domingo, 24 de agosto de 2014

La Confianza: Una Virtud Perdida

Cipotada chula,


Ahora -y en vista que ayer tuve una muy agradable conversación telefónica con un gran y querido amigo- quiero hablar sobre una virtud humana (¿o será simplemente, una característica?) que para mí, ha tenido mucho valor desde que era un niño, lo cual, cuando joven, se revistió de importancia para mi persona y ahora, en mi edad adulta y ya "de salida", adquiere un incalculable nivel que me permite distinguir entre, las personas que verdaderamente valen mucho (al grado de significar el interés de mantener la amistad con mas cercanía) y las otras a quienes simplemente se les saluda por educación y cortesía, no por aprecio, ni mucho menos cariño; se trata de la CONFIANZA.

Sí, la confianza (o la pérdida de ella, es decir, la desconfianza), que muchos mal interpretan y que creen que esta, consiste en simplemente callar y mantener un secreto para quien nos lo haya pedido o en solamente, en pedir y otorgar favores. Pero, a lo que yo me refiero, es mas que eso, es más sublime, es algo que refleja y reluce el verdadero carácter y sentimientos del individuo, es ese valor que indica que la relación (sea cual sea el ámbito, alcance y tipo de esta) ha llegado a un nivel de comprensión, de entendimiento, de conocimiento de y entre ambos seres dentro de esa relación.  

De eso quiero hablar ahora, porque mientras platicábamos ayer con mi querido amigo, concluí cuanto le aprecio a él, cuanto cariño le guardo, cuanto le respeto y cuanto valoro su amistad, porque siempre me ha dado muestras de lo mismo hacia mí, es decir, el también me ha demostrado aprecio, cariño, respeto y amistad sincera, la cual la basamos en la confianza. Y mientras hablábamos, se me vino a la mente un suceso de hace varios años atrás, algo que me pasó allá en nuestra querida Armenia, es esto:

Una noche que estábamos sentados en una de las bancas del atrio de la iglesia, junto al "Chino" Soriano, Richard Orantes, Guayito Velásquez, Carlos "El Pollo" y yo, este último (Carlos), me reclamó porque su mamá le contó que ella había perdido 5 colones que tenía guardados en una bolsa de su delantal, el cual había dejado colgado en un cancel de su casa y que, ella creía que yo los había agarrado!

Por supuesto que me sorprendió mucho esa aseveración, y mi primera reacción fue pensar que "El Pollo" estaba bromeando, pero, ante la seriedad y solemnidad de aquel, quien incluso se mostraba indignado conmigo, le respondí que no era cierto eso, que yo no había agarrado ese dinero y que jamás haría algo semejante, pero aquel, no me creía y siguió acusándome...

Ante la incomodidad de ese ambiente, decidí alejarme e irme para la casa adonde le conté a mi abuelita (QEPD) lo sucedido, y le pedí que me diera su opinión pues, yo pensaba ir a hablar con la mamá  de Carlos y darle los 5 colones. Mi abuelita, sin mostrar sentimiento alguno, simplemente me preguntó:
- hijo, ¿agarraste esos 5 colones?
- ¡por supuesto que no, Paquita!
- entonces, no tenés porque darle ese dinero a ella,
- pero... 
- mirá  hijo, si le dás ese dinero a ella, eso sería visto como que si fue cierto que agarraste los 5 colones...
- tiene razón, Paquita pero mi amigo, me acusa...     
- si tu amigo, tiene esa desconfianza de vos, es que no es tu amigo o que no te conoce bien, y amigos así, no son buenos amigos!
- pero, ¡es que es su mamá quien le contó!
- tenés razón pero aún así, el debió preguntarte antes de acusarte y mas todavía cuando ustedes tienen mucho tiempo de ser amigos, suficiente como para que el te conozca y sepa que clase de persona sos, es decir, incapaz de hacer una cosa así, el debió pensar sobre esto antes de acusarte.

Después de esta plática, ya no sentí la necesidad de darle los 5 colones a la señora ni de darle explicaciones ni mucho menos disculpas y ella, de seguro, encontró los 5 colones en algún lugar adonde los había extraviado pues aunque yo seguía yendo a su casa, ella nunca me reclamó y Carlos, ya no lo trajo a cuenta.

Con Carlos seguimos siendo amigos, incluso unos años después, juntos emprendimos el viaje hacia los "Estamos Sumidos", huyendo de los Escuadrones de la Muerte, adonde después de un largo recorrido, llegamos a casa de mi mamá adonde vivimos unos días, en un ambiente familiar y seguro pero, yo, ya no le guardaba cariño  a Carlos, para mí, ya no era el amigo querido aquel a quien le tenía preferencia, es que, al haber dudado de mí, al haber desconfiado de mí en algo de gran valor, se había ido perdiendo el cariño, el verdadero interés de mantener una amistad sincera y franca. 

Después, vi a Carlos algunas veces, incluso salimos a dar algunas vueltas por ahí, recuerdo que fuimos a Santa Bárbara, a Tijuana, fuimos a ver unos partidos de fútbol, y siempre le desée y deseo suerte en todo lo que hace, es decir, no le guardaba (ni le guardo) rencor ni aversión, al contrario, espero que Dios siempre le cuide y proteja pero en mí ya no había ese sentimiento de verdadera amistad, de cariño y opté por alejarme de él... ¡que lástima, porque habíamos sido amigos dese hace varios años!

Para mí, que una persona a quien le he dado espacio en mi vida, me tenga desconfianza, es decir, que no confíe en mí, es símbolo que mi amistad no le interesa y peor aún, que mi presencia no tiene ningún valor y eso, no lo soporto porque, yo soy hombre de palabra, y cuando ofrezco mi amistad, lo hago plenamente, para desarrollarla en confianza.

Y para usted, querido/a hermanito/a que significa la confianza?

Espero que esta mi "Babosadita" haya servido de algo.

Salú.


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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...