viernes, 12 de septiembre de 2014

Sangre Armeniense, Presente en San Antonio Texas

Cipotada chula,

Sabiendo que me encontraba necesitado de un refugio para calmar mi atribulada alma, así como mi cansado cuerpo y mi abatido espíritu, el querido hermanito de raza, Minchito Cienfuegos me invitó a que le visitara a él y a su apreciable familia, en su residencia localizada en las afueras de la ciudad de San Antonio, Texas, mas precisamente en los alrededores del poblado de nombre Poteet.

Pues bien, hacia ahí me desplacé un día hace un par de meses, desde la ciudad de Nuevo Laredo en México, adonde estaba asignado entonces. Aunque Minchito ya me había contado algunas cosas acerca de su familia, de su hogar, de sus tareas, etc. la verdad es que, al llegar al lugar y conocer a su familia, la alegría y deseos de ver a tan querido amigo después de unos 32-33 años, se convirtieron en una agradable oportunidad de disfrutar y deleitarme de tantos y tan variados sentimientos y sensaciones en un ambiente sano, fresco, amistoso, respetuoso y lleno de fraternidad.

Resulta que me tocó esperar en la entrada del hermoso rancho de Minchito, adonde tiene su residencia pues, aquel andaba haciendo unos mandados, según me dijo, aunque su linda hija Claudia María me había invitado a pasar adelante. En cuestión de unos 20 minutos llegó Minchito a quién al nomas verlo, lo encontré tan jovial, como la última vez que lo había visto allá en Los Ángeles y así como siempre ha sido él, pero ahora, su personalidad se recubre de una sabiduría que se le nota por medio de sus palabras, de sus expresiones, así como de sus conceptos sobre la vida y sobre las diferentes situaciones que ocurren en los alrededores. A su familia, no la conocía pero, al entablar pequeñas conversaciones con ellos, pude rápidamente captar la grandeza de su persona y personalidad que la manifiestan a través de sus palabras pero mas importantemente, por su comportamiento, por su lenguaje corporal que les hace ver y lucir, como jóvenes ejemplares, de buenos modales, de valores, de principios y de buenos sentimientos. Son además, jóvenes destacados.

Después de un efusivo y sincero abrazo fraternal,  y ya una vez adentro de la casa, nos pusimos a platicar de cosas de la cotidianidad nuestra, es decir, no hablábamos de las cosas que bien sabíamos que teníamos que hablar y sobre las cuales, lo haríamos en una ocasión mas tarde, es decir, hablar sobre las cosas que tenemos en común, sobre la familia vieja (nuestros antecesores), sobre las personas queridas, sobre nuestros recuerdos de la infancia-juventud vivida allá en la bella y querida Armenia, sobre muchas cosas mas que en algún momento, pensamos hacerlo y que por diferente razón o circunstancia, no lo habíamos hecho, pero ahora, se presentaba esta excelente oportunidad y no estábamos dispuestos a dejarla pasar...  

Llegó la respetable esposa de Minchito, doña Blanca Estela, mas tarde llegó Benjamín Jr. y sin darnos cuenta, también llegó el atardecer acompañado de la impresionante luna que contenta, nos veía desde su castillo azul, comprobando y aprobando la alegría que sentíamos Minchito y yo, al finalmente concretar esta reunión de amigos/hermanos.

Y ella misma, la luna, fue testigo de aquella, larga y amena charla que sostuvimos, una vez que Minchito ya estaba mas tranquilo pues Carlos David, su segundo hijo, había arribado a casa después de haber salido desde San Antonio, adonde estudia y trabaja y así, nos fuimos plática y plática, recordando y preguntado cosas, caminando por el terreno del rancho de Minchito, o por el corral acariciando los caballos, o allá en el corredor arriba en el segundo piso de la casa, adonde se nos llegaron las 2 y media de la madrugada del otro día, que ya tenía otro nombre, era... ¡Domingo!

Ya el domingo, nos encaminamos al hogar de un amigo de la familia de Minchito quien en su casa, tiene un espacio para reunirse en congregación para leer la biblia y seguir la enseñanzas de la fe Cristiana.

A mí, me recibió este señor con suma confianza y amabilidad con las cuales, se me hizo muy placentera la ocasión; hablábamos en plena camaradería bajo los árboles aquellos que nos ofrecían sombra y frescura en el calor del verano tejano; en eso, pasamos al lugar de oración adonde los jóvenes habían ya preparado el escenario, ajustado los aparatos, afinado los instrumentos, y se mostraban listos para ofrecernos un concierto musical.

Realmente, confieso que desde la primera melodía, quedé MUY GRATAMENTE sorprendido por la sincronía, por la fidelidad, por la rítmica, por la melodiosa y muy compagina presentación de estos jóvenes quienes, con sus otras melodías me hicieron comprobar que verdaderamente son unos grandes y muy talentosos artistas musicales.

De corazón quiero decir, por este medio, a Benjamín Jr. (voz y guitarra líder), Carlos David (Bateriísta), Claudia María (segunda voz y guitarrista) y a doña Blanca Estela (segunda voz femenina y coro), además del joven Moisés Pérez, que me dejaron totalmente embelesado con su repertorio musical, ustedes son unos verdaderos artistas y de manera humilde, al agradecerles por su inmaculada presentación, les invito a que sigan cultivando el bello arte de la música Cristiana.

A mi querido hermanito Minchito, nuevamente va lo que te he dicho muchas veces pero que se hace menester repetirlo una y otra vez mas: ¡gracias un millón de veces por tu amistad, por tu sinceridad, por tu bondad!

Te agradezco, a parte, con mucho énfasis, por tu valiosa ayuda económica que le das al joven armeniense, Miguel Molina para sus estudios universitarios, que Dios te bendiga y te dé mucho mas.

Gocé mucho al visitar tu casa, conocer a tu familia y charlar, espero en Dios se nos vuelva a conceder otra oportunidad.

Un abrazo.   



















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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...