sábado, 18 de julio de 2009

En Memoria de Don Maximiliano Navas

Cipotada chula;

Esta tarde acompañamos a la familia de don Max Navas en la ceremonia de su despedida terrenal. Su despedida debemos verla también como temporal pues deberemos saber que cuando el Todopoderoso así lo decida, nosotros estaremos acompañándole también allá en la "otra vida".

Para los/as que no recuerden a don Max y para aquellos/as que no tuvieron la suerte de conocerle y de disfrutar de su gentil personalidad y gozar de sus entretenidas ocurrencias, chistes y anécdotas que siempre coronaba con una amable y tierna sonrisa, les triago esta fotografía que sus hijos me entregaron esta tarde y una pequeña biografía contenidas ambas en un librito de recuerdo.


Don Max

Maximiliano Navas
Nacido el 15 de Junio de 1927 en la ciudad de Armenia, Sonsonate-El Salvador.
El fue uno de cuatro hijos de don Maximiliano y Erlinda Navas Morán. Se casó con Mercedes Yolanda Molina en 1956. Fueron bendecidos con cinco hijos: Maximiliano, Ana Daysi, Ricardo Alberto, Mirna Yolanda y Eduardo Antonio. El también fue bendecido con dos hijas: María Isabel y Linda.

Le sobreviven su esposa, Mercedes Yolanda; hijos, Maximiliano; Ricardo Alberto y su esposa, Trissy, Eduardo Antonio y prometida Annie; hijas Mirna Yolanda y esposo, Mark; Linda y esposo, Jaime; María isabel y esposo Darvy; y 14 nietos, Maximiliano IV, Panagioti, Alejandro, Nicholas, Panagiota, Lucía Guadalupe, Claribel Yolanda, María Isabel, Rodrigo, Ricardo, Margarita, Camila, Jaime Rodrigo y Sara; y tres bisnietos, Joseph, Brooke y Maddie.

A don Max se le adelantaron en el camino hacia la eternidad su padre, Maximiliano; su madrecita, Erlinda; su hermano Elías Napoleón; su hermana, Adilia y su hijita, Ana Daysi.


El Paraíso de Dios
Dios miró alrededor de su Paraíso
y encontró un lugar vacío.
Y luego miró hacia la Tierra
y vio tu rostro cansado.
Te abrazó,
y te llevó a tu descanso.

El Paraíso de Dios debe ser hermoso,
porque solo se lleva a los mejores.
El sabía que estabas sufriendo
sabía que sentías dolor
y que jamás te recuperarías en la Tierra.

Vio que el camino por recorrer estaba duro,
y las cuestas difíciles de subir,
así que cerró tus ojos cansados
y te susurró: La paz será tuya".

Nos rompió el corazón el haberte perdido,
pero no te fuiste solo,
porque parte de nosotros se fue contigo,
el día que Dios te llevó al Paraíso.

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Salí de la "Tierra Linda" en 1979 y siempre soñé y añoré con regresar y ver a la gente querida y a los lugares que me vieron hacer muchas cosas allá hace muchos abriles ya...