viernes, 25 de agosto de 2023

Carta a Giddel - Parte 1

 Tijuana, 08/24/2023

 

 


                                                                                                           Tijuana, 24 de agosto de 2023


Hola Giddel, hermano.

Mirá papá, fijate que ayer cuando leí el mensaje de tu esposa, en el cual ella nos contaba de tu, tan inesperada partida hacia el infinito, no te voy a mentir pero, primeramente, no lo creía y pensaba que era solamente una broma o una maldad de algún “hacker” que se había apoderado de tu cuenta pero, al seguir leyendo y comprobar la legitimidad del escrito que, hecho con amor y dolor, en efecto, Rosita nos contaba de su tragedia, de su pena, de su sufrimiento…

Al seguir leyendo, y releer el escrito y también al leer los primeros mensajes de condolencias de parte de algunas amistades y familiares de ustedes, es cuando sentí un golpe en el alma, las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos y se me fue el habla, me sentí terriblemente atolondrado y se me cayó el ánimo, quebrantándome el espíritu por lo que, dejé tirado mi teléfono y me aislé en un rincón de la casa, metido en mi lobreguez mental, recordando cosas que vos y yo vivimos mientras, sollozaba y seguía pretendiendo que todo era mentira, que vos no habías muerto, que seguías vivo y que pronto nos reuniríamos para finalmente, hacer esa “velada” que pensábamos hacer y en la cual, platicaríamos sobre nuestro querido pueblo: Armenia, de su gente, de sus cosas.

Y allí, en ese lúgubre rincón, anoche, el cariño de amigo me brotó más fuerte, así como el dolor y la tristeza al saber que ya no podría verte para que hiciéramos algunas de las cosas que recientemente habíamos platicado que haríamos, también se acrecentó el arrepentimiento y más aún… el lamento, ¡sí!, el lamento por no haber hecho lo necesario para vernos antes y abrazarte con cariño de hermano, para decirte cuanto te aprecio, para recordar juntos, para, por lo menos guardar ese abrazo en mi alma y atesorarlo como ¡nuestra despedida en esta vida!

Al acercárseme mi esposa, le dije lo que había sucedido, ella, respetando mi pena, se alejó nuevamente para que yo, pudiera rendirte mi humilde tributo. En esto estaba, en tanto, los recuerdos de nuestra amistad se me vinieron a la mente, como el de aquella vez que por casualidad, nos encontramos en San Salvador y que, al no tener nada más importante que hacer en ese momento, decidimos ir a comer a Metrocentro, para “chotear” un rato antes de regresarnos al pueblo, pidiendo “raid”.

También me recordé de las veces que íbamos al “Flor Blanca” (ahora “Mágico González) a ver los mascones de futbol en el pickup del papá de Vides, no recuerdo si también fuimos juntos al Cuscatlán, ¿y vos, te acordás si fuimos?).

Los viajes a Jicalapa son cosas aparte, aunque nunca fuimos juntos, si coincidimos algunas veces allá, junto a otros cheros de los que recuerdo a Joaquín, a Derling, a Pocholo, al Chele Larín y otros.


Carta a Giddel - Parte 2

Carta a Giddel 

2

Una de las cosas que más recuerdo de vos y por las cuales aprendí a apreciarte más, es la ocasión en la que junto al Chele Larín, me pidieron que jugara en el equipo de basquetbol de ustedes en el torneo novembrino que empezaba a realizarse en el pueblo. Lo que más me gusta de esto, es que, una tarde nos invitaste a la casa de tus abuelos, la casa donde don “Chico” tenía la panadería que estaba cabal entre la casa/tienda de don Nando Portillo y la cantina del zarco “Tarnasky” (que estaba pegada a la farmacia del doctor Berríos), para que fuéramos a teñir con Putnam color celeste, las camisetas que usaríamos para el equipo. Bien me recuerdo que sobre una mesita de un cuarto, había una grabadora y un tocadiscos pequeño, sobre una cama estaban regados unos discos entre los cuales recuerdo el de Pink Floyd (The Dark Side of the Moon), el de Deep Purple (Smoke on the Water) y otros pues bien, lo que recuerdo es que, los demás que estaban ahí (el Chele Larín, Koki Cienfuegos y Joaquín) querían escuchar solamente esos dos discos que menciono  y le daban una y otra vez y otra vez, mientras en el patio, seguíamos batiendo la “sopa” del colorante con las camisetas en la ollota con uno de esos palos (paletas) largos que se usan en la panadería para sacar del horno las cazuelas con pan caliente, pero, yo quería escuchar algo más alegre, mas bailable, como CCR o Santana y vos, cual juez justo y equitativo, dijiste que escucharíamos uno que quisiera yo pues, ya era tiempo de darme chance y además, que a vos también ya te había aburrido la misma música, así fue, como finalmente escuchamos a Santana. Lo bonito fue que, al rato, aquellos también se pusieron hasta a bailar con esta música. Al final, todos la pasamos chévere hasta que terminamos de teñir las camisolas y cada uno agarró para su casa.

También me acuerdo de una pequeña fiesta que había en casa de una querida amiga a quien yo pretendía (de quien por respeto, no puedo decir su nombre), a la cual, estabas presente junto a Rosita quien era tu novia de entonces y que después fue tu esposa; recuerdo que al verme y notar la “incomoda” situación en la que me encontraba a causa de que ahí estaba el “novio” de la joven por quien yo había ido a esa fiesta, muy amablemente te me acercaste para ofrecerme algo de tomar y para platicar, es decir, llegaste a “rescatarme”, dándome el chance de quedarme en la fiesta, hasta que aquel chero se fue y así, yo tener por lo menos el chance de platicar con la joven quien después, si fue mi novia.   






Carta a Giddel - Parte 3

Carta a Giddel 

3


Con eso de la guerra que nos impusieron los ricos y el gobierno, tuve que salir huyendo del pueblo y del país y me imagino que en esos mismos tiempos, vos hiciste lo mismo. Creo que fue en unos 5-6 años después, que nos reencontramos en Los Ángeles, precisamente en el campo de una escuela de la ciudad de Lynwood, adonde el chele Larín te había invitado para que jugaras en el equipo de futbol ARMENIA – C. A. que yo había formado y que era integrado por jugadores originarios de nuestro pueblo.  Después, nos volvimos a ver regularmente pues jugábamos cada sábado pero, al terminar la temporada, volvimos a perdernos el rastro y no nos vimos más ni supimos uno del otro por un buen rato.

Años después y gracias a las fantásticas ventajas que da la maravillosa tecnología de la comunicación a través de las medios sociales, nos volvimos a reencontrar y, fue durante la pandemia de Covid-19, que esta tecnología nos dio la oportunidad de “aprovechar” el tiempo de estar encerrados para hacer cosas que siempre pensamos en “alguna vez” hacer, así como en exponer además nuestras habilidades, nuestros pensamientos, incluso nuestros sentimientos y es de esta manera que vos y yo nos conectamos y acercamos más pues, estábamos más atentos el uno al otro de lo que hacíamos, decíamos, exponíamos, etc. y fue así como yo me di cuenta de tu talento musical, de tu carisma y capacidad artística. Después, también corroboré tu espíritu de servicio y tu bondad, al servir y proveer a los más necesitados durante la pandemia y más cercano a mi persona, me los demostraste cuando te pedí ayuda para algunas cosas que estábamos haciendo en Armenia, particularmente te agradezco la colaboración que diste para la inauguración del “Taller de los Sueños” que nuestro amigo en común, Donald Paz ha abierto en el pueblo y, más recientemente lo que estábamos planeando para la organización ÉPOCA, que junto a otros hermanos armenienses estamos creando. 




Carta a Giddel - Parte 4

 

Carta a Giddel 

4

Y, fue precisamente por esta razón que nos habíamos puesto en una más estrecha y constante comunicación, ya fuera por mensajes, por textos e incluso por llamadas, en las que, hablábamos de muchas cosas de allá del pueblo y de lo que nos gustaría hacer para colaborar a su mejoramiento, también hablábamos de nosotros, de nuestras familias, de nuestras rutinas, de nuestros gustos, etc. todo creo, en un intento “interior” de recuperar el tiempo para entrelazar más nuestra amistad, es decir, para recuperar el tiempo perdido, incluso hablamos sobre la posibilidad de que ustedes nos visitaran en esta tu casa, lugar adonde podríamos juntarnos con otros amigos y entablar amenas y fraternales charlas, cantar, sonreír, disfrutar de nuestra amistad, gozar la vida. A propósito, de esta manera es que tuve el último contacto contigo, fue una llamada tuya que cuando respondí vos ya habías apretado el botón de “detener” y aunque en seguida intenté dos o tres veces de marcarte, vos ya no recogiste la llamada; pensé que de seguro ibas manejando y que después me llamarías (como cuando te marqué una vez y me respondiste diciéndome que te marcara más tarde pues manejabas) pero, ¿no sé por qué putas, ya no te marqué, ya no insistí?, y mirá hermanito, vieras como me duele pues de esa manera, ¡me perdí la posibilidad de escucharte, aunque fuera la última vez! Y es que de haberlo sabido, te hubiera dicho todo lo que te estoy tratando de decir ahora, decirte que aprendí a admirar el amor que siempre has tenido con tu esposa Rosita, y es que, te confieso que cuando ustedes eran solamente novios allá en Armenia, jamás imaginé que el amor entre ustedes llegaría tan lejos, pensaba que la de ustedes era una relación corta y que no duraría los embates que la vida da algunas veces pero que ustedes lograron solventar siempre unidos en amor, me hubiera gustado mucho decirte que gozaba viendo los videos de ustedes paseando, a propósito uno de los últimos videos que vi fue cuando fueron a Big Bear, en fin, hermanito me hubiese gustado el tener el chance de expresarte todo esto, todo el cariño, mi aprecio, mi agradecimiento, mi respeto, mi admiración, por y para vos… todo eso, todo eso que lastimosamente no te dije porque no quedó tiempo.

