Cipotada chula,
Sigamos con estos ricos e interesantes relatos sobre "nuestra Condesa":
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El Coronel Suncín Mónchez era una persona de carácter fuerte, decidido.
Recio, disciplinado y seguro, sabía con exactitud que si su hija mayor Consuelo, se quedaba a vivir en Armenia, seguramente también fallecería, igual como había ocurrido, con todos los hijos varones. En Armenia, falleció a la edad de 64 años, el 8 de Junio de 1923
Cierta vez, mi tía Consuelo, dictando una conferencia en el Salón Mario, del Círculo Deportivo Internacional de la ciudad de San Salvador, El Salvador, en el año de 1963, reconoció en público, que gracias a los conocimientos de su padre, había logrado superar esa enfermedad congénita respiratoria; calificando a su padre, en esa ocasión de “brujo”, exponiendo que había sido alimentada desde recién nacida con leche de cabra -leche mucho más vitaminada que la de vaca-. Que fue su padre quien le salvó su vida, al incitarla a viajar al extranjero.
Mi tía Consuelo justo recién cumplía los 19 años cuando se embarcó en el Puerto de La Libertad, El Salvador, con rumbo hacia San Francisco, California, de los Estados Unidos; su padre le había profetizado que sería la última vez que la vería. Pero ella, movida por anhelo de encontrar cura o al menos alivio a su afección respiratoria que inexplicablemente sufría por un castigo kármico, más que el interés de aprender el idioma inglés, aceptaba afrontar el futuro incierto, matando “dos pájaros al mismo tiempo”.
Doña Ercilia Sandoval de Suncín, conocida en la población de Armenia como la “Niña Chilita”, era la madre de mi tía Consuelo, ella había nacido en 1868, en la ciudad de Santa Ana. Hija de los señores don Hilarión Sandoval y doña Isabel Zeceña, quedó huérfana de ambos padres desde tierna edad; su hermano Adán Sandoval Suncín, no pudo hacerse cargo de su cuido y alimentación, habiéndola ingresado al Convento de Monjas en la ciudad de Santa Ana, lugar donde tuvo la sede la Capitanía General de Guatemala, logrando El Salvador, con los demás países Centroamericanos, la Independencia de España, el 15 de Septiembre de 1821. En una visita que hiciera al Convento, el entonces joven, Teniente Felix Suncín Mónchez, también originario de Santa Ana; ella y él, se enamoraron; el Teniente Suncín Mónchez, le proponía matrimonio, aceptándolo doña Ercilia, y en respuesta, abandonando el voto de castidad.
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Doña Ercilia, madre de mi tía Consuelo, fué una mujer dedicada exclusivamente a los oficios el hogar; mujer bella en su juventud, de tez blanca, y ojos verdes, pequeña de estatura, toda abnegación, dulce, encantadora y sumisa, atributos que el Coronel Felix Suncín Monchez le admiraba. Al igual que su esposo, tenía carácter fuerte. Ella, falleció en el Hospital Rosales de San Salvador, El Salvador, el 3 de agosto de 1952. Yo tenía 7 años. Después de mis clases, iba a cuidarla.
Cumpliéndole sus últimos deseos. Le encendía cigarros Embajadores, los que disfrutaba fumando con paciencia y delicia. Se le tuvo como una mujer virtuosa, no se le conoció otro marido, más que a su esposo, muy diligente para las faenas del hogar y una buena administradora - desde su casa dirigía la finquita que su esposo Felix Suncín Monchez, ascendido a grado de Coronel, le había heredado, junto con la jubilación que gozaba del Ejército.
La población de Armenia, fue el lugar escogido por el padre de mi tía Consuelo, para formar su hogar, compró un terreno grande en el centro de la población, atrás del “Convento” de la Iglesia Católica de Armenia, y construyó una hermosa y amplia casa. A un kilométro de distancia de la población, compró, en el Cantón Tres Ceibas, jurisdicción de Armenia, Departamento de Sonsonate, de la República de El Salvador, una finquita, donde cultivó café.
El 16 de abril de 1901, nació mi tia Consuelo; a los dos años siguientes, nació mi madre Dolores, el 11 de julio de 1903; y el 2 de Septiembre de 1905, mi tía Amanda, en la casa antes referida. El 17 de junio de 1917 asoló un terremoto en todo el territorio nacional, derrumbándo viviendas; el Coronel Felix Suncín Mónchez, construyó posteriormente en el mismo terreno, otra casa, en ese mismo año; la construcción se mantuvo hasta el año 1975, en que mi madre Dolores la remodeló. Desde ese año 1975 la vivienda mantuvo la fachada original, hasta quedar destruida por los terremotos del 13 de enero, y 13 de febrero del 2001.
En los años de 1900, Armenia, se llamó GUAYMOCO, cuyo nombre autóctono significa "donde está el laboratorio de las ranas", según estudios elaborados por la Municipalidad de Armenia; según la versión popular, quiere decir "el que tiene bocio", debido a que se desarrollaba una enfermedad en la tiroides, haciendo una protuberancia en garganta por falta de yodo. Había sido un asentamiento índigena Pre-Colombino de los Pipiles, Lencas, Chortis, Xincs, Uluan, y Pocomanes, perteneciendo posteriormente a la comunidad de LOS IZALCOS.
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