viernes, 5 de diciembre de 2014

El Arbol Que Me Vio Grabar Tu Nombre En Mi Corazón

Yo venía del molino de don Angel Espinoza (QEPD) de hacerle una mandado a mi tía Tita, quien me había pedido que fuera a traer un racimo de guineos majonchos que don Angel había traído de su finca, allá por el cantón Las Higueras; yo tenía por ahí de unos 8 a 9 años, quizás 10...¡no me acuerdo bien, pues!

Como el condenado racimo pesaba bastante y como los mentados guineos no se podían comer pues estaban verdes y tetelques, yo lo cargaba un poco malhumorado y de mucha mala gana; asiesque bravo y todo, decidí descansar un ratito cabal cuando iba a atravesarme el parque y ver que ahí estaba Tilinte, el Puma y otros bichos, jugando con una pelota de plástico.

¡Achis, yo voy a ver a estos bichos, un ratito! -dije- y puse el racimo sobre una banca. Viéndolos estaba, cuando vi que venía el "Colocho" González (QEPD), allá caminando por el lado de adonde estaba la Casa Susana, mientras en el portal de don Esteban Escobar (QEPD), estaba Moris Rivas (QEPD - hijo de don Esteban), junto a Chamba Pasparico (QEPD) y otros amigos a quienes no logro ubicar en mi olvidadiza mente; en ese momento me pereció que el Colocho González se encaminaba rumbo al portal, pasando por el local adonde estaba la agencia del I. R. A. (que era propiedad de don Rodolfo Girón - QEPD), antes del Cine Rey, como yendo a reunirse con Moris y los demás jóvenes que estaban ahí en el portal, pero en eso, allá por la entrada del parque que daba a la Farmacia del Dr. Lazo (QEPD), venía "Ticuco" Galdámez (Flores), quien le silbó al Colocho. El Colocho entonces, le hizo señas a Moris y los demás que estaban ahí, para que se encaminaran a reunirse todos en el parque, cabal a la par de bello kiosko que estaba a solamente unos pasos de adonde estaba yo sentado.

Aquellos llegaron, es decir todos los jóvenes que he mencionado hasta ahora: Ticuco, Moris, Chamba, por supuesto el Colocho y los otros dos, al punto de reunión que circunstancialmente habían decidido y que me proporcionaba, una posición excelente para observar lo que acontecería, en ese "cónclave" juvenil de mi pueblo; y lo que sucedía, era que Ticuco venía con la buena noticia que había conseguido que el "grupo" fuera a tocar a un pueblo (creo que dijo: Opico), se refería al grupo musical "Los Atomos" (el primer grupo musical "moderno", es decir, con guitarras eléctricas y órgano, de nuestra querida Armenia), aquellos dos (Ticuco y el Colocho) saltaron de la alegría, ante la satisfacción de los otros (y por supuesto, mía, que desde una distancia cómoda, observaba, apreciaba y me alegraba de lo que sucedía) enseguida el Colocho, respondió que ya tenía la letra y que ya se podía la melodía al órgano, de aquella bella canción que anteriormente durante un repaso, habían acordado aprender a tocarla.

Hablando al respecto, el Colocho detuvo toda la conversación diciéndoles que les quería mostrar una chulada de arte que llevaba en sus manos, enseguida les mostró un empaque de papel craft que abrió cuidadosamente hasta quedar a la vista, un hermosísimo dibujo en lápiz, del rostro de una bella mujer; de una preciosa mujer... ¡era la novia del Colocho y quien después, se convertiría en su esposa!

Todos los que estaba ahí, comentaban que realmente el dibujo era bello y que reflejaba muy bien la belleza de la jovencita (ella, originaria de San Julián y de quien, infortunadamente se me ha olvidado su nombre en este instante), ante todo esto, yo me acerqué un poco de manera curiosa con la idea de ver dicho dibujo pues yo, también dibujaba cuando era un cipote escuelero y, para mi sorpresa y agrado, el Colocho acercó dicho dibujo a mi estatura y posición, para que yo pudiera ver bien a su "amada"; 

- ¡¿Verdad que está bonito el dibujo!? -me preguntó-
-  Ssssi, la verdad que si, pero es que ella es bien bonita (dije con un poco de miedo de incomodarle),
- Ah si, ¡ella es la mujer mas linda que he visto en mi vida!  
- Si, es cierto (dije, como si él hubiése hablado por mí),

En eso, aquellos le distrajeron y siguieron hablando entre ellos, ¡haciéndome a un lado! Mirá -decían- bien cabal le quedaron los ojos (ella es de ojos color verde vivo, brillante, bello), mientras el Colocho, hacía caricias sobre el dibujo (no lo tocaba para no dañarlo, sino que, hacía ademanes en el aire, sobre este). 

¡Ah... y también les quiero contar que ya me se la canción aquella! les dijo el Colocho, aquella que va a así, dijo y se puso a cantar:

"el árbol donde yo grabé tu nombre con tanta ilusión..." y siguió, siguió hasta cantarla toda y decirles aquellos que en siguiente fin de semana, iría a tocarle una serenata a su novia, allá a San Julián, porque quería cantarle esa canción...¿vamos? -les preguntó-, claro que si vamos a ir respondió Ticuco.

En eso, yo me acordé que tenía que irme con mi racimo de majonchos, y me alejé de aquellos con un ¡salú, Colocho!, ¡salú, Posadita! -me contestó aquel, con lo que me sorprendió y agradó mucho mas y me fui, me fui por la salida del parque que daba cabal a la esquina del billar de don Tanis (QEPD); cruzé a la derecha y caminando por la acera del atrio de la iglesia, las imágenes recien vistas y vividas se me venían una y otra vez, salpicando mi mente con esa alegría que me causaba ver a un joven nuestro tan ameno, tan sencillo, tan amable con todos, y sobretodo, verlo expresarse así de su novia, con ese amor, con ese orgullo, con esa felicidad reflejada en su rostro, en sus gestos, en sus palabras, en sus hechos y por todo eso, sin premeditarlo, esa "pareja" se convirtió a partir de ese momento, en la pareja "modelo", "ejemplar" y de "seguir" para mi. Y así, me placía mucho verles juntos en las raras ocasiones que yo tenía, cuando me iba a curiosear a los bailes de la alcaldía o cuando caminaban dandole vueltas al parque en las plácidas y hermosas noches buchonas.

También, esos momentos y esas palabras, esos gestos del Colocho me sirvieron de motivación para, una tarde irme a subir a un palo del Estadio nuestro (el primero que estaba cerca a la vieja taquilla), al cual, de manera rústica, pero muy llena de ilusión, le grabé las iniciales "M M" de mi "adorada" enmarcadas dentro de un corazón, al tiempo que yo, tarareaba esa bella canción que por primera vez escuchara al colocho González cantar para su adorada, y que por siempre se quedara dentro de mi recuerdo, como una de mis canciones favoritas, esperando que también lo sea para usted, es esta que traigo, en español e inglés:  






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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...