Y ahora que el Todopoderoso ha determinado llamarte más cerca de él, mientras yo sigo deambulando por aquí, entiendo que a la vida, le da valor las personas con las que nos encontramos y compartimos; y en mi vida, personas como vos, son prominentes y te aseguro hermanito que, ¡lo serás hasta siempre, hasta que a mí también… me llegue la hora!    

Hasta pronto amigo/hermano, descansá en paz.






















viernes, 3 de septiembre de 2021

Carta a Hugo Figueroa - 1

 





Tijuana, 08/30/2021

Hola Hugo, hermano.

Fíjate que por medio de una llamada telefónica de nuestro amigo en común, Luis Rivas, que recibí hace unos minutos, es que supe de tu adelantada partida hacia el infinito que según entendí, ocurrió hace apenas unas cuantas horas.

No te voy a mentir, pero fíjate que al minuto que Luis me lo dijo, sentí como algo se me atragantaba, se me humedecieron los ojos y se me quebró la voz, me sentí aturdido, apesumbrado, vacío… tuve que pedirle a Luis que dejáramos de hablar pues, ya no podía sostener una plática en condición normal… corté la llamada... y me acurruqué en un rincón del cuarto, en la penumbra mental, a sollozar, a temblar y a sentirme triste, muy mal, lamentando tu partida pero, más importantemente, lamentando no haber podido verte antes para abrazarte, para decirte cuantas cosas, para recordar juntos, para, para… para… despedirnos en vida, pues; ¡cómo debería ser! 

¡No sabía que te extrañaría tanto!

Y ya en la noche, a punto de irme a la cama y querer dormir, seguías ahí hermano, seguías ahí en mi mente, siempre estabas sonriendo, siempre estabas con esa sonrisa amable y sincera tuya y ¿sabés qué?, también estabas ahí haciéndome recordar más y más cosas que pasamos juntos allá hace muchos años atrás y de nuevo, volví a llorar como un niño, mientras el cuerpo me temblaba y me sentí vacío, muy mal, terriblemente triste…











Carta a Hugo Figueroa - 6

 Recuerdo que cuando llegó Cecy a Los Ángeles, decidieron casarse; a propósito, por ahí te he puesto una foto en la que estás junto a Cecy y tu mamá, en la casa de tu tío Toño, eso fue a unos días que Cecy llegara los “Estamos Sumidos “desde la “Tierra Linda”; tiempo después tomaste la decisión de irte junto a ella para Canadá por lo que una tarde llegaste a mi departamento y al contarme al respecto, me preguntaste e invitaste a hacer lo mismo; el negro ya decidió también –me dijiste-, creo que el chele también lo hará, ¡solo faltás vos! Deberías ir al consulado en Los Ángeles y solicitar la visa para ustedes 3 (mi esposa y mi hijo), ¡es bien fácil! A la semana siguiente fui al consulado, recibí el formulario, solicité la visa pero, al recibir la respuesta positiva, decidí lo contrario… no me iría, me quedaría en Los Ángeles pues ahí estaban mi mamá, mi tia Chabelita, mi tia Alba…, el “chele” tampoco se fue y así, Jorge y vos, salieron rumbo más al norte todavía, ¡más al norte! Y así, es que, por cosas de la vida, nos fuimos distanciando más y más, al punto que, nuestro reencuentro fue varios años después y no de manera presencial sino que remota –tal cual estamos en la actualidad por causa de este maldito virus-, a través de un sitio electrónico que se llama (¿o se llamaba?) “Guanacos On-line” donde viste mi nombre y otros datos y me escribiste; gustoso te respondí y por ese medio nos comunicamos por un tiempo, muy corto, -por cierto-, hasta que volvimos a dejar de comunicarnos, ¿te acordás? Después te vi en Los Ángeles durante un viaje que habías hecho para visitar a tu mamá, me contaste que habías estado en Armenia recientemente y hablamos de algunas cosas de tu vida allá en Montreal y de la mía en Los Ángeles, siempre con los recuerdos y añoranzas de nuestra infancia y juventud allá en la “Tierra Linda”.  Lamento mucho no haberte avisado de mis viajes a Montreal que fueron allá por los principios del nuevo siglo 21, ¿quizás hubiéramos tenido la oportunidad de vernos y platicar? ¡Vieras como lamento eso ahora! Y la última vez que te vi y te di un cariñoso abrazo, fue en Los Ángeles; tu visita fue precisamente al mismo tiempo en el que yo realizaba actividades de recaudación de fondos para ayudar a nuestra gente allá en Armenia  por medio de AURA, la entidad que formé en Los Ángeles y vos coincidiste en una de ellas (por ahí te puse una foto que nos tomaron para la ocasión, en la que también está tu hermana Rhina), si mal no recuerdo fue el año 2012, ¿te acordás vos de la fecha?

Lejos estaba yo de imaginar que esa sería la última vez que te viera; es que de haber sabido, te hubiera dicho todo lo que te estoy tratando de decir ahora, lo bueno es que si te pude dar ese abrazo grande y efusivo que pretendía expresarte todo esto, todo el cariño, mi aprecio, mi agradecimiento, mi respeto, mi admiración, por y para vos… todo eso, todo eso que lastimosamente no te dije porque no quedó tiempo, porque no buscamos la oportunidad, porque cuando las circunstancias nos llevaron por caminos y senderos diferentes, no buscamos el reencuentro, no buscamos mantener los lazos de amistad, no buscamos comprender cuales eran los motivos que nos separan ni mucho menos cuales podrían ser los que nos reunieran, porque no nos detenemos a pensar sobre esto, sobre esto que se llama vida y que, resulta ser más corta de lo que nos imaginamos o esperamos, es que lo que pasa Hugo, es que a nosotros no nos enseñaron, no nos formaron, no nos instruyeron a ver la vida tal como lo que es: ¡tiempo que no tiene precio pero que si cuesta mucho, porque tiene mucho valor! Y a la vida, ese valor lo agregan las personas con las que nos encontramos y compartimos; en mi vida, vos sos prominente y ¡lo serás hasta siempre, hasta que a mí también… me llegue la hora!     

¡No sabía que te extrañaría tanto! Pero es que, el cariño franco y sincero que nace entre amigos es así, es decir, tiene la capacidad de mantenerse en silencio, tranquilo, dormido, casi desapercibido por mucho tiempo e incluso hasta parecer inexistente pero, este florece y se manifiesta cuando se dan situaciones que afecten a los seres queridos, como esta de tu partida que me cala hondo, que me duele.

¡Ahora sé porqué te extraño y extrañaré tanto!

Es porqué al estarte escribiendo esta carta y recordar todos esos bellos momentos que vivimos y compartimos, me doy cuenta que vos, Hugo, fuiste mi primer amiguito de la infancia, fuiste el primer chero con quien compartí aspectos importantes de mi corta vida y fuiste vos quien hiciste lo mismo conmigo. Yo me imagino que vos –al igual que yo- tuviste vecinos con quienes jugabas ocasionalmente pero, para mí, vos eras realmente el amiguito que congeniaba y pensaba exactamente igual a mí y que gustaba de lo mismo que gustaba yo, ¡nos identificábamos pues!  Por eso y por lo que en esta carta te digo, es que yo te voy a extrañar.

Por el momento, querido amigo, con tristeza, dolor y lágrimas en los ojos, te prometo que a partir de esta noche, cuando esté “karaokeando” voy a cantar “alone again, naturally” en tu honor y que cada vez que escuche esta canción, tu imagen se me proyectará en mi mente, tal como aquellas noches en tu apartamento de Los Ángeles y finalmente te digo que cuando me toque irme a mí, te voy a buscar allá en la terraza eterna para juntos cantar felizmente muchas bellas canciones.

Hasta pronto amigo/hermano.

Un abrazo.

