baño bien bonita con su vestido azul de falda "voladora", a ponerse los zapatos y peinarse en el dormitorio, frente del espejo grande sobre el gavetero color café claro en el que ella guardaba su ropa (mi hermano y yo, teníamos que compartir el otro gavetero que era de color cafe oscuro, tipo caoba), cuando le pidió ayuda a Paquita para abrocharse el vestido; mi abuelita decidió que era el momento preciso por lo que me llamó que entrara al dormitorio también.

Siéntese -nos dijo-, luego ella procedió: lo que les voy a decir ahora, se que no les va a gustar pero es la decisión que su abuelo y yo hemos tomado:
- Entre Paco y yo, hemos decidido ¡que ustedes no van a ir a esa fiesta!
- ¿Qué dice, Paquita?
- Si, hija que no les damos permiso para que vayan...
- Pero por qué, si nos hemos portado bien, ¡hasta Edgardo no se ha ido a vagar mucho!
- No es eso, hija...
- ¿y entonces, por qué no quiere que vayamos?
- Hija, lo que pasa es que, a ustedes ¡no los han invitado!
- ¡Claro que si!, si somos buenas amigas, ¡ella me invitó!
- Si hija, estoy segura que ella te invitó pero los papás de ella no los invitaron
- Claro que si, Paquita si ellos saben que somos grandes amigas, 
- Mirá, no entendés las cosas...
- Si las entiendo, lo que pasa es que usted no quiere que vayamos,
- No es eso hija, lo que sucede es que, a otras niñas si las invitaron pues les dieron sus tarjetas de invitación, ¿te acordás que hasta vinieron por vos para ir a entregar las invitaciones?
- Si, si me acuerdo, pero...
- y a vos ¿te dieron una? ¡porque yo no la he visto!
- No, no me dieron pero mi amiga si me invitó...
- eso ya me lo dijiste, hija el asunto es que, ustedes no van a ir a esa fiesta, y vos Edgardo, ¡cuidadito como te salís de la casa y te vas a meter a la fiesta!, porque si lo hacés, te aseguro que te vamos a llevar adonde tu papá para que vivás allá con él, ¿oíste?

Si, está bien, no voy a ir -le respondí- pero, si puedo salir y jugar con mis amigos, ¿verdad? Sin esperar respuesta, me encaminé hacia afuera y como no me había cambiado, se me ocurrió irme al río de Tutunilco un rato, de ahí irme por la línea del tren hasta la calle a San Eugenio y de ahí, ir a ver al C. D. Salvadoreño que en esa tarde jugaría contra el Malacof de Coatepeque.

En la noche, mi abuelito me llamó para decirme la razón por la que no nos habían dejado ir a la fiesta de cumpleaños de la amiga de mi hermana: "lo que nos gustó fue que la familia de la amiga de tu hermana le dio invitación a todas las demás amigas, incluyendo a sus primas pero, a tu hermana no le dieron dicha invitación y eso, estuvo mal porque dan la impresión que menosprecian a tu hermana y nosotros, ¡no debemos permitir eso!" Le respondí a mi abuelo que entendía pero, que me parecía injusto que no le hubieran dejado ir a mi hermana ya que ella, hasta había ido a entregar algunas invitaciones.

Lo hacemos por el bien de ustedes, me aseguró, porque no vamos a permitir que nadie les tenga de menos. Hay que tener dignidad, hijo, terminó.

Al día siguiente llegó la amiga de mi hermana a preguntar ¿por qué no habíamos ido a su fiesta?, mi hermana le respondió que mis abuelitos no nos habían dejado ir porque no nos habían invitado; en ese momento, ella se fue a su casa y en cuestión de minutos, regresaba junto con su mamá.

- ¡buenos días niña Paquita!
- buenos días, pasá adelante...
- solamente quiero preguntarle la razón de no haber dejado que fueron sus nietos a la fiesta de cumpleaños de mi hija,
- pues simplemente porque no los invitaron
- ¡si les invitamos, niña Paquita! mi hija le dijo varias veces a Lupita que los esperábamos en la fiesta,
- Eso puede ser cierto pero yo me refiero que ¡no me les diste ninguna tarjeta de invitación!
- Ay niña Paquita, si usted bien sabe que ustedes son como de mi familia, no necesitan tarjetas de invitación...
- Sin embargo, a tus sobrinas, las primas de tu hija, si les diste invitación y ellas, si verdaderamente son de tu familia...
- un poco avergonzada, la señora solamente dijo: bueno, disculpe entonces, le prometo que lo voy a tomar en cuenta, vámonos hija -le dijo a la amiga de mi hermana.
- Me alegro que me comprendás, ah mirá, de una vez llevate el regalo que le compramos a tu hija...

A estas alturas, mi hermana ya había sacado el regalito y mostrado a su amiga quien bien contenta, lo asió y con él en sus brazos, se alejó de la casa, de la mano de su mamá. 

Al alejarse ellas, mi abuelito me llamó a que fuéramos al patio de la casa donde me preguntó si había comprendido lo que había sucedido. 

Se llama "dignidad", hijo, dignidad. Esto quiere decir que uno siempre debe mostrarse digno y nunca dejar que alguien le menosprecie porque una persona sin dignidad es una persona que no vale para nada porque cualquiera puede jugar con ella, con sus sentimientos, tener dignidad significa andar sin temor alguno por cualquier lugar, en cualquier ámbito, en medio de quien sea, en el momento que sea, repito, sin tener que temer, sin tener que andarse escondiendo porque alguien le va a reclamar a uno, es casi como dice el dicho: ¡quien nada debe, nada teme!

Tené presente siempre que la dignidad es la virtud mas importante en la vida y que nunca, NUNCA deberás de permitir ser humillado por lo que entonces, deberás SIEMPRE tener un comportamiento ejemplar, honesto, sincero, sonriente, amable, servicial, decoroso, verás que así, estarás en paz, aunque la gente hable lo que sea y te acuse de cosas; ¡no se te olvide hijo!

Y por supuesto que no se me olvidó, querido Papapaco, si hasta hoy, unos 45 años mas tarde, aún resuenan tus palabras y aún mantengo esa actitud que me inculcaste desde que yo era un niño.

La dignidad, es sin duda alguna, para mí, la mas importante virtud en la vida; ¿y usted querido/a hermanito/a qué cree al respecto?

NOTA; este es un suceso real, por razones obvias no he dado los nombres de las personas que menciono en esta "Babosadita".

Datos personales

Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...