Querido Fito,
No sé si llegarás a leer estas líneas o si alguien las leerá por tí, de todas maneras, quiero escribirlas porque en mi conciencia siento la obligación, igual como sentía el deseo de darte un fuerte abrazo así como el que te dí este pasado 21 de Noviembre ahí en tu casa, en la que estabas rodeado de tu linda familia y amigos.
Fijate Fito que mi deseo de dedicarte estas líneas, tiene que ver con mi gran agradecimiento que siento hacia tí por el buen ejemplo que me diste cuando yo era un jovenzuelo.
Yo te recuerdo cuando junto a otros/as jóvenes visionarios/as, inquietos/as y deseosos/as de trabajar por Armenia, nuestra querida Armenia, formabas parte del C. S. J. A. (Club Social Juventud Armeniense). Te recuerdo junto a los/as hermanos Fuentes (Vilma, Lupita, Oswaldo –QEPD- y Remberto), los hermanos Armas (Dagoberto y Carlos), Sara Usel Gómez, Alcides “chilles” Orellana, Irma Tovar, Mario Hueso, mi tía Isabel “chabelita” Posada (QEPD) y otros/as, trabajando, organizando, planeando, efectuando actividades etc. y sobre todo, haciendo algo bueno y positivo por nuestra querida ciudad, como lo fue el periódico “El ECO” que ustedes publicaran. De esos momentos, recuerdo que a pesar de tener tu una manera diferente de ver y vivir la situación política y social de nuestra sociedad en relación a la mayoría de miembros de dicha entidad, siempre mostraste respeto y tolerancia hacia ellos/as, es decir, nunca dejaste que prevaleciera el resentimiento, la duda, la indiferencia y desconfianza hacia los/as demás a causa de sus creencias políticas, religiosas ni de otra índole y eso Fito, no es de hombres grandes, es de… ¡GRANDES HOMBRES!
Nunca te vi ni escuché menospreciar a alguien por sus ideas o ideales (ni supe que alguien te acusara de ello pues nunca lo hiciste), al contrario, siempre diste una imagen de una persona madura, incluyente, tolerante, amable y sincera. Conmigo no fuiste la excepción, es decir, a mi me trataste también así de esa manera y por ello, Fito, yo siempre te voy a estar agradecido.
Bien claro tengo el momento cuando me pediste que les hiciera una manta para anunciar uno de los carnavales que ustedes en el CSJA tuvieron la genial idea de organizar por primera vez en el pueblo y de los que, desde el primero se celebran en la calle adonde ahora se hacen todos los bailes de las fiestas patronales, dicho sea de paso, fijate Fito que me acuerdo que ese primer carnaval fue amenizado por el conjunto que estaba de moda en esos años: “Juan Pablo y Los Delfines” y en el que fue coronada mi tía Chabelita Posada, como la reina de dicho primer carnaval, ¿te acuerdas? Claro tengo también el recuerdo cuando le dijiste a mi tía que me llevara al club para que me incorporara y también recuerdo la vez que me invitaste personalmente a una fiesta que se celebró en tu casa, la misma casa adonde te fui a visitar este pasado 21 de Noviembre.
Eres un digno y meritísimo armeniense, para mí eres además un gran ejemplo. Tú eres de las personas que merecen ser reconocidas por su gran amor hacia nuestra ciudad, por su noble corazón y por su inquebrantable deseo de ayudar a mejorar nuestra sociedad; yo, humildemente te lo reconozco y agradezco.
Bueno pues Fito, todo esto quería decirte cuando te fui a visitar este 21 de noviembre pero, sinceramente me ganó la emoción y ya no te lo pude decir pero al menos, si logré darte ese ansiado abrazo con el que quise decirte… ¡Gracias!
¡Que Dios te bendiga!
Sinceramente,
Edgardo Posada (El Monsiour)
AURA
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