Edgardo

Carta a Hugo Figueroa - 5

 Me diste de vivir en tu apartamento por un par de meses, tiempo el cual fue más que suficiente no solo para desarrollar mi agradecimiento hacia vos por todo lo que estabas haciendo por mí, para ayudarme, sino que para conocerte más y para aumentar el aprecio y respeto a tu manera de conducirte en la vida, en esa gran urbe, llamada Los Ángeles, a pesar de que eras apenas un jovencito originario de un pueblecito allá en la “Tierra Linda”. Recuerdo que eras bien metódico, llevabas cuenta de todo lo que gastabas por medio de tus notas en la chequera que revisabas a diario. Nunca te atrasabas en pagar el alquiler del apartamento ni en ningún otro gasto o pago como el teléfono, la luz, etc. Te mostrabas maduro, sensato y seguro; eso me ayudaba a sentirme bien y me entusiasmaba la idea de superarte en esas cosas pues yo también quería vivir tranquilo y seguro, aunque fuera lejos de la “Tierra Linda”, que era adonde ambos queríamos estar.

Me acuerdo que cuando nos acostábamos y no podíamos reconciliar el sueño, nos poníamos a contar chistes, chambres, a platicar de todo lo que se nos diera la gana: del pueblo, de la gente de allá, de deportes, de juegos, de las bichas más bonitas, de las que habían sido nuestras novias, de películas que habíamos visto, de música e incluso algunas veces, vos te ponías a tocar tu guitarra y yo ¡a dar alaridos! Recuerdo que en esos días tu canción preferida era “Alone Again, Naturally” de Gilbert O ‘Sullivan, ¿no sé si sigue siendo tu preferida esta canción o si tenés otra/s?, cuando te preguntaba el por qué te gustaba tanto esa canción y compararla con las que a mí me gustaban entonces, siempre respondías: “¡es que vos no sos romántico, Edgardo!”

En esos días te compraste un carro, un Toyota Corolla color rojo con vivos negros, ¿se lo compraste a Moris Rivas, te acordás? Cuidabas mucho a tu carrito y no lo llevabas al trabajo pues trabajabas bien cerca y no necesitabas llevártelo por lo que para “estrenarlo”, planeaste un viaje a San Francisco entre nosotros dos. Salimos de Los Ángeles una tarde como a eso de las 3:30 y recuerdo que allá por Paso Robles me pediste que te ayudara manejando pero: ¡que hiciera bien los cambios!, je, je, je… es que eras bien exagerado en el cuidado de tu carrito. Una vez allá en San Francisco visitamos a varias personas amigas y recuerdo que vimos a doña Miriam Gómez y a dos de sus hijas (Blanca y Ursula),  a Elber Magaña y su esposa, a Mario Escobar, a Mauricio Alfaro, a Checho Criollo y otras peronas, ¿de quienes más te acordás vos?

¿Te acordás que cuando nació Frank, mi primer hijo, trajiste tu cámara a mi apartamento y le tomaste las primeras fotos a mi pequeñín?, fotos que aún conservo y guardo con aprecio, agradecimiento  y cariño.

¡No sabía que te extrañaría tanto!

C arta a Hugo Figueroa - 4

 Ya con los años, precisamente en 1980, nos encontramos en el Norte del continente y al norte de nuestra “Tierra Linda”, en Los Ángeles, en Hollywood, para ser más exactos; vos ibas caminando por el boulevard más famoso del mundo del espectáculo, con tu característico pelo peinado estilo afro, vistiendo un pantalón estilo “overall” color rojo carmesí y yo venía con un pantalón increíblemente del mismo estilo, solo que de color amarillo chillante (después nos dimos cuenta que lo habíamos comprado en la misma tienda), nos vimos de reojo primero pero, al poner más atención y enfocarnos, nos reconocimos y dudando un poco, nos acercamos para saludarnos por medio de un caluroso abrazo. De ahí, empezamos nuevamente a frecuentarnos más. Entre esos sucesos recuerdo la noche de la navidad de ese año que la fuimos a pasar junto a tu mamá, quien vivía en casa de don Antonio Ayala y su esposa, doña Rosa, allá en Montebello; ¿te acordás de la gran mojada que nos llevamos esa noche en la parada de buses, cuando íbamos de regreso a Los Ángeles? Puya, hermanito, yo aun recuerdo que me estaba ca… yendo del tremendo frío que se me metía por todo el organismo hasta los huesos; ¿y después cuando llegaron aquellos pandilleros en un carro, y que se nos quedaron viendo con ganas de jodernos…?

Recuerdo también cuando me acompañaste a una fiesta de cumpleaños de una amiga de la escuela donde yo estudiaba y donde dejaste a un par de admiradoras quienes seguido me preguntaban por vos pero, ante lo que siempre me dijiste que no tenías interés en nadie más que no fuera tu adorada novia que estaba en la “Tierra Linda” y quien pronto vendría para reunirse con vos, cosa que sucedió y con quien un poco de tiempo después se casaron y permanecieron juntos hasta la fecha y siguen juntos, ¡seguirán juntos! Eso realmente no solamente me sorprendió sino que realmente me conmovió y agradó mucho pues me sirvió para darme cuenta de la sinceridad y honestidad que llevabas en tu corazón hacia quien habías decidido que fuera tu otra mitad. Nunca te lo dije pero, desde ese momento aprendí a respetarte por otra faceta tuya, ¡te felicito hermano!

¡No sabía que te extrañaría tanto!

¿Te acordás cuando nos fuimos a acampar al lago Isabella, allá en el condado de Kern? Yo recuerdo que Herbert, el Negro, vos y yo, salimos en la tarde de un día viernes en una camioneta de Herbert, llegamos en la tarde/noche al río que pasa por dicho lago, buscamos un buen lugar a la orilla y dispusimos de unos ricos bocadillos que vos preparaste y nos juntamos los 4 alrededor de una fogata, bajo la luna y aquel maravilloso manto de estrellas, al día siguiente nos metimos al lago en las dos lanchas inflables que llevábamos, si mal no recuerdo, eso fue el fin de semana del “memorial day” de 1981…     

Mirá, fíjate que también recuerdo que en esos días, vos trabajabas como “ingeniero” en uno de los edificios más representativos de la ciudad de Los Ángeles en esa época, el “One Wilshire”, mientras yo estudiaba en la “Evans”, vos vivías solo en tu apartamento en la avenida Bonnie Brae y yo con mi mamá en la Calle Manhattan Pl, es decir, vivíamos relativamente cerca por lo que nos empezamos a frecuentar un poco más. En las tardes, al salir de la escuela, yo me iba en bicicleta directamente a tu apartamento y de ahí nos íbamos a jugar “racketball” a la escuela Belmont que quedaba bien cerca de tu apartamento; ¡todas las tardes íbamos a jugar hasta decir ya no! Eso me ayudó mucho a mantenerme física y mentalmente saludable pues la nostalgia por la “Tierra Linda” y su bella y querida gente que había dejado ya hace aproximadamente dos años atrás, era ya bastante fuerte y acuciosa, al punto de causarme tristeza, desesperación y deseos de regresarme, a pesar de ser yo, un joven entusiasta y lleno de ilusiones que pensaba conseguir para llegar a la felicidad plena en aquella metrópoli de hierro y cemento…

En esos días yo me conseguí una novia a quien empecé a visitar muy seguido, casi cada noche; recuerdo que en algunas ocasiones me acompañaste a casa de ella, aunque después te alejabas rumbo a Hollywood que era el lugar que ambos preferíamos. Pues precisamente una noche que íbamos rumbo a Hollywood te comenté que ya no podría ir a jugar más porque me iría de la casa de mi mamá, me buscaría un trabajo y me casaría porque había embarazado a mi novia y quien después sería mi esposa. Al preguntarme cuando sería que me casaría, te respondí que primero debería buscarme un trabajo para ahorrar suficiente para pagar el alquiler de un apartamento adonde me llevaría a mi futura esposa; entonces vos sin dudarlo, me ofreciste que me fuera a vivir con vos en tu apartamento mientras yo me conseguía un trabajo. No me vas a pagar alquiler, ni por la comida, ¡ni por nada! –me dijiste- solo quiero ayudarte para que ahorrés rápido y te consigas un lugar bonito para vos y tu nueva familia.

¡No sabía que te extrañaría tanto!

Carta a Hugo Figueroa - 3

 ¿Y te acordás de aquella tarde que agarramos la carretilla de ruedas de metal que te había hecho tu papá, y nos fuimos a jugar al desvío? ¿Te acordás como nos dejábamos ir desde la casa de don Valeriano Marroquín hasta llegar allá abajo en la carretera, casi por donde ahora está la escuela Solórzano? Bien peligroso que era pero nosotros en nuestra inocencia, no advertíamos de peligro ni temores; ¡éramos valientes pues éramos los superhéroes de Armenia!

