sábado, 18 de abril de 2015

Carta a Ricardo "Corbata" (QEPD)

Querido -y ahora recordado- Ricky.

Fijate Ricky que la noticia de tu muerte, no solamente me cayó de sorpresa sino que también de duro golpe, es que, como ya lo has de saber, unos días antes se me había muerto mi chero, el señor humilde de mi casa, mi compañero, mi confidente; es más, fíjate que después de rezarle el novenario a él y de darle las misas en la iglesia local, las señoras (que ni siquiera te conocieron, sino que solamente lo escucharon de mi) siguieron con tu novenario y con tus misas, hasta anoche que fue la última; yo ya les agradecí a las señoras y vos, desde ahí, trata de hablar en bien y a favor de ellas, por su bondad.

Mirá Ricky, y ya hablando sobre tu muerte, de verdad que esta fue muy repentina, ¿vea?, es que, creo que ni siquiera habían pasado 2 semanas desde que hablamos por teléfono, esa vez que me contastes que estabas preocupado por lo que te había dicho el doctor pero que la echarías ganas y que tenías fe que aguantarías algún tiempo; pero, no fue así, lastimosamente. ¿Y qué tenías, Ricky?, ¿Qué te pasó?, ¿Desde cuándo sabías que estabas enfermo?, ¿Por qué no te cuidaste?... ¡a la puta!, disculpame hermano, perdoná tanta pregunta, tanta jodedera, es que, uno que te tiene cariño, quiere saber todo en un afán de comprender, de entender, de sufrir tu sufrimiento (que suponemos llevaste en tus últimos días), así como de asimilar tu muerte…

Lo bueno es que ya estás mejor, ya estás en un lugar adonde hay paz, tranquilidad, alegría, ¡ojalá haya espacio ahí para mí! 

Tu muerte terrenal, nos ha causado bastante dolor a quienes te apreciamos, Paco está devastado y yo, estoy más aturdido que de costumbre, con el agravante –te repito- que también se murió mi chero de la casa y esta tristeza, tenemos que erradicarla, tenemos que hacerla a un lado, yo de mi parte, lo que he decidido hacer, es recordar los momentos chéveres en los que tuvimos chance de compartir vos y yo, esos momentos que datan desde allá por el año 1973, cuando vos estabas en séptimo grado, yo cursaba el octavo.

Una de las primeras cosas que recuerdo que compartimos, es haber ido al Círculo Estudiantil de San Salvador, a una convención nacional como parte del grupo juvenil MNSJ-sección Armenia que formé en esos días. Vos como siempre fuiste bien jodarria, bien inquieto, bien jodión, en la primera noche de la convención, junto a otros cheros de Armenia, recuerdo que se dedicaron a agarrar sapos que estaban por todos lados, y se los iban a meter debajo de las colchas a otros/as que estaban durmiendo tranquilamente, en medio de la tranquilidad y oscuridad que eran aturdidas con los gritos de aquellos/as, ¡cuando sentían lo helado de los sapos rozando su piel!
También por esos días, una noche que yo estaba sentado en las bancas del atrio de la iglesia, llegaste buscándome; me llamaste a que bajara de la banca y ya solos, me preguntaste ¿si me gustaba “cierta” cipota?, al responderte que sí, me aseguraste que ella decía que yo le gustaba y que quería ser mi novia, por lo que, vos me invitaste a que más noche, fuéramos a estudiar a la casa de ella (quien es la tía de la bicha que era tu novia en esos días); así lo hicimos y por varias noches después, esa se convirtió nuestra rutina (para mí y mi bicha, eran unas noches muy bonitas, recuerdo que tu bicha, era igual de “jodiona” que vos y cuando te dormías en la hamaca, ella te pintaba la cara con tile, te ponía cigarros o biberón en la boca ¿te acordás?).

Unos años después, recuerdo haber ido a tu casa para invitarte a ir a ver a una bicha que me gustaba mucho y que vivía ahí por la calle al Sunza, nos iríamos pidiendo “raid” pero, no conseguimos por lo que nos fuimos a pie; claro tengo que vos ibas estrenando pantalón ese día; era un pantalón Levi’s color gris/verde bien chivo y yo, no te dije nada sobre él, aunque vos, no hallabas que hacer para atraer mi atención. Me hice el maje y ya, cuando regresamos al pueblo, nos fuimos de una vez al “casino”, adonde al nomás llegar, te empecé a joder criticando tu pantalón, diciéndote que estaba feo, que el color era bien bayunco y que me daba lástima ver que tan caro que eran esos pantalones y que vos con tu mal gusto, habías escogido ese color tan horrible. Vos te enojaste pero, no me lo demostrabas, te quedabas calmado como si nada pero, de repente te fuiste del lugar. Años después, ya cuando estábamos en Los Ángeles, al estar recordando ese asunto, me confiaste que te habías ido a cambiar dicho pantalón porque yo te había ahuevado tanto que llegaste a pensar que en realidad era feo el pantalón, al grado que ya no te lo querías poner (¡vieras que mal me sentí, hermano, al darme cuenta que tan “animal bruto” había sido con vos!). Lo bueno es que, vos ya me habías disculpado esa “estupidez’ mía.

Y hablando de Los Ángeles, ¿te acordás cuando llegaste? Aterrizaste en el apartamento de Paco que estaba sobre la calle Catalina, adonde también vivía Carías. Ahí recuerdo haberte ido a ver la primera vez y llevarte unos “trapitos usados” y unos centavitos, pues así nos tacaba a todos/as los/as que llegábamos a esa selva. Entre las camisas que te llevé, tenías una preferida, era una camisa sin cuello, color blanco cuadriculada de color rojo a cuadros pequeños; te gustaba mucho esa camisa y te la ponías cuando había alguna reunión de buchones/as (que por esa época, empezábamos a ser muchos/as, por esos lares).