De seguro alguien que nos vio hacer esas peligrosas “aventuras” le fue a contar a tu mamá o quizás a tu abuelita pues ya no te dejaron sacar esa carretilla, pero… ¡no te escondieron tus patines! Y ahí íbamos a jugar al parque o por la calle pavimentada desde la alcaldía hasta la casa de don Agustín Franco y de ahí, de vuelta al parque; me prestabas un patín y vos te quedabas con el otro, así jugábamos y nos divertíamos los dos.

También recuerdo que por las tardes, nos gustaba tirarmos boca arriba al piso de ladrillos de la casa de la niña Glorita Gil con la vista hacia el cielo para ver las nubes y encontrarles la forma de animales o de cosas, ¿te acordás?

Durante las fiestas patronales, desde la casa de tu abuelita, nos poníamos a oír la música de las cinqueras que estaban colocadas temporalmente en el parque y nos poníamos a imaginar cómo eran los “personajes” que estaban en esos lugares (generalmente eran bolitos, je, je, je, je) y nosotros les imitábamos sus gestos y ademanes.

¡No sabía que te extrañaría tanto!

Una tarde, vi que estabas en la casa de tu tía Miriam y al hablarte, me dijiste que te esperara que precisamente andabas buscándome. Minutos después llegaste a mi casa para enseñarme un disco que te habían comprado y para invitarme a ir a tu casa a escucharlo y para aprendernos unos pasos de baile; ¡es que vos bailas bien chivo! -me dijiste- y yo, me entusiasmé. El disco era aquella canción que se llama “El Esquimal” y que más o menos dice así: “vayan con él, vayan con él, nunca podrá ser como el esquimal…”. ¿Te acordás de eso?

Después cuando tu papá compró los aparatos de sonido buenos, es que vino lo más chivo de todo: ir con vos a colocar los aparatos en la alcaldía para los bailes de las tardeadas bailables o los bailes los sábados en la tarde para las actividades de recaudación de fondos en la escuela parroquial, que chivo que eran esos días, hermano, ¿te acordás?

Pero, lo mejor y que estará en la mente de muchos por siempre (por supuesto que en la mía), son esos bailes que disfrutábamos en la terraza de tu casa… ay, hermanito, ¡que chulada de noches las que pasábamos! Es que, como ahí nos reuníamos toda la cipotada chévere del pueblo, esas noches sirvieron para que muchos desarrolláramos o mejoráramos nuestras habilidades dancísticas, sirvieron para entablar nuevas amistades -incluso noviazgos- también para reforzar algunas, sirvieron para lucir nuevos atuendos y presumir modas, como por ejemplo recuerdo que ahí empezamos a lucir los famosos pantalones acampanados, los zapatos de plataforma, las camisas sicodélicas y otros atavíos propios de la época, mientras “movíamos el bote” al son de Santana, CCR, los Ángeles Negros y sobretodo… el que para mí fue el conjunto revelación de esa época y que escuché por primera vez en tu casa… BARRABÁS, con sus alegres canciones, tales como… Woman, Try & Try, Children y su más representativa…Wild Safari con su tan peculiar… eeh, oeeh, oeeh, oeeeh, oooaah…  Ahí en esos eventos era frecuente ver aparte de tus hermanas y primas –por supuesto-, a Lilly Bruni y su prima la Nurian “seca”, a Giddel, a Joaquín, a Carmen Mayén y Eloy, al “negro” Coqui,  Simo Gil, Nuria Sandoval, Mario “pajilla”, a Douglas Gil, a Luis Rivas, a Digna Ayala y sus hermanas, al “chele” Larín, a Milton “Pocholo”, a Edgar Clavel, a Normita Ríos, por supuesto a Dinora y Cecy, a Betsy Mayén, a Walter Hernández  y varios, muchos más…  mirá Hugo, ¿quién se iba a imaginar que esos bailes se grabarían en la memoria colectiva de la juventud armeniense de esa época y que, estos quedarían inmortalizados como el evento cumbre y decisivo en la cimentación de muchas relaciones sentimentales que aún perduran y que sirven como ejemplo de un tiempo feliz, sano, respetuoso, divertido y profundamente humano?  ¡La tuya con Cecy, tu esposa, es el más vivo y claro ejemplo de lo que digo pues la mantienen hasta la fecha y la mantendrán hasta siempre jamás! Y todo, fue idea y creación tuya, Hugo, hermanito y por todo esto, es que muchos te debemos no solamente el cariño que ya te tenemos, sino que también el respeto y la admiración por tus características de líder, de un ser amable, carismático, amigable, sincero, te vamos a extrañar, brother... 

¡No sabía que te extrañaría tanto!

Carta a Hugo Figueroa - 2

 Mirá Hugo, vieras como me ha afectado esta triste noticia de tu despedida, es que, me llegó de repente y de un solo pencazo, y lo peor es que llega esta y PUM!… se le juntan todos esos bellos recuerdos de instantes, situaciones, juegos, travesuras, etc. que juntos vos y yo, pasamos y disfrutamos. Vos sabés, que son tantos los recuerdos, brother, que creo que me pasaría horas enteras trayéndolos a mi mente hasta que pasaran días. Son tantas y bellas las memorias que guardo en mí, que realmente me siento yo mismo sorprendido al ver como una a una se aparecen estas que, al repasarlas, casi siempre causan que se venga otra más y después, otra más y otra más…  

¿Te acordás vos desde cuándo es que somos amigos?

Los primeros recuerdos que tengo yo de nuestra amistad, vienen desde que estábamos en segundo grado en la Juan José Solórzano, cabal ahí enfrente de la entrada del lado izquierdo de la iglesia, a la par del Colegio Santa Teresa; era un medio día en el que al salir de clases e ir rumbo a mi casa, que estaba en la misma calle de la escuela, vos y tu primo Jorge (Charamisa), iban detrás de mí jodiéndome, poniéndome y gritándome apodos, hasta que al llegar corriendo a mi casa, rápidamente le conté a mi abuelita (quien estaba en la puerta) que unos bichos me iban molestando (yo ni sabía los nombres de ustedes), al escuchar mi queja, mi abuelita solo les miró a ustedes y me ordenó que entrara. Ya una vez adentro de la casa mi abuelo intervino y al escucharme y sobretodo escuchar a mi abuela quien le dijo que no eran unos bichos malos, sino que eran: “un hijo de la Mimía Figueroa y uno de Juan Burgos”, mi abuelo se sentó en su mecedera y al dirigirse a mí, me tranquilizó diciéndome que ustedes solamente querían ser mis amigos, que no querían pelear sino que jugar. ¡Mañana cuando estén en la escuela hablales y ponete a jugar con ellos, si ellos te joden, jodelos vos a ellos, si ellos te dicen apodos, deciles apodos vos a ellos! Yo, no recuerdo si les hablé ni si jugamos al día siguiente o días después pero, lo que sí sé es que, otro día, yo estaba jugando con una pelota bien chiva que me había regalado mi padrino, ahí en la calle de mi casa, cabal en la acera de la casa de la niña Amanda Suncín, cuando pasaste vos y me preguntaste si podías jugar conmigo. De seguro te respondí que si porque lo que recuerdo que pasó después, es que era muy frecuente que yo visitara tu casa adonde jugábamos con mi pelota o con juguetes tuyos. Te gustaban los paquines y eras seguidor de Superman, yo de Batman ¿te acordás? y cabal recuerdo que un día, por iniciativa tuya, decidimos formar el club de los superhéroes de Armenia y el primer candidato a miembro en ser entrevistado fui yo, es que, por ser vos el de la idea, decidiste ser quien decidiera quien entrara y quien no al club. Cabal en las gradas de tu casa que subían al cuarto de ustedes, es decir, las segundas gradas que estaban allá al final casi, cerca de donde estaba el carro antiguo estacionado en la calle entre la casa de tu abuelita Juana y la de tu tío Eladio. Pues bien, ahí en una tarde de verano, “Batman” fue entrevistado para ver si entraba al club, la primera pregunta fue: ¿De qué color era el caballo blanco de Napoleón Bonaparte?, la segunda: ¿Cuánto es 4 más 2 menos 6?, la tercera; ¿Cómo se llama la ciudad donde vive Batman?, la cuarta: ¿Cuál es el nombre “real” de Superman? Y así, seguimos por unas cuantas más hasta que fui aceptado y entré al club.

¿Te acordás de la primera acción que realizaríamos? Sería en una noche de esas en la cual, por idea mía, iríamos a dar un “rondín” por el vecindario para ubicar nuestros escondites al tiempo de probar mi invento: proyectar la marca de Batman en alguna pared; es que yo había hecho como una calcomanía de cartón color negro con la figura de un murciélago (imitando a la de Batman) la cual, se la pegaríamos a una lámpara de pilas de mi abuelo y de esa manera, al encender la lámpara, proyectaríamos a la pared, la imagen de “llamada de auxilio” para Batman (tal cual la habíamos visto en la TV). La verdad es que, no nos funcionó el invento pero, nosotros igual, seguimos jugando con el club al cual, ya no le agregamos a nadie más, ¡solo fue un club de nosotros dos, je, je, je!

Después, según se me viene a la mente, recuerdo que una tarde nos fuimos desde tu casa al estadio a jugar con mi pelota; al cansarnos de jugar y de regreso a casa, decidimos irnos por una camino diferente, allá por la colonia Alisa, a pasar por la cancha de básquetbol. Te dije que pasáramos a beber agua a la casa de mi tía María Arévalo, quien vivía con dos de sus hijos (mis tíos Anaís y Noé) al tiempo de vos responderme: ¡si, está bien, vamos a la casa de la tía María! Llegamos y me sorprendió mucho ver que a ambos nos recibieron con la misma alegría, atención y cariño, vos –al igual que yo- le decías tía a ambas y tío a Noé; nos bebimos el agua, nos despedimos y al estar en camino, te pregunté ¿por qué les decías tías y tío? Pues, porque ella es mi tía María y sus hijos son mis tíos, respondiste; pero, ¿por qué? volví a preguntarte; no sé – respondiste- ni importa -agregaste-, ¡pues yo creo que sí importa! -te dije- ¿te acordás? es que, fíjate Hugo que si eso es cierto, significaría entonces que nosotros podríamos ser hasta primos quizás –te dije-, en eso tenés razón, sería chivo que de verdad fuéramos primos – concluiste- y se terminó la plática.

¿Y de los paseos que organizaba tu mamá a Tutunilco o al terreno de tu abuelita (que se llamaba “la Tortolita”), te acordás? ¡Puya!, que chivas eran esas tardes asoleadas en la que íbamos todo aquel cipoterío, caminando, jugando, sonriendo, jodiendo, riéndonos y gozando ya sea rumbo a Tutunilco o como digo, a la Tortolita, en medio del canto de los pájaros, bajo el bello sol resplandeciente, liderados y protegidos por tu mamá; es que, ahí íbamos un gran montón, entre ellos, tus hermanas Rhina, Vicky, Samara, tus primas Maritza e Iris, recuerdo a Richard, Simo y Dani Gil, a tu primo Jorge, a Moris Sandoval, a Joaquín “Tenguereche” entre otros… y por supuesto a la “Tina”, la siempre amable y sonriente Tina, que era capaz de entregar amor y cuidados a todos los cipotes que nos acercáramos a ella, sin importar que no fueran ustedes, a quienes ella si tenía obligación de cuidar, ella, la muy recordada Tina que nos expresaba sus sentimientos a través de sus brazos y manos que no eran simple gestos sino más bien frases y poesías, ¡que chuladas eran esas tardes! tan alegres, amenas, en plena amistad, sin odios, sin ofensas, sin rivalidades, sin prejuicios, solo cipotes compartiendo y disfrutando de la vida, tan llena de esperanza, tan llena de luz, tan llena de felicidad…   

¡No sabía que te extrañaría tanto!

lunes, 24 de agosto de 2020

Plan de Trabajo de un Alcalde de Armenia - Parte 2

A los 3 meses presentaría el plan para la construcción del mercado municipal, el cual sería a ser completado en 3 años; este plan consistiría primeramente en la búsqueda y adquisición de 1 terreno amplio, grande y plano en la zona poniente de la ciudad, en los linderos de la colonia La Providencia, lado sur de la carretera CA 8 que viene de Sonsonate, a la altura de la entrada de la colonia Las Arcas. En este terreno se construiría bajo la fase 1, un mercado de tamaño mediano, el cual sería  “especializado” (albergaría: comedores, ventas de comidas rápidas, puestos de venta de ropa, juguetes y otros que aceptaran trasladarse a este mercado temporalmente). Más adelante (dentro del plan de 5 años), se gestionaría ante el gobierno central la construcción de una calle que serviría de entrada a la ciudad precisamente en ese mismo lugar y que, llegaría hasta la carretera hacia San Salvador, pasando por algunas calles de la ciudad. El plan también contempla la idea que comenté públicamente hace algunos años de utilizar otros espacios disponibles que son propiedad del pueblo y que administra la alcaldía (edificio del rastro municipal, el terreno enfrente del rastro, la casa a la par del barranco en el barrio Santa Teresa, que antiguamente albergó a la banda municipal, etc.) reacomodándolos para que le quepan algunos puestos de ventas (de carnes, de frutas, verduras, etc.), para darle alternativas temporales a todos los dueños de puestos en el mercado actual, con lo que se buscaría que aceptaran trasladarse hasta que se haya terminado de construir el mercado principal.

Hablando del mercado principal, este sería construido a 3 pisos con un sótano, en el lugar que ocupa actualmente (la manzana completa) y se distribuiría así:

Primer piso, restaurantes, comedores, puestos de venta de carnes, leche y derivados, frutas y verduras, cereales y granos, es decir, toda la línea de alimentos, con las correspondientes áreas de carga/descarga de camiones en la parte posterior (4ª Calle Poniente).

Segundo piso, ventas de: ropa, juguetes, recuerdos, medicinas, cosméticos, herramientas, joyería, barberías, salones de belleza, zapaterías, etc.

Tercer piso, tendría una guardería (serviría principalmente para las madres que vendan en el mercado, pero serviría a toda madre/familia que lo requiera, a un costo mínimo, el cual sería determinado por las señoras madres vendedoras en el mercado quienes formarían su comité para apoyar en la administración de la guardería, que correría a cargo de la municipalidad y el MINED). Se construirían 2 canchas de futbol rápido más 4 de basketball/volleyball, las cuales serían desmontables, para poder realizar en este espacio los bailes y otras actividades (principalmente durante las fiestas patronales) que en la actualidad se realizan en la calles. En este piso, también estarían las oficinas administrativas, de seguridad, de limpieza.

En el sótano, se construiría un área de parqueo público. Se cobraría un costo acorde con los tiempos sin sacrificar el bolsillo de los propietarios de vehículos (+/- $2.00 las 24 horas) pero, su uso sería obligatorio para todo vehículo particular en la ciudad pues, se decretaría una ordenanza (si no la hubiera) para prohibir en todas las calles de la ciudad, el estacionamiento en un sitio por más de 30 minutos (se cobraría $1.00 por estos 30 minutos pues la idea es que usen el parqueo y no las calles); para esto se colocarían parquímetros y se contratarían a los agentes necesarios para hacer cumplir esta ordenanza. Para la comodidad de los usuarios del parqueo, se comprarían o se contratarían varios vehículos de transporte de motonetas de 3 ruedas que prestarían servicio desde/hasta el estacionamiento por un módico costo las 24 horas del día.  

Todos los 3 pisos y el sótano, contarían con baño, accesos y otras facilidades para toda persona incluyendo minusválidos, y con equipo (cámaras) de vigilancia, así como cuerpo de seguridad y limpieza las 24 horas.   

Al término del primer año, reportaría la terminación de los trabajos de adecuación de los edificios que albergarían a algunos lugares de venta y la fecha del inicio del traslado a dichos lugares. También anunciaría la fecha de inicio de la construcción del nuevo mercado principal.

La actual Casa Comunal sería reacondicionada y se le agregaría dos pisos más, para hacer de ella una guardería (en la primera planta), para albergar en la segunda planta al “Centro de Comando de Emergencias Permanente” de la ciudad que estaría integrado por miembros de la Unidad de Salud, Alcaldía, de los CE’s, de la Cruz Roja, Cruz Verde, PNC y demás civiles voluntarios y en la tercera planta, hacer la “CASA CLUB” de nuestros dos grandes del futbol: C. D. Salvadoreño y Racing Jr. (¡una sola para ambos equipos, que deberán verse como hermanos que son!).

También albergaría temporalmente a la Casa de la Cultura, hasta que el lugar apropiado fuese construido más adelante.

En vista de que Armenia carece de lugares que atraigan al turismo y por lo tanto tenemos esa desventaja ante otras ciudades que se nos han adelantado muchos años luz en este rubro, como Izalco, Ataco, Tacuba, Nahuizalco, ya no digamos Juayúa y hasta incluso el pueblo de Caluco, habría que reinventarse y apostarle no solamente a lo que ya tenemos: ser la ciudad cuna de Claudia Lars, de Lito Barrientos, del doctor Zepeda, de la Condesa de Saint Exupéry, de Lilo González, de Juancito De Dios Galán, de Francisco Lemus, de Francisco Abrego, de Tito Mira, de Cesar Menéndez y otros grandes exponentes de las artes y la ciencia, sino que sacarle provecho a través de concursos a nivel nacional e internacional de poesía, de dibujo, de música, etc. con premios significativos, también con festivales, verbenas, juegos florales, exposiciones y demás (se podrían realizar en el tercer piso del mercado municipal).

En la zona de la finca San Eugenio, en los terrenos que fueron donados al pueblo armeniense, se podría hacer un parque ecológico, con caminos rústicos entre jardines, árboles y manantiales, áreas verdes para “pic-nics” y/o para acampar, etc., organizar caminatas, también se podría hacer talleres sobre técnicas del cultivo, sembrado y procesos posteriores del café, etc. Sería fenomenal construir un restaurante en medio del cafetal o del bosque (tal como los que hay en las zonas de Tacuba, Ataco, Juayúa), en fin, hay que aprovechar lo bueno y bonito que tiene ese lugar.