Después cuando vivimos en el mismo apartamento sobre la calle Oxford, a Frank, mi hijo –quien tenía 6-7 años- le decías: ¡muchachiiio, muchachitiiio!, Frank aún recuerda eso y al igual que yo, tampoco podía creer lo de tu muerte, cuando le conté.

¿Y qué decir del Armenia C. A.? El equipón aquel que formamos y que se paseaba campante en las canchas de futbol del área de Santa Fe Springs, Whittier, La Mirada; te acordás de los partidazos que nos echábamos, ¿principalmente, no sé si te acordás del equipo aquel de cipotes rusos (armenienses); el cual bien uniformaditos, calentaban antes del partido con sus “pants y jackets” bajo la mirada de su entrenador? Si, era nuestro primer partido como equipo “federado” y al llegar y ver a aquellos jóvenes, uno no dejaba de sentir un poco de nerviosismo pero ya dentro de la cancha, les zampamos un categórico 4 a 1, ¿te acordás? Vos jugaste muy bien como alero izquierdo, con esa zurda endiablada que tenías…
Precisamente de esta época, Lito Vasquez tiene unas fotos que hace poco publicó y que yo, sin su permiso, voy a mostrar también, ¿a ver si te acordás?      



También fuimos a jugar a San Francisco, contra el equipo que nuestros hermanos “buchones” habían formado allá y cuyo viaje –al regresar a Los Ángeles- a mí me costó una separación de mi familia por varias semanas, hasta que Lito Vásquez me sirvió como ángel quien me ayudó a reencontrar a mi familia.



Vos a pesar de haber sido muy jodarria, muy jodión entre los cheros, siempre fuiste penoso con las mujeres y con las personas mayores, eso me quedó más claro cuando nos quedamos a dormir en el apartamento de una amiga allá en San Francisco, no te querías quedar a dormir ahí y a fuerzas te quedaste ¡pero no dormiste en la cama sino que en el sofá!



Yo te recuerdo por medio de muchas otras cosas más, querido Ricky, sobre las cuales me gustaría que habláramos para reírnos y re-afianzar nuestra amistad hoy pero por respeto a los/as involucrados/as, no lo haremos, de todas maneras, ambos sabemos de qué se tratan, ¿vea? Lo que sí puedo decirte ahora querido hermano, es que, agradezco a Dios que me concedió las oportunas ocasiones para demostrarte mi cariño, mi afecto hacia vos, así, durante nuestra presencia en la ciudad de Los Ángeles, tuve el chance de que habláramos mucho sobre sucesos pasados en nuestra juventud (como el caso del pantalón, por ejemplo), también creo que te demostré mi verdadera amistad, cuando fuiste deportado pues, al igual que Paco y Herbert, yo también te eché la mano como y con lo que pude, incluso, como lo recordarás, te quise sacar de Armenia y llevarte a Tijuana, adonde tendrías casa, comida, ropa y trabajo; te mandé un dinerito para que te sirviera para conseguir tu visa y luego para el viaje pero bueno, vos decidiste otra cosa y a lo mejor, quizás fue mejor así pues, ahora yo me pongo a pensar que mi deseo de que te vinieras conmigo quizás era también debido a mi soledad, es decir, yo actuaba un poco egoísta, pensando en mí y no en lo que realmente vos querías hacer, que era… quedarte en Armenia.
Yo, como te diste cuenta, me molesté con vos porque pensé que te había valido “nada” mi oferta, que habías despreciado mi ayuda, por eso es que pasé un tiempo sin hablarte pero, bien lo sabés que mi cariño siempre se mantuvo, siempre te aprecié y siempre te consideré mi amigo, mi hermano.

Recientemente, -otra vez- gracias a Dios tuve el chance de hablar con vos por teléfono, de sincerarnos y al reencontrarnos, reafirmar nuestro cariño, nuestra amistad. Me caló profundamente el escucharte pidiéndome perdón y yo espero, haberte causado lo mismo a vos pues fui sincero al pedirte perdón yo a vos. Tal como te lo prometí en esa ocasión, te mandé un dinerito con Paco a quien le pedí, por medio de una carta que le mandé a él, que al entregarte el pisto, te dijera que te guardo cariño, que –aunque no te lo haya demostrado- siempre te he estimado y que en mi corazón no hay rencor, odio sino que amistad, hermandad y buenos deseos; sentimientos que te reitero hoy y que son los que me sirven para despedirme de vos ahora con alegría, con fe y con paz, sabiendo que estás mejor.

No has muerto, querido Ricky (¿notaste que nunca te dije “Corbata”, sino que siempre te llamé Ricky?), porque estás en nuestro recuerdo, simplemente te nos has adelantado.

Eras humilde, callado, apenado (cuando no estabas entre cheros), además para mí, ¡fuiste un chero vergón! Te voy a recordar mucho y desde ya, te extraño.

Con cariño te mando un abrazo.

Descanza en paz, querido Ricky.

1 comentario:

  1. Que bonita carta la que le escribió a Ricardo, me encanto tiene mucho sentimiento, y esta escrita con el corazón, estoy segura que a su amigo Ricardo le encanto mucho y disfruto sus palabras, que tenga un bendecido fin de semana mi estimado amigo.

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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...