Otra idea que contemplo en el plan es la de comprar o alquilar por parte de la alcaldía, el terreno del cerro “Las Peñitas” donde está la cruz, para, en conjunto con empresarios locales, construir un mirador que ofrezca esa vista amplia y bella de nuestra ciudad, ahí se podría tener restaurantes, clubes donde puedan participar nuestros artistas locales, karaokes, áreas para caminatas, ¿por qué no, unas líneas de canopy que lleguen hasta la línea del tren?, ¿y qué tal unas cabañas campestres?, ¿rentas de hamacas colocadas bajo la sombra de árboles grandes y frondosos?

Seguiremos más adelante…

viernes, 21 de agosto de 2020

¿La Quinta es la Vencida? Plan de Trabajo de un Alcalde de Armenia

Brevemente contaré que en los días del principio de la pandemia del COVID-19, se me acercaron nuevamente ¡esta es la quinta vez!, para indagar acerca de mi interés para ser candidato a alcalde de Armenia y, por quinta vez, dije que no, por las razones que ya he mencionado anteriormente que ya no hay necesidad de repetir.

Y lo que quiero contar es que, como consecuencia de esta nueva invitación se me ocurrió hacer una revisión de los proyectos y programas que alguna vez pensé y consideré para ponerlos en un plan de trabajo, cuando fuese alcalde de Armenia, si es que lo hubiese sido. Según mis notas que encontré tiradas por ahí, este plan de trabajo se extendía a 15 años, aunque mi preferencia y deseo siempre ha sido el de NO perpetuarme en el puesto, es decir, hacer un plan, en este caso a 15 años, para que lo continuara y finalizara quien fuera que me suplantara, cuando el pueblo así lo decidiera.  

Debo mencionar primeramente que, yo no cobraría NI UN CENTAVO de llegar a ser alcalde pues yo no buscaría un trabajo, yo iría a servir a mi ciudad y su gente, lo mismo buscaría en los concejales que me acompañarían pero, por supuesto que si hubiese alguna persona que realmente valiera la pena tenerla en el equipo pero que no pudiera dar sus servicios sin sueldo, esta persona se contrataría con el condicionante que yo pondría un sueldo techo a todos los empleados de la comuna y este sueldo sería el sueldo promedio de un maestro, de un profesor, es decir que, en la alcaldía de Armenia no habría algún empleado –POR MÁS IMPORTANTE QUE FUERA SU PUESTO- que ganara más que un maestro. 

También contrataría todo el intelecto, talento y capacidad posible que hay en nuestra ciudad, en especial, contrataría jóvenes estudiantes o recién graduados en las áreas de ingeniería, medicina, psicología, agronomía, arte, tecnología, informática, etc. jóvenes talentosos como algunos que conozco personalmente y que se dé su gran capacidad como Dori Ramírez, Jeovanny Maravilla, Saúl Escamilla, Miguel Molina, Hugo Sandoval, Leonardo Young y muchos otros más que siguen buscando oportunidades para no solamente ejercer su profesión si no que para contribuir al progreso de nuestra gente, de nuestra ciudad. Estos jóvenes serían baluartes y fundamentales en el desarrollo de la comunidad, sirviendo como consejeros y asesores en las áreas que les correspondan, por ejemplo: ofreciendo apoyo de ingeniería en las obras y construcciones de la ciudad, de medicina durante tiempos de crisis y emergencias y entrenar en técnicas de salubridad en tiempos de paz, de psicología de negocio para las madres solteras que quieran emprender, psicología deportiva para los jugadores de nuestros equipos de futbol y/o de otros deportes, de agronomía para los agricultores y propietarios de tierras que busquen ayuda en técnicas de cultivo, en jóvenes que quieran desarrollar o mejorar sus técnicas de dibujo, de pintura, de música, de canto, en fin… hay tantas oportunidades donde se puede llegar y servir de apoyo a nuestra gente que realmente da lástima ver como hay talento que no se aprovecha al máximo…    

En mi plan, tenía contemplado 4 ejes estratégicos, fundamentales y necesarios para el desarrollo y beneficio de la sociedad armeniense:

1- Oportunidades de empleo y desarrollo comercial,

2- Ordenamiento, ornato y control ambiental 

3- Creación de ambientes turísticos y de esparcimiento,

4- Apoyo a la formación artística, cultural, educativa, deportiva.

Para evidenciar el progreso de estos ejes, existirían varias etapas y metas concretas que definirían el futuro de mi continuidad como alcalde pues, yo siempre he creído que para ser funcionario público, es decir, para ser un verdadero y un buen funcionario y servidor público, hay que presentar resultados de manera periódica para que el pueblo esté enterado del funcionamiento de la cosa pública así como del desempeño de los funcionarios de manera puntual y que, a través de estos reportes el pueblo tenga herramientas para evaluar y validar el trabajo hecho, sin tener que esperar a que se lleguen las siguientes elecciones (como es la práctica en la actualidad); por eso en mi plan había considerado, metas que se realizarían desde el primer día en funciones, en la primera semana, en el primer mes, en los primeros 3 meses, en el primer año, en el final del periodo (3 años), a 5 años, a 10 años y finalmente a 15 años, cuyos reportes los haría en público (de manera personal en el parque, estilo “cabildo abierto”), así:

En el primer día de trabajo, entre otras cosas, contrataría a Arnoldo Cortez para que fuera el gerente de asuntos culturales, artísticos y sociales de la alcaldía. Entre sus funciones estarían algunas de las que ya ejerce, como son las de organizar las “Noches Bohemias”, administrar la Casa de la Cultura y otras, a las que se le agregarían, ser el director de las fiestas de cumpleaños del pueblo, que consistirían en fiestas de celebración de cumpleaños para todos los niños hasta de 15 años (nacidos en Armenia y estudiando –los de edad adecuada- en un centro escolar oficial) cumpleañeros del mes cuyos padres no tuvieran los recursos para celebrarles fiestas, estas fiestas se celebrarían (para empezar) en la Casa Comunal cada mes y serían totalmente financiadas por la alcaldía. A estas fiestas se contrataría a proveedores y talento local en las áreas de comidas, bebidas, pastelería, música, diversión, piñatas, juegos, etc., para promover el comercio y emprendimiento local. Más actividades se agregarían en su momento.

En la primera semana, le quitaría el cobro al “famoso” poli-deportivo y lo haría gratis durante los días de semana para todo estudiante armeniense (solo tendría que presentar su carnet actualizado provisto por parte de su centro escolar); durante los fines de semana y/o días festivos, podrían entrar adultos por un pago de $0.25 cada uno o grupos familiares de hasta 6 personas –incluyendo menores- con un adulto mayor quien sería responsable de pagar $2.00 por grupo (no se dejaría ingresar a menores solos) y de cualquier daño que sufrieran las instalaciones durante su visita personal o la de su grupo (si hubiesen más adultos y/o grupos dentro del establecimiento, el costo sería compartido por todos los adultos a cargo). Se contrataría a jóvenes armenienses para trabajar como guías, instructores, salvavidas, etc. y se contrataría a personal para la seguridad, para limpieza, para informática pues el local contaría con televisores, reproductores de video y equipo de comunicación y red electrónica incluyendo inalámbrica.

En el primer mes, tendría ya completo al equipo de trabajo; también presentaría un plan para descentralizar la alcaldía, es decir definir cuáles son las transacciones por las cuales no fuera necesario que el ciudadano deba recurrir (y viajar en algunos casos, desde otros lugares lejanos causando pérdida de tiempo y gastas más altos) hasta la alcaldía y hacerlo todo vía red electrónica de acuerdo a los tiempos actuales, por ejemplo sacar partidas o actas de nacimiento, actas de defunción, copias de las anteriores, etc. y para todas aquellas transacciones que se consideren no “delicadas” o “privadas”, para lo que, se abrirían –para empezar- 4 locales ubicados así: 1 en la Colonia San Antonio, 2 en el cantón Las Crucitas, 3 en la zona de San Eugenio y el 4 en el cantón El Cerro; de esta manera no solamente estaríamos aligerando el trabajo en la alcaldía, sino que también le ayudaríamos a la economía del solicitante, sin sacrificar la calidad del servicio que el pueblo se merece, mientras se reduce las conglomeraciones en la zona de la alcaldía y alrededores. Otros centros se abrirían dependiendo de la demanda y sugerencias de la ciudadanía.

viernes, 14 de febrero de 2020

Epoca de Oro del Futbol Armeniense - III

Estos eran los días del pináculo del desempeño de los equipos de futbol de Armenia, ¡de todos! Eran los tiempos en los cuales, cada domingo de la semana había 4 partidos de futbol durante todo el día, comenzando con el primero a las 8:15 – 8:30 de la mañana (generalmente jugaba uno de los equipos de Armenia en 4ta. categoría, ya fuese el Fuerte Armenia, o el Riski-Raska, o el San Antonio, o la Gloria), enseguida a las 10:15 – 10:30 (otro equipo de cuarta o el Iberia), a la 1:05 el preliminar (con otro equipo de cuarta o el Iberia) y finalmente a las 3:15 el estelar del día ya fuera el CD Salvadoreño o el Racing Jr. y lo digno de decir, es que casi siempre ganaban los equipos locales, apoyados por sus aficionados que se hacían presente muy fielmente por docenas y en el caso de los equipos “grandes” (Salvadoreño o Racing) se llenaba el estadio con cientos de aficionados, principalmente cuando jugaban entre sí, lo cual era un “espectáculo” aparte, un acontecimiento que prácticamente paralizaba la ciudad y de los cuales, hubieron unos partidos verdaderamente “ÉPICOS”.
Y si eran memorables algunos de estos partidos de los cuales, recuerdo uno en particular, el que si no me falla la memoria, sería el segundo partido entre estos dos titanes armenienses en la liga de ascenso; el primero que había sido victoria del Salvadoreño no lo vi pues habíamos salido a jugar con el Iberia, por lo que, podemos decir que este sería el de la “revancha” (para el Racing Jr.) o el de la continuación de la “supremacía” (para el CD Salvadoreño).
Recuerdo que se jugaba el primer tiempo, cuando hubo una falta en los linderos del área grande del Racing (a unos 2-3 metros de la esquina izquierda en sentido de ataque del Salvadoreño); Meco Contreras agarró el balón y lo posicionó sobre la grama adecuadamente desde donde con un toque magistral de pie derecho, lo colocó al ángulo superior izquierdo de Manuel Jaimes (Pacún) quien era el portero del Racing, para el primer gol del partido, 1 a 0 ganaba el Salvadoreño, se corría aproximadamente el minuto 20, unos minutos después (quizás a los 30), hubo otra falta casi en el mismo lugar de la anterior y, nuevamente Meco agarró y colocó el balón a su gusto, desde donde con otro toque magistral lo metió –esta vez- en el ángulo inferior izquierdo de Manuel y de esta manera, el Salvadoreño ganaba cómodamente 2 a 0 y todo parecía indicar que otra vez habría derrota para el Racing Jr. pero, antes que terminara el primer tiempo, Leonel Anaya corriendo por la banda izquierda  mandó un tremendo disparo que no pudo contener el portero del Salvadoreño, convirtiéndose en el gol de la honra del Racing y minutos después, el mismo Leonel lanzó un pase al área grande donde “Chiquilla” la prendió con un sólido, seco y fuerte izquierdazo que casi rompe las redes de la portería del Salvadoreño para decretar un empate antes de terminar el primer tiempo. En la segunda mitad, los equipos hicieron ajustes en la marcación por lo que el partido se volvió un campo de batalla en la media cancha, sin libertades ni faltas cerca de las áreas de peligro pero, a pocos minutos de terminar el partido, el “Cabezón” Linares, desde propio campo le filtró por detrás de la defensa del Salvadoreño, que estaba adelantada, un pase a Chico Calderón quien agarró tremenda “guinda” enfilándose a la portería, dejando en la carrera a los defensas (Chele) Rivas y Paco Ruedas, para fusilar al portero y con ese gol decretar el primer triunfo del Racing Jr sobre el CD Salvadoreño en la liga de ascenso.
Tengo que mencionar los sucesos laterales no muy elogiables que se daban durante estos partidos y principalmente en este que tiene que ver con las porras (que estimuladas por lo que acontecía en el terreno de juego), se exageraban en sus manifestaciones de apoyo a sus equipos llegando incluso a la violencia verbal y hasta física contra la porra rival y/o contra los jugadores, algo sobre lo que, no voy a entrar en detalles pero si, desearía expresar mi desacuerdo y deseo que no se volviese a dar.
Otra de las cosas buenas que ocurrieron en nuestra querida ciudad durante esa “Época de Oro del futbol” y que vale mucho la pena mencionar, ¡el nacimiento de otro equipo de futbol!
Si, se trataba de otro equipo de futbol, pero este equipo tenía una particularidad: casi todos sus jugadores eran jovencitos. Estoy hablando del Iberia Jr., equipo que fue fundado gracias a la genial idea del profesor César Adgusto Guardado quien había llegado a la ciudad preveniente del cantón Metalío a dar clases en la escuela Juan José Solorzáno. Al principio, el profesor César se había acercado al Iberia como colaborador de don Toño (y es así como lo conocí, cuando yo jugaba en el Iberia, incluso algunas veces el actuaba como nuestro “entrenador” o como nuestro representante) pero, de seguro en su mente ya se había cimentado la idea de iniciar un proyecto de fútbol propio, es decir, de su creación y así lo hizo. Los detalles de los albores de este equipo realmente no los tengo, solo recuerdo que cuando este equipo inició su participación en los engramados de la zona, y principalmente en Armenia, a muchos no les agradó o por lo menos, eso es lo que decían o rumoraban algunos. Unos incluso le habían puesto el mote del “equipo de las mariposas” a dicho equipo de manera despectiva contra los jugadores jóvenes. Yo realmente creo que quienes se expresaban así, lo hacían de envidia pues, este equipo tenía algo que a otros equipos les faltaba: ¡MÍSTICA!
Y esa mística que reinaba en dicho equipo, lógicamente era inspirada por el profesor César y secundada y agrandada por sus jovencitos jugadores que se apoyaban entre sí, se entendían dentro y fuera de la cancha y eso, les hacía ser un equipo bueno, técnico, fuerte, sólido; tanto que pronto se convirtió en otro digno representante de nuestra querida ciudad, al ganar campeonatos y subir de categoría. En este instante habría que decir que otra de las cosas que contribuyeron a la mística de este equipo, así como a levantar más la envidia en sus detractores, fue la novedosa y atractiva indumentaria que lució este equipo en el inicio de temporada, se trataba de una camisola (según supe después, manufacturada por sastres locales) compuesta de dos piezas de tela cosidas exactamente a la mitad, con el mismo diseño pero diferente color: rojo con “ojos” pequeños color blancos que desde unos metros la hacían parecer color rosado en un brazo (una mitad del pecho), y azul, siempre con “ojos” pequeños color blanco, que le hacía parecer celeste en el otro brazo (la otra mitad del pecho), es decir que desde la distancia se veía mitad rosado y mitad celeste… algo inaudito, NUNCA visto en un uniforme de algún equipo de futbol en esas épocas pero, que algunos años después resultó ser la moda en los equipos de alto nivel, incluso en selecciones nacionales durante los mundiales como es el caso de Noruega, Suecia y después Croacia que expusieron este revelador estilo. Podemos decir, por lo tanto que el Iberia Jr. inició (por lo menos en nuestro ámbito) la innovación en la indumentaria de los equipos de futbol y eso, ¡hay que reconocerlo y agradecerlo!    
De los inicios de este equipo, recuerdo al portero Oscar Montes (diablito), al otro portero German Salinas, al querido y bien recordado Juan José (cara de guante), a “Caballito”, a “Beche”, a “Carita”, a Luis Menéndez, a Osman (oso), a “Zingara”, a “Frijolito”, a Alvaro “quesadilla”, al “choco” Sierra, a “Tinano” y sobre todo a su hombre-gol Teodoro “Bochito” Rivera. Todos ellos de la misma edad, después cuando ya el equipo se vio disminuido por la salida de algunos de sus jugadores a equipos en categorías superiores, se le juntaron otros buenos jugadores un poco de mayor edad como “Betino”, el “chino” Soriano“, e incluso unos años más tarde (precisamente en el 78 y parte del 79, jugué yo, junto a Toño “tiburón” y otros), reforzando al equipo en su marcha para subir a la segunda categoría.

viernes, 31 de enero de 2020

Epoca de Oro del Futbol Armeniense - II

Al aproximarse las fiestas patronales, nadie se me había acercado de parte del Racing Jr., pero sí alguien del CD Salvadoreño; era el profesor Toño Argueta quien me preguntó si quería jugar ese próximo 21 de Noviembre durante las fiestas; le respondí que sí y me preparé para dicho partido, pensando que quizás ya no jugaría en el Racing pero si en el Salvadoreño que también estaba ya en la categoría de ascenso. Resulta que algo pasó dentro de ese equipo pues el día del partido, Toño me dijo que ya no jugaría con el equipo titular pero que si lo haría en el partido preliminar pues necesitaban reforzar al equipo local que se enfrentaría al que había llegado desde San Salvador, traído por el señor italiano Mike Colennese, quien era el principal “colaborador” del CD Salvadoreño; la noticia de ese cambio no me agradó mucho; jugué el partido, junto a Oscar “Diablito” y otros que después jugaron en el equipo titular pero yo decidí ya no seguir con la idea de jugar ahí.
Me inscribí en el Racing Jr. y empecé a prepararme mentalmente para jugar la próxima temporada en la Categoría de Ascenso que en esos años, era realmente de un muy buen nivel. El Racing Jr. había ganado el derecho de jugar en esa categoría como resultado de su exitosas campañas en segunda categoría y después en la primera “B” donde había salido campeón en ambas gracias a su excelente formación de muy buenos jugadores como Jorge Galán (el Cuyito), Baltazar Chulo (Macho), Ricardo López (Cohete), Roberto (Garrobo), el “Chino” Ademir, Pablo Toledo (el Sapito), César Burgos (Cacho), Chico Calderón (quien era el goleador), “Chiquilla” Artiga, Mauricio “Tarzán”, Hernán Olmedo, Manuel “Pacayón” Figueroa, Manuel “Pacún” Jaimes (portero) y los dos hermanos Anaya quienes eran los verdaderos baluartes de ese equipo con sus maravillosas y electrizantes jugadas que realizaban cada uno desde las líneas: ¡a veces Víctor en la derecha y Leonel en la Izquierda o al contrario pero siempre, creando peligro para el arco rival!
Yo fui varias veces a verles jugar desde que estaban en segunda categoría y jugaban en la cancha de la hacienda “La Puerta” porque el estadio (como lo mencioné anteriormente) estaba siendo re-engramado, recuerdo que era mucha afición que llegábamos a apoyarle, mucha y la mayoría éramos jóvenes estudiantes que viajábamos a como fuera, en camioneta, en carro, en pickup, en camiones, “a raid” y como cuando jugaba de local la cancha estaba cerca, ¡hasta a pata!
No recuerdo exactamente adonde jugaba el CD Salvadoreño en esos días aunque creo que en la hacienda San Isidro (¿talvez alguien me pueda corregir?), pero lo bonito es que también hizo una campaña bastante buena que le permitió mantenerse como un equipo muy competitivo y contendiente.
Ya en el Racing, debuté en el primer partido de la temporada, jugando en Armenia contra el Huracán de Atiquizaya, era el año 1976. Por decisión de Búcaro (el entrenador del Racing en esos días) entré al campo de juego en una posición que no era la natural mía y en la que nunca había jugado (defensa lateral), pues desde los equipos escolares de la primaria había jugado de delantero o defensa central como había sido el caso en el Iberia, de todas maneras, aunque no me gustaba, las ganas de jugar me empujaron, no le dije nada a Búcaro, no protesté pensando que talvez después me daría oportunidad de jugar de defensa central y entré a la cancha a jugar. Realmente no jugué bien y fue por mi lado que un delantero del Huracán se coló y metió el gol del empate, quedamos 1 a 1. Después jugué –de reemplazo y siempre mal-, por órdenes de Búcaro en la posición de defensa lateral, contra el Isidro Menéndez en Metapán, contra el Titán de Texistepeque en Armenia y finalmente contra el San Martín en el estadio de Santa Ana, el cual fue mi último partido en el Racing pues, no me sentía cómodo sentado en la banca y entrando a jugar en una posición que no era la mía, que no me gustaba y en la cual, no jugaba bien. Ya no me presenté ni a los entrenamientos y mucho menos a los partidos; el equipo me castigó y no concedió la firma de mi pase (que no les había costado ni un centavo) para que yo pudiera jugar en otro equipo, pero ¡eso es “harina de otro costal”!
Sigamos con las cosas buenas y bonitas del futbol armeniense en esa época:
En 1974, el CD Salvadoreño cumpliría 50 años de equipo federado, durante las fiestas patronales, esto se celebraría con mucha pompa y alegría a través de varias actividades como la publicación de fotografías, objetos, reliquias y datos alegóricos e históricos del equipo en las vitrinas de tiendas y locales comerciales (así fue como corroboré algunas cosas que mi abuelita me había contado de este equipo y sus jugadores y directivos, incluyendo la leyenda acerca de un jugador español que jugó en el Salvadoreño varios años antes, se trata de Magín Maimó), la contratación de un entrenador de renombre (el exjugador brasileño, Tupinambá Dos Santos), la celebración de un partido el propio 21 de Noviembre (día del CD Salvadoreño) creo que fue con el Sonsonate FC que militaba en la primera categoría “A” y culminando con lo que para mí ha sido la fiesta de gala más linda que se haya celebrado en Armenia. Este baile fue en la alcaldía, amenizado por la orquesta de los Hermanos Flores y a las que asistieron diversas personalidades de la ciudad y de otras latitudes, incluyendo reinas de belleza como la Reina de la Cruz Roja Nacional, la candidata a Miss-Universo de la “Tierra Linda” para el siguiente año (1975) que se celebraría en la “Tierra Linda”, de nombre Carmen Elena Figueroa, la Reina del Club de Leones de Santa Tecla, la Reina del Club de Prensa de la “Tierra Linda”, etc. yo tuve el honor y orgullo de bailar precisamente con la Reina del Club de Prensa de nombre Isabel Lardé y Larín, en esa maravillosa noche y por supuesto que jamás olvidaré esos instantes.
Por cuestiones sociales o por necesidad, los personeros de los equipos se reunían con la idea de planificar las actividades asociadas al desempeño de sus equipos y así, es como el CD Salvadoreño “estableció” su base de operaciones o “Casa Club” en la sorbetería “Kiss” que era propiedad de los esposos Flores (Dolores “Loly” Huezo y Eduardo “Guayo” Flores, quien era presidente del equipo y alcalde de la ciudad), mientras el Racing Jr. inauguró su “Casa Club” en una casa ubicada a una cuadra y media del parque, casi esquina opuesta con la iglesia y cerca de la casa de altío, donde estaba la panadería de doña Sarita. Ambas casas clubes estaban equipadas con los elementos necesarios para proveer entretenimiento y relajamiento a sus jugadores durante sus concentraciones, como mesas de ping-pong, mesas para jugar cartas, televisor, refrigerador, baños, muebles, etc. Hasta en eso, competían los equipos grandes armenienses. Y es que, había razón pues Armenia se había convertido en una de las pocas ciudades del país (la segunda en la zona occidental) en tener a dos equipos en liga de ascenso; únicamente Metapán gozaba también de ese privilegio con sus Isidro Menéndez y CESSA que después se unieron y formaron el Isidro Metapán que en estos días, juega en la liga mayor A.  
En este sentido, merece la pena contar que en gran medida, la gran revelación del futbol armeniense fue acompañado (¿no sé si decir a causa de o fue causa de?) del surgimiento de muchos buenos, finos e inteligentes jugadores del pueblo y de la llegada de otros que se adaptaron al medio y fueron aceptados por la afición ya fuera del Salvadoreño o del Racing; de esto puedo dar fe de jóvenes armenienses de la talla de Kike (gallo) Serrano, del “Chele” Rivas, de Richard Orantes, de William Alfaro, de José “cabezón” Linares y de otros que se complementaban con los ya experimentados en sus respectivos equipos. De los que llegaron y que realmente dejaron huella, recuerdo a los hermanos Anaya en el Racing, así como al “Sapito”; del Salvadoreño recuerdo a uno que le decían “el niño”, al profesor Valiente, a Néstor Olla y a “Kala”, al memorable Paco Rueda quien, lamentablemente falleciera en pleno apogeo de su carrera  a causa de un accidente automovilístico y que causara un profundo pesar no solamente entre el ámbito futbolístico local, si no que en toda la población, al grado de celebrar la ceremonia de su entierro en Sonsonate, acompañado de una grande y larga caravana de asistentes que salimos desde Armenia, abarrotando el cementerio y lugares aledaños con nuestra presencia para despedirnos de un gran jugador que era también una gran persona y un buen amigo con todos, sin distinguir si eran seguidores de su equipo el Salvadoreño o del rival Racing.  
Alguien tuvo la brillante idea de formar grupos de apoyo a los equipos compuestos por señoritas de la ciudad, así nacieron los “Clubes Femeninos” de ambos equipos; el Club Femenino del Racing, de quien recuerdo a mi hermana Lupita, junto a Francis Sánchez, a las hermanas Gladys y Marina Galdámez a Carmen Mayén, a Lucy Cerritos fue creado en Febrero de 1970 (según una de las fundadoras); del Club Femenino Salvadoreño recuerdo a las hermanas Daysi y Mirna Navas, a Zenia García; estos clubes le daban notoriedad a los equipos por ser únicos en el ámbito futbolístico de la zona y cuando los jugadores de los equipos contrarios veían ese “estructurado” y colorido apoyo de las porras (barras, como les conocemos) por medio de bailes y cánticos alusivos, sentían envidia de nuestros equipos y cuando se jugaba en otras localidades, la presencia de estas chicas causaba revuelo y admiración entre la fanaticada rival, era algo realmente único, especial, novedoso, muy propiamente “buchón” manifestado en la ¡Época de Oro del Futbol Armeniense! 

Datos personales

